La falta de aeronaves disponibles y los cambios repentinos en la programación de vuelos generan prejuicios y molestias.
Brújula Digital|03|12|25|
La crisis operativa de Boliviana de Aviación (BoA) no solo afecta a los pasajeros, sino también al personal de aeropuertos. El director de Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos (Naabol), Jaime Humberto Machicado, informó que en varias terminales aéreas del país los usuarios están reaccionando con violencia ante los constantes retrasos y reprogramaciones de vuelos.
“Los pasajeros están queriendo hasta agredir al personal del aeropuerto. Están muy agresivos por el tema de BoA”, advirtió Machicado, remarcando que esta situación se volvió cada vez más frecuente en distintas terminales aéreas. Explicó que la falta de aeronaves disponibles y los cambios repentinos en la programación de vuelos obligaron a operar aeropuertos en horarios no establecidos. “Por ejemplo, Oruro tiene una franja horaria para operar, pero a veces hemos tenido que habilitar el aeropuerto para que opere a la medianoche o a la una de la mañana, siendo que no está preparado para ese horario y nos conflictúa con el personal asignado a vuelos normales”, afirmó. Esta situación se repite en al menos cuatro o cinco aeropuertos del país que no cuentan con condiciones para operar las 24 horas, por lo que Naabol debe coordinar con la Dirección General de Aeronáutica Civil y con BoA para garantizar la seguridad operacional.
Machicado calificó este escenario como una consecuencia de “mala planificación de la anterior administración”, y reconoció que atender a los usuarios se ha vuelto más complicado. “Para nosotros es un problema grande, estamos perjudicando al usuario y hoy es más agresivo”, lamentó.
Los testimonios de pasajeros reflejan el malestar por las constantes demoras o pérdida de equipaje. “Tengo la factura original y no me la hicieron valer. La anterior vez que viajé a Sucre nos tuvieron tres días; reclamé y nunca obtuve respuesta, tampoco recuperé mi maleta perdida”, relató una viajera. Otro usuario señaló que su equipaje jamás apareció, mientras que otros denunciaron que “siempre hay retrasos” y falta de información. “Teníamos que salir a las dos de la tarde y hubo una demora de una hora, y no nos dan explicaciones”, reclamó.
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