La Paz, 30 de noviembre de 2024
Visión Sostenible |28|11|24|
Por Lily Zurita
Cada año, miles de graduados universitarios enfrentan la difícil tarea de insertarse en un mercado laboral cada vez más exigente y saturado. Aunque la formación teórica que reciben en las aulas es crucial, las empresas destacan la importancia de la experiencia práctica, un factor que a menudo se convierte en el diferenciador decisivo.
Fabricio Guillén, analista senior de Gestión de Desarrollo Humano en el Banco Nacional de Bolivia (BNB), enfatiza que la experiencia va más allá de lo que se aprende en libros o exámenes.
“La teoría no basta, la experiencia es vital. Cuando una persona refleja su conocimiento trabajando en equipo, resolviendo problemas y colaborando en proyectos, nos dice mucho sobre sus capacidades y actitudes”, indica.
Para Guillén, la experiencia previa no siempre proviene de un empleo formal. Participación en ferias académicas, clubes universitarios, proyectos de investigación o incluso voluntariados son altamente valorados por los compañeros.
“Un titulado con experiencia en proyectos demuestra una conexión con el mundo real y un ritmo de trabajo constante, atributos muy apreciados por las empresas”, afirma
Más allá del aula
Pablo Ardaya, experto en gestión del talento Humano por competencias y director nacional de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, destaca que la experiencia se forja en diversas actividades.
“Un estudiante de ingeniería que participa en hackatones, grupos de programación o proyectos públicos en línea, está adquiriendo habilidades prácticas aplicables al mundo laboral, incluso antes de obtener un empleo formal”, afirma.
Este enfoque refuerza la importancia del “aprender haciendo”. La práctica no solo mejora las competencias técnicas, según Ardaya, sino que también fortalece habilidades blandas como el trabajo en equipo, la resolución de problemas y la comunicación efectiva.
Habilidades aplicadas en el mundo real
Edda Rojo, jefa de Administración en Datec Corporación, coincide en que la práctica es crucial para validar y aplicar los conocimientos teóricos:
“Tener conocimiento sin aplicarlo es como llenar una taza hasta que rebasa. La práctica transforma ese conocimiento en valor real, tanto para el profesional como para la empresa”, puntualiza.
Marcelo Olguín, gerente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (Caneb), resalta que la experiencia práctica dota a los jóvenes de versatilidad y creatividad.
“Las empresas necesitan profesionales capaces de resolver problemas en entornos complejos. La experiencia práctica les permite encontrar soluciones creativas y adaptarse rápidamente”. Especifica.
La importancia de empezar temprano
Melanie Coaquira, reclutadora en Nacional Seguros, destaca que la experiencia no se limita a las actividades académicas. Participar en capacitaciones, talleres o prácticas extracurriculares puede ser determinante.
“La práctica hace al maestro. En nuestra empresa, valoramos que los jóvenes aprovechen cada oportunidad de aprendizaje, incluso antes de graduarse”, afirma.
Por su parte, Cecilia Miranda, encargada de Recursos Humanos en TIGO, comparte su experiencia personal. “Empecé a trabajar a los 17 años, recién salida del colegio. Esa experiencia temprana me ayudó a entender cómo funciona una empresa desde adentro, algo que la teoría por sí sola no puede enseñar”.
La universidad como puente entre teoría y práctica
Las universidades tienen un papel clave en esta transformación. Gustavo Montaño, vicerrector académico nacional de Unifranz, menciona los “proyectos integradores” como un ejemplo de aprendizaje práctico.
“Se activan mediante el trabajo cooperativo, propuestas de solución a problemáticas propias de la vida profesional proporcionadas por los socios formadores aliados (instituciones públicas y privadas)”.
Estos proyectos permiten a los estudiantes aplicar sus conocimientos en situaciones reales, colaborando con empresas e instituciones. Esto no solo fortalece sus competencias, sino que también los conecta con el mercado laboral.
Además , combinan la teoría con la práctica, facilitando a los estudiantes una visión integral de su futura profesión y fomentan la resolución de problemas reales, preparando a los jóvenes para los desafíos del mundo empresarial.
Equilibrio entre la teoría y la práctica
Expertos, académicos y empresarios coinciden que la formación universitaria debe ir más allá de la teoría.
Los nuevos profesionales necesitan acumular experiencia práctica a lo largo de su formación, ya sea a través de proyectos integradores, prácticas preprofesionales o participación en actividades extracurriculares.
El mercado laboral actual no solo busca conocimientos técnicos, sino habilidades aplicadas, capacidad de adaptación y resolución de problemas. La verdadera formación profesional se completa cuando la teoría se aplica en la práctica, creando perfiles más completos y competitivos.