La Paz, 14 de noviembre de 2024
Visión Sostenible |13|11|24|
La educación tiene un poder transformador que puede impulsar el cambio y preparar a las nuevas generaciones con valores y conocimientos esenciales para el futuro.
En este contexto, Rodrigo Fábrega Lacoa, director de la Fundación Cruzando y profesor en el MIT Media Lab (Instituto Tecnológico de Massachusetts), señala que la globalización y el avance tecnológico han colocado a Latinoamérica en una posición única para competir en condiciones similares a las de otros países. Según Fábrega, la clave para alcanzar este potencial está en una educación de calidad y con visión de futuro.
Por primera vez en la historia, Latinoamérica tiene acceso a la misma tecnología que las naciones desarrolladas, un factor que anteriormente limitaba su capacidad para competir, comenta Fábrega. Aunque aún quedan aspectos por mejorar, la región está en el camino hacia una mayor preparación, y la educación desempeñará un papel crucial en este proceso.
El especialista recalca que este momento no solo representa una oportunidad, sino que también requiere decisiones estratégicas sobre la educación que deben implementarse en los próximos años.
"Es fundamental convencer a los responsables de políticas públicas, la academia y las empresas de que este cambio es posible", apunta el experto y añade que "la posibilidad de éxito no debe limitarse a unos pocos, y una educación transformadora puede hacer de esta meta una realidad".
Fábrega fue parte del “V Foro Internacional de Innovación Educativa: El Futuro de la Educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica” (FIIE 2024), organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y realizado en Santa Cruz, donde expertos y líderes educativos discutieron sobre cómo construir una educación superior inclusiva y adaptada a los desafíos actuales y futuros.
Una educación para los nuevos tiempos
Para Fábrega, la educación es sinónimo de futuro y ambos conceptos deben avanzar juntos. "No podemos hablar de un futuro sin educación, ya que la formación ha sido clave en el desarrollo de la sociedad tal como la conocemos hoy", explica. Subraya, adicionalmente, que el acceso a una educación de calidad no debe ser privilegio de unos pocos, sino un derecho universal.
Fábrega destaca que una característica humana esencial es el impulso constante por innovar, una actitud que se observa en la juventud de hoy. Nunca antes Latinoamérica había tenido acceso tan amplio a la tecnología en igualdad de condiciones, lo que, en su opinión, representa una oportunidad para proyectar un futuro donde todos puedan encontrar más felicidad.
Repensar el modelo educativo
En cuanto al futuro de la educación, aboga por un cambio en el que el estudiante sea el protagonista activo de su propio aprendizaje. Los modelos educativos actuales, herencia de la era industrial, limitan la creatividad y no se ajustan a las necesidades de la sociedad moderna, comenta.
"Hoy en día, la educación necesita centrarse en proyectos y en fomentar el trabajo en equipo para inspirar pasión y compromiso en los estudiantes", puntualiza.
Con un enfoque de este tipo, las universidades pueden convertirse en espacios de creatividad, donde el objetivo no sea solo consumir conocimiento, sino también crearlo, porque el modelo tradicional de educación ha sido útil, pero está mostrando signos de agotamiento.
“Necesitamos un sistema educativo que inspire, donde el aprendizaje se vea como un juego y se convierta en una experiencia apasionante", concluye Fábrega.