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Sociedad | 02/07/2020

Representante del sindicato de La Razón dice que la directora y los jefes de redacción cometían manipulación informativa

Representante del sindicato de La Razón dice que la directora y los jefes de redacción cometían manipulación informativa

Brújula Digital |2|7|20|

La representante del sindicato de trabajadores de La Razón, Guadalupe Tapia, atribuyó parte de la crisis económica por el que atraviesa ese medio de comunicación a la inclinación que tuvo a favor del gobierno del MAS. En ese sentido, dijo que la directora, Claudia Benavente, y los jefes de redacción, Rubén Atahuichi y Miguel Gómez, manipulaban los enfoques informativos.

Consultada sobre las características de esa manipulación informativa, Tapia dijo que “lo principal se reflejaba en las tapas (portadas), creo que ahí están la mayor cantidad de pruebas, las tapas que mostraban por ejemplo fotos de Evo Morales. ‘Evo dice, Evo hace, Evo esto el otro’”. Tapia fue entrevista este jueves por John Arandia, del programa AM del grupo Fides.

La empresa paceña despidió la tarde del miércoles a 97 personas mediante la plataforma Zoom, a quienes además anunció que no les pagarían sus desahucios porque, explicaron sus gerentes, la situación económica actual les permite convertir los contratos laborales en civiles. Otros 50 empleados aceptaron en semanas pasadas retirarse del periódico. Entre los despedidos están todos los integrantes del sindicato, incluida Tapia.

La periodista expresó que una serie de aspectos influyeron en la crisis económica del periódico, “entre otros la mala administración y también el desprestigio al que hemos sido sometidos la mayoría de los trabajadores por el perfil masista que siempre mostraba, un perfil a favor del anterior gobierno”.

Tapia agregó que “si bien los temas se manejaban en las reuniones de periodistas, al final quienes definían (las portadas) eran Claudia Benavente, Rubén Atahuichi y Miguel Gómez”.

“Yo recuerdo que una vez le dije a Rubén Atahuichi en una reunión, ‘qué pasa con nuestros titulares, por qué Evo en una página, Evo en otra página’. Era una reunión con redactores solamente y él responsabilizó a los editores”, expresó. Tapia, que era redactora del área Ciudades, contó que en conversaciones posteriores con sus compañeros de trabajo se descubrió que ellos recibían órdenes para escribir esos titulares.

El propietario de La Razón es el empresario chavista venezolano Carlos Gill, que ya no ha retornado a Bolivia desde fines de 2019, y que mantuvo negocios muy lucrativos con el gobierno anterior. El libro Control Remoto lo acusó de haber cedido el control editorial del periódico al gobierno del MAS a cambio de realizar esos negocios. El libro señala que Benavente fue nombrada por García Linera.

Pese a la situación actual, la empresa ha señalado que no cerrará. La Razón fue el diario que más publicidad estatal recibió del gobierno anterior, con una cifra que se estima entre 1,2 y dos millones de dólares por año, y pese a esos enormes ingresos es el que está en una situación más seria.

Despido vía Zoom

Dos gerentes de La Razón se reunieron el miércoles mediante la plataforma online Zoom con decenas de sus trabajadores y anunciaron los despidos.

La empresa les comunicó a los trabajadores que sus contratos no podían ya ser considerados laborales sino civiles y adujeron estar protegidos por fallos del Tribunal Constitucional para echar a los empleados sin necesidad de pago de desahucio. La empresa ha llamado a la acción como una “desvinculación”, no despido.

Karen Reccas, gerente de Operaciones, y Danny Fernández, gerente de Control y Gestión iniciaron la reunión y explicaron la situación económica por la que atraviesa el país, según un audio de la misma a la que tuvo acceso Brújula Digital. Más adelante en la reunión se anunció la “desvinculación” de los trabajadores, de todas las secciones de la empresa.

El periódico seguirá trabajando con un personal mínimo, dijo una fuente de la empresa.

Después de la cita vía Zoom, los trabajadores recibieron por correo electrónico o WhatsApp cartas individualizadas de “desvinculación”, que contenían más o menos el mismo tenor de la reunión.

“Cuando una situación asume simultáneamente las características de inevitabilidad, imprevisibilidad e incontrolabilidad da lugar a la permisividad de Incumplimiento Inimputable (“no-imputable”) del contrato (art 339 del Código Civil). En nuestro caso se refiere al contrato de trabajo. Nos vemos forzados, pero de manera legal por situaciones externas, a incumplir, entre otros, la duración indefinida de los contratos laborales”, dice la misiva entregada y obtenida por Brújula Digital.



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