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Reportajes | 06/02/2019

Pathe Seiny, un africano que habla nueve idiomas, cuenta las peripecias que vivió en Bolivia

Pathe Seiny, un africano que habla nueve idiomas, cuenta las peripecias que vivió en Bolivia

Pathe Seyni durante una disertación.

Maite Lemus

Brújula Digital |6|2|19|

Pathe Seiny, un africano nacido en Chad, vino a Bolivia a estudiar el doctorado Gestión del Desarrollo y Políticas Públicas que comenzó en junio de 2017 y que ofrece la Universidad Mayor de San Andrés. Su idea de estudiar en Bolivia era conocer el país y aprender una lengua más, para sumar nueve en total.

Pero su estadía en el país ha estado marcada por varias dificultades, que Seiny relata, pese a todo, con una sonrisa.

Este cientista político de 32 años de edad y que cuenta con dos maestrías, se trasladó en bus desde Sao Paulo y llegó a la terminal de Santa Cruz de la Sierra el 7 de enero de 2017, a las siete de la mañana. En Brasil había estudiado su segunda maestría, en Relaciones Internacionales, en la Universidad de Brasilia (UnB).

En Santa Cruz, en el mismo momento de salir de la terminal, empezaron sus problemas. Unos falsos policías intentaron asaltarlo.

“Eran las siete de la mañana. Todo era vacío, cerrado y se me acercaron dos hombres que me pidieron subir a un auto porque decían que era la Policía y yo me iba a subir al ver un auto de Policía y a policías uniformados. Pese a que me mostraron unas placas policiales, no me dejé engañar. Intentaron robar mi mochila donde estaba mi laptop y no me dejé. Al final la gente, al escuchar la discusión, abrió las ventanas de sus casas y ellos se escaparon, eran unos ladrones”, relató a Brújula Digital.

Luego, al llegar a La Paz, se alojó en un hotel barato cerca de la plaza Alonso de Mendoza. Ese mismo día comenzó a buscar un departamento en alquiler. Éste, al no saber hablar español, compró tarjetas telefónicas y pidió ayuda a algunos peatones para que llamaran por teléfono a varios departamentos en alquiler con datos que había sacado del periódico.

Al segundo día había ya conseguido un departamento en la zona de Miraflores y tuvo la suerte de que el dueño es brasileño porque Seiny habla portugués.

Pathe dijo a Brújula Digital que el 28 de enero de 2017 vivió una decepción en un banco de La Paz.

“Fui a un banco de la 20 de Octubre a cobrar un dinero que me habían enviado mis padres mediante MoneyGram. Saqué mi billetera para fijarme los datos y la dejé ahí, olvidada. Al salir fui a almorzar y en el restaurante me di cuenta que no había mi billetera, donde estaban todos mis documentos y mi dinero”.

Seiny volvió al banco, pero los policías le dijeron que no sabían nada, aunque él detectó una actitud sospechosa.

El chadiano, desesperado, logró quejarse al personal del banco con lo poco que había aprendido del idioma. “Tenía un libro para aprender español y tenía que buscar palabras para hacerme entender lo que quería decir”, contó.

Exigió que le mostraran los registros de las cámaras de seguridad, algo que fue posible recién a las 10 de la noche. Seiny se había quedado desde ese momento en el lugar, sin comer nada, ya que no tenía dinero.

“Llegó las 10 de la noche y junto con el gerente vimos las cámaras de seguridad y efectivamente me habían robado los policías (una mujer y tres varones), los mismos que habían negado toda relación con los hechos”, relató.

Exigió a que le devolvieran por lo menos sus documentos, pero los uniformados se negaron e incluso le echaron la culpa a algunos clientes. El gerente le había mencionado que hiciera una denuncia a la FELCC y le pidió disculpas, además de asegurarle que esos policías no iban a trabajar más en el lugar.

Seiny, decepcionado e indignado, sin saber qué más hacer, se fue a su casa a pie.

Al día siguiente recibió un mensaje en su Facebook, dos trabajadores de ese banco lo citaron en el puente de las Américas para devolverle su billetera. “Sólo había algunos documentos, nada de dinero y ellos dijeron que la habían encontrado botada al frente del BNB de la 20 de Octubre a las seis de la mañana”, dijo.

Pathe hizo la denuncia en la FELCC y en vista de que no pasaba nada volvió tres semanas después. Se llevó una sorpresa y decepción porque la Policía había archivado el caso ya que decía que no había “flagrancia ni pruebas”.

Otro de los problemas que atravesó Pathe fue en Migración. Al no cumplir con todos los requisitos que se exigen a los extranjeros, que son decenas de documentos, los funcionarios de Migración le cobraron una multa irregular de 9.000 bolivianos. Existen decenas de denuncias del maltrato y abusos que cometen los funcionarios de Migración contra los extranjeros. Además, se considera que la burocracia para lograr ser un residente legal es en Bolivia la más compleja de la región.

“Debido al robo que he tenido pedí que Migración sea más flexible para regularizar mi situación, pero no aceptaron. Lo que me correspondía pagar era 2.000 bolivianos”, contó.

Por ello envió cartas a los ministros Carlos Romero, de Gobierno, y Héctor Arce, de Justicia, con copia a la Defensoría del Pueblo, en las que hizo conocer la multa irregular que le cobraban.

“Yo nunca entré a un país de manera ilegal, siempre hago todo de modo legal. A tantos países que fui, nunca me había pasado estos problemas”, manifestó.

Los ministros Romero y Arce decidieron resolver el problema. El africano, en compañía de Maritza Sánchez, directora de la Unidad de Transparencia del Ministerio de Gobierno, se trasladó hasta Migración. La directora de esa repartición dijo no estar al tanto de que los trabajadores del lugar estaban actuando de esa manera corrupta. Se anuló la multa y Seiny pudo empezar a residir legalmente en el país.

“La directora de Migración actúo de manera muy ética dentro sus competencias y anuló toda esa multa”, sostuvo.

Un cuarto evento fue también desagradable para este estudiante de doctorado: el día que empezó las clases en la UMSA, un guardia de seguridad no lo dejó entrar al edificio porque no creía que una persona de raza negra podría ser estudiante de doctorado. Molesto, tuvo que mostrar sus documentos de registro para poder ingresar.

Vida académica, ambiciones

Chad, ubicado al sur de Libia, en África, es una nación mediterránea que tiene elevados niveles de pobreza y de corrupción. Como en Bolivia, el Presidente ha eliminado los límites constitucionales para repostularse indefinidamente.

Pathe Seiny ha dedicado su vida a los estudios y al aprendizaje de lenguas extranjeras. Estudió primero en el colegio Evangélico Francés de su país. Al terminar el bachillerato se fue a Ghana a estudiar inglés. Luego partió a Camerún a estudiar la carrera de ciencias políticas en la Soa, Yaoundé-2.

Al finalizar su carrera universitaria, postuló a la maestría de Comercio Internacional de Negocios, en la universidad Kyung Hee de Corea del Sur. Los estudios incluían el aprendizaje del idioma coreano. Antes de finalizar se fue de intercambio estudiantil a China y luego volvió a Corea del Sur para defender su tesis en coreano.

Posteriormente hizo una segunda maestría, la que cursó en Brasilia.

Este africano habla nueve idiomas: francés y árabe, que son de uso común en Chad. También habla inglés, italiano, alemán, coreano, portugués, español y algo de holandés. Su habilidad para hablar idiomas es increíble. En solo unos meses en Bolivia ya dominaba la lengua.

Cuando estaba por finalizar su maestría en Brasilia, pensó en hacer su doctorado. Sus padres le habían sugerido que lo cumpliera en Alemania, pero él quería hacer en un país de América Latina para aprender español y tomó la decisión de estudiar en La Paz, Bolivia. En Brasil ya había averiguado sobre los cursos de posgrado de la UMSA.

“Mis amigos y colegas de Brasil me dijeron: ‘Anda a Chile, Colombia, Argentina o cualquier otro país, menos a Bolivia’, incluso mi padre no estaba de acuerdo. Pero yo soy dueño de mi vida. Y yo he pensado en Bolivia, tengo que demostrar lo contrario de lo que ellos piensan, ya que la gente se deja llevar por los prejuicios y por la ignorancia”, dijo.

Pese a los problemas que enfrentó, Pathe siente amor por el país. Tiene numerosos amigos y se siente feliz de estudiar en la UMSA.

Dijo que la gente le da un buen trato. Pathe considera que la falta de conocimiento y la mala fe hacen que la gente hable mal de cada país. “En este mundo todos los países tienen valor”, expresó.

Aparte del doctorado que cursa en la UMSA, ha usado su tiempo para estudiar tres diplomado entre 2017 y 2018. En uno de ellos, sobre “Educación Superior e Interculturalidad”, ha sido invitado a ser docente auxiliar.

Reflejando una insólita capacidad de estudio, contó a Brújula Digital que aprovechará los siguientes meses para viajar a Madrid a cursar otro diplomado beneficiado de que en esta fase final del doctorado las clases no son presenciales. “Luego resolveré un problema que tengo en el Segip y retornaré a Bolivia para terminar mi doctorado”, contó.

Su próximo objetivo es cursar un posdoctorado en Canadá y de ahí volver a su país a trabajar a favor de su desarrollo.



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