Las lluvias récord hicieron que los ríos se desbordaran, devastando la región y provocando que algunos pueblos terminaran totalmente destruidos.
Casas destruidas en Pepinster, Bélgica.
Las peores inundaciones en décadas. Eso es lo que experimentaron esta semana Alemania y Bélgica, donde se registraron más de 150 muertos.
Las lluvias récord hicieron que los ríos se desbordaran, devastando la región y provocando que algunos pueblos terminaran totalmente destruidos.
Los expertos sostienen que las catastróficas inundaciones en Europa occidental son parte de una crónica de un desastre anunciado y que el culpable es el cambio climático.
Otros especialistas dicen que, si bien se dieron las alarmas meteorológicas sobre las lluvias que se avecinaban, no se esperaba que fueran de tal magnitud y que se necesitan mejores herramientas de pronóstico.
Muchos factores contribuyen a las inundaciones, pero una atmósfera más caliente a causa del cambio climático aumenta la probabilidad de lluvias extremas.
El planeta ya se ha calentado alrededor de 1,2 °C desde que comenzó la era industrial y las temperaturas seguirán aumentando a menos que los gobiernos de todo el mundo hagan recortes drásticos en las emisiones de CO2.
"Eventos climáticos como este (en Europa) ocurren de vez en cuando. Pero ahora, con el calentamiento general del clima y el aumento de las temperaturas, las masas de aire pueden contener cada vez más vapor de agua", explicó Thomas Endrulat, del Servicio Meteorológico de Alemania, a la agencia Reuters.
"Por lo tanto, cuando se produce esta congestión, se está exprimiendo más agua de esta esponja de nube por culpa del cambio climático", añadió.
Al referirse específicamente al pronóstico meteorológico ofrecido para Alemania antes de estas inundaciones, el especialista dijo que las alertas se dieron a tiempo pero que hay cosas que no se pueden pronosticar.
"Las advertencias de lluvia llegaron a tiempo. Pero lo que sucede es más difícil y depende de la historia y la saturación del suelo,además del estado de las represas y embalses. Y también depende del factor tiempo: si algo así ocurre por la noche, si la gente no sabe qué significan las sirenas o si es complicado llegar a ellos a través de los medios de comunicación", detalló Endrulat.
"Esas circunstancias siempre difieren. Y por eso es mucho más complicado que un simple pronóstico del tiempo", analizó.
Por su parte, la ministra de medioambiente de Renania del Norte-Westfalia, Ursula Heinen-Esser, dijo este viernes que la principal causa detrás de la tragedia es el cambio climático.
"El desafío es que a veces tenemos que lidiar con sequías extremas y, en ocasiones, con lluvias extremadamente intensas", aseguró en declaraciones al diario local Koelner Stadt-Anzeiger.
El suelo "apenas pudo absorber más agua debido a la sequía de años anteriores y las lluvias de las últimas semanas", dijo, y agregó que ante esta situación es "prácticamente imposible reaccionar en el corto plazo".
Desde hace años, los científicos vienen pronosticando que las lluvias y las olas de calor se volverían más intensas debido al cambio climático.
Y constantemente advierten a los políticos de que se necesita hacer más para proteger a ciudadanos de los fenómenos meteorológicos extremos, como estas inundaciones en Europa y el domo de calor que afectó a Norteamérica hace unos días.
Hannah Cloke, profesora de hidrología en la Universidad de Reading, en Reino Unido, le dijo al analista de medioambiente de la BBC, Roger Harrabin, que "las muertes y la destrucción en Europa como resultado de las inundaciones es una tragedia que debería haberse evitado".
"Los meteorólogos emitieron alertas a principios de semana y, sin embargo, las advertencias no se tomaron lo suficientemente en serio y los preparativos fueron inadecuados", aseguró.
"El hecho de que otras partes del hemisferio norte estén sufriendo olas de calor e incendios sin precedentes debería servir como recordatorio de cuánto más peligroso podría volverse nuestro clima en un mundo cada vez más cálido", aseguró Cloke.
Los científicos dicen que los gobiernos deben reducir las emisiones de CO2 que están alimentando los eventos intensos y prepararse para un clima más extremo.
En un análisis más general sobre estos eventos extremos en el planeta, los científicos también advierten sobre sus propias dificultades para predecirlos.
Reconocen que sus computadoras no son lo suficientemente potentes para proyectar con precisión la gravedad de estos acontecimientos.
Algunos expertos piden a los gobiernos que inviertan en una supercomputadora climática compartida, la nueva "Biblia" de la ciencia del clima, del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC).
Pero la exjefa científica de la Oficina Meteorológica de Reino Unido, la profesora Dame Julia Slingo, le dijo a la BBC que esto no sería del todo útil "porque los modelos del IPCC (computadora climática) no son lo suficientemente buenos".
"(Necesitamos) un centro internacional para dar el salto cuántico a los modelos climáticos que capturan la física fundamental que impulsa los (eventos) extremos", afirmó.
"A menos que hagamos eso, continuaremos subestimando la intensidad/frecuencia de los (eventos) extremos y la naturaleza cada vez más sin precedentes de ellos", añadió la profesora.
El profesor de Oxford Tim Palmer concuerda.
"Es imposible decir en qué grado de emergencia estamos porque no tenemos las herramientas para responder a esta pregunta", afirmó Palmer al analista de Medio Ambiente de la BBC, Roger Harrabin.
"Necesitamos un compromiso y una visión con la magnitud del CERN (el principal centro de investigación de física de Europa) si queremos construir modelos climáticos que puedan simular con precisión los extremos del clima como la ola de calor en Canadá", advirtió.
Lo más importante es que los investigadores deben evaluar si lugares como América del Norte o Alemania enfrentarán situaciones meteorológicas extremas como el domo de calor y las inundaciones cada 20, 10, 5 o incluso cada año.
Actualmente, este nivel de precisión no es posible.