Bolivia es el tercer país con mayor presencia del PCC fuera de Brasil: 146 detectados entre presos y en libertad

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Un informe del Ministerio Público de Sao Paulo, difundido por medios brasileños como GloboNews y G1, revela que Bolivia alberga a 146 miembros del Primer Comando de la Capital (PCC), una de las organizaciones criminales más peligrosas de América Latina. Esta cifra coloca al país como el tercer con mayor presencia de esta red criminal fuera de Brasil, superado solo por Paraguay y Venezuela.

Del total de integrantes identificados en territorio boliviano, 75 se encuentran en cárceles y 71 continúan en libertad, lo que sugiere una preocupante expansión tanto dentro como fuera del sistema penitenciario. El documento fue compartido con embajadas y consulados para coordinar acciones internacionales contra el crimen transnacional.

El dato más reciente vinculado al PCC en Bolivia fue la captura del jefe narco Marcos Roberto de Almeida, alias "Tuta", ocurrida el 16 de mayo en Santa Cruz, mientras renovaba su cédula de identidad con documentación original pero con datos falsos. Su extradición a Brasil, realizada sin conocimiento de la Fiscalía ni del Tribunal Supremo de Justicia, generó cuestionamientos sobre el manejo de la cooperación judicial entre ambos países.

Según el fiscal brasileño Lincoln Gakiya, el PCC ha logrado una expansión silenciosa y efectiva fuera de Brasil. “No conozco ninguna organización criminal en el mundo que sea más eficiente que el PCC en el control de cárceles”, afirmó Gakiya, advirtiendo que países como Bolivia, Paraguay, Argentina y Chile están en la zona de crecimiento activo del grupo.

El mapeo de la presencia del PCC indica que la estrategia de esta organización no se basa en imponer control territorial con violencia, sino en infiltrarse en redes locales preexistentes, muchas veces a través de alianzas con clanes familiares vinculados al narcotráfico. Esta táctica, subraya el informe, le permite operar bajo el radar, especialmente en países con estructuras institucionales frágiles.

El Informe Mundial sobre Drogas 2025, presentado por la ONU en Viena, coincide con estos hallazgos y confirma la participación de clanes bolivianos en actividades como el transporte, almacenamiento y lavado de dinero en la cadena global del narcotráfico, aunque sin ejercer control territorial directo. Esta característica favorece la cooperación con organizaciones criminales transnacionales como el PCC.

Las cárceles bolivianas representan un punto crítico, pues son espacios desde donde el PCC ha logrado consolidar poder, reclutar nuevos miembros y expandir sus operaciones. La experiencia de Paraguay, donde el PCC ha protagonizado motines y asesinatos carcelarios, sirve de advertencia para Bolivia.

Los 71 integrantes del PCC en libertad podrían estar operando redes logísticas y financieras, organizando envíos de droga o realizando operaciones de lavado de activos. Esta situación subraya la necesidad urgente de fortalecer los controles fronterizos, el monitoreo penitenciario y el rastreo de flujos financieros en zonas vulnerables como el Chapare, Santa Cruz y las fronteras con Brasil.

El reporte brasileño reitera que el PCC opera en al menos 28 países y cuenta con más de 2.000 integrantes fuera de Brasil, de los cuales 1.092 están en prisión. Esta expansión global ha encendido las alarmas en organismos internacionales que advierten sobre la creciente amenaza del crimen organizado transnacional y la necesidad de respuestas coordinadas entre Estados.

BD/RED