Es posible que hayas oído hablar de Israel como Estado judío, pero también es el hogar de no judíos. Son la minoría árabe de Israel: palestinos por herencia e israelíes por ciudadanía.
Los árabes israelíes y sus partidarios judíos protestaron juntos en abril de 2021 contra la compra de casas en Jaffa, cerca de Tel Aviv.
Está siendo una semana violenta en Israel y los territorios palestinos.Después de días de enfrentamientos y disturbios, Israel declaró este domingo el estado de emergencia en la ciudad central de Lod, cerca de Tel Aviv, tras las protestas de los árabes israelíes, que se enfrentaron entre sí y con las fuerzas de seguridad.
Es un momento decisivo en las crecientes tensiones entre Israel y los palestinos, ya que es la primera vez que un gobierno israelí utiliza poderes de emergencia sobre una comunidad árabe desde 1966.
Pero ¿quiénes son los árabes israelíes en el foco del conflicto?
Es posible que hayas oído hablar de Israel como el Estado judío, pero también es el hogar de no judíos.
Son la minoría árabe de Israel: palestinos por herencia e israelíes por ciudadanía.
Israel tiene una población de poco más de nueve millones de personas. Alrededor de una quinta parte de ellos, aproximadamente 1,9 millones de personas, son árabes israelíes.
Son palestinos que permanecieron dentro de las fronteras del Estado de Israel después de su creación en 1948. Hasta 750.000 de ellos huyeron o fueron expulsados de sus hogares en la guerra que siguió.
Los que se fueron se establecieron junto a las fronteras de Israel enCisjordania y Gaza, y en campos de refugiados en toda la región.
La población restante dentro de Israel se autodenomina árabes israelíes, palestinos israelíes o simplemente palestinos.
Los árabes israelíes son musulmanes en su mayoría. Pero, como en el resto de la sociedad palestina, los cristianos constituyen el segundo grupo más grande entre ellos.
Tienen derecho a voto desde las primeras elecciones en Israel el 25 de enero de 1949, pero aseguran que son víctimas de discriminación sistémica en el país desde hace décadas.
Las comunidades árabes y judías en Israel no suelen compartir espacios cívicos, aunque un efecto secundario positivo de la crisis del coronavirus en los últimos meses ha sido la estrecha cooperación entre ambas.
Un área de integración es el sistema nacional de salud, donde pacientes judíos y árabes comparten hospitales, tratamientos y médicos.
El 20% de los médicos, el 25% de las enfermeras y el 50% de los farmacéuticos son árabes israelíes.
Pero es difícil detectar una identidad nacional compartida que englobe a los ciudadanos árabes y judíos de Israel.
Por ejemplo, el ejército juega un papel central en la sociedad israelí, y para los ciudadanos judíos el servicio militar es obligatorio.
Sin embargo, los árabes están exentos del reclutamiento.
Los árabes israelíes se consideran víctimas de discriminación sistémica en su propio país, una opinión respaldada por varias organizaciones internacionales de derechos humanos.
Amnistía Internacional dice que Israel impone una discriminación institucionalizada contra los palestinos que viven en el país.
Según un informe publicado en abril de 2021 por Human Rights Watch, las autoridades israelíes están cometiendo apartheid (segregación racial), un crimen de lesa humanidad, tanto contra los palestinos dentro de Israel como contra los palestinos que viven bajo la ocupación israelí en Cisjordania y Gaza.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel rechazó ese informe, que considera "absurdo y falso".
Los árabes israelíes dicen que el gobierno tiene un largo historial de confiscación de tierras que les pertenecen y acusan a las autoridades judías de discriminarlos sistemáticamente en el presupuesto nacional.
Las leyes otorgadas a cada grupo en el país también son diferentes.
Por ejemplo, las leyes de Israel que rigen la elegibilidad para la ciudadanía favorecen a los judíos, que pueden obtener automáticamente un pasaporte israelí, independientemente de su procedencia.
Mientras tanto, a los palestinos expulsados y a sus hijos se les niega ese derecho.
En 2018, el parlamento israelí aprobó una controvertida 'ley de estado-nación' que abolió el árabe como idioma oficial, junto con el hebreo, y declaró el derecho a la autodeterminación nacional como "exclusivo del pueblo judío".
Ayman Odeh, un miembro árabe israelí del parlamento, dijo en ese momento que el país había aprobado una ley de "supremacía judía", diciendo a los árabes israelíes que siempre serían "ciudadanos de segunda clase".
Mientras tanto, el primer ministro de Israel prometió garantizar los derechos civiles, pero dijo que "la mayoría decide".