En diciembre de 2019, las iniciales acciones de administración técnica y responsable dieron resultado, evitando la acumulación de más deudas y convirtiéndose en el primer mes en que la empresa no presentó pérdidas.
Brújula Digital |2|3|20|
La aerolínea estatal Boliviana de Aviación (BOA), en diciembre de 2019 fue el primer mes que no presentó pérdidas, así como el gobierno del MAS mintió sobre la salud económica del país, la anterior administración de la aerolínea mintió sobre sus pérdidas que ascienden a algo más de 50 millones de dólares en los últimos cinco años y que, sólo el pasado año superaron los U$20 millones, afirmó el gerente general de la compañía, Juan Carlos Ossio, “Así como el MAS mintió al país en cuanto a la salud de la economía, también mintió a los socios de BOA, que somos todos los bolivianos, acerca del estado de la empresa que hoy comenzamos a remontar y a mejorar”, dijo.
Al menos cuatro elementos claros dejaron a la empresa en el estado que debe ser remontado ahora. Primero, la contabilidad falseada que no incluyó la desvalorización de los aviones de Boa que hoy ninguna opera con motores propios sin todo alquilados. Hoy se alquilan las turbinas de todos los aviones, pues no se repararon cuando completaron sus ciclos de servicio. “Ninguno de los aviones adquiridos por BOA en sus 13 años opera ahora con motores propios, sino todos son alquilados. El 60 por ciento del valor de un avión está en sus turbinas y el fuselaje sólo representa el 40 por ciento. Los motores tienen una vida útil determinada en aviación y deben ser cambiados generando inversiones importantes que no se han hecho para privilegiar contratos de alquiler y la inmovilización de varias naves”, explicó Ossio.
La contabilidad no ha determinado la pérdida que significó el hecho de que los aviones comprados por BoA y, con sólo dos años de vida, se hallen ahora sin turbinas y muchos sin poder siquiera despegar. Los contratos de arriendo fueron realizados por la anterior administración que también compró los aviones y prontamente quedaron limitados por falta de inversión y mantenimiento, dice una nota de prensa.
Segundo, la paralización de varios aviones lo cual obligó a la empresa a bajar frecuencias de destinos en el país. “Esa ausencia de mantenimiento a las aeronaves, hizo que, poco a poco, la empresa se quedara sin naves suficientes para cubrir sus destinos y desde principios de 2019 su itinerario sufrió reducciones, como por ejemplo la ruta desde y hacia Uyuni, que de 4 vuelos diarios, bajo a 1 y en el mes de noviembre a 4 veces por semana, debido a además a que a la limitación de aeronaves se sumaron las caídas en las ventas y tráfico producto se los conflictos sociales de octubre y noviembre”, añadió Ossio.
Tercero, la sistemática ausencia de BoA en cielos internacionales, evitando aprovechar de los convenios de los que goza el país. “El antiguo Lloyd Aéreo tenía más de 16 destinos internacionales y BoA apenas 4”, afirmó Ossio. La economía de la empresa fue golpeada por la falta de estos itinerarios que generan mayores ganancias y se convierten en beneficios tangibles para los bolivianos.
Cuarto, los conflictos de octubre que registraron nuevas pérdidas ya que el flujo de pasajeros internacionales hacia el país decayó.
Para clarificar qué sucedió en la aerolínea realmente, BoA ha solicitado una auditoria a través de una entidad de mucha experiencia pero sobre todo objetiva e imparcial. “Tenemos estados financieros que no corresponden a la realidad. En muchos casos se han maquillado cifras y necesitamos tener una figura clara de lo que sucedió. Los bolivianos merecemos saber la realidad”, dijo Ossio quien ha iniciado una administración basada “en la transparencia, donde prime el criterio técnico y la responsabilidad”.
La auditoría que estará finalizada a inicios de abril será una radiografía sobre el manejo en todas las áreas, según dice una nota de prensa.
Remontando la crisis
En diciembre de 2019, las iniciales acciones de administración técnica y responsable dieron resultado, evitando la acumulación de más deudas y convirtiéndose en el primer mes en que la empresa no estaba en números rojos. “Obviamente los estados financieros presentados al gobierno y a los ciudadanos dejaron intencionalmente de mostrar esa realidad”, explicó Ossio.
Las próximas acciones para remontar la situación serán aumentar destinos internacionales y nacionales de manera gradual. La renovación de la flota que iniciará con la adquisición de un avión más y el restablecimiento de naves abandonadas que aún tienen vida útil.
Desde el 1 de febrero las frecuencias a Uyuni subieron a siete por semana ya que se dispone de aeronaves y a que la demanda ha vuelto al país después de los conflictos. Igualmente, se abrirán nuevos destinos muy apetecidos, como Rurrenabaque entre otros, por turistas que regresan a Bolivia después de la anulación de la visa de entrada, señala una nota de prensa.
Según Ossio, las medidas de ahorro ya encaminadas generarán posibilidades de mejora en la economía de la empresa. Se trata de la contratación, a través de licitación transparente, del seguro aeronáutico que genera un ahorro de más de 1,5 millones de dólares, entre el contrato a menor precio y evitar la elevación de costos de toda la industria aseguradora en más de un 20%. Así también el cambio establecido en el catering de los tramos nacionales que redujeron los gastos en más de un millón de dólares.
Conspiración interna
Se denunció la existencia de una campaña de sabotaje interna, que intenta una acción de desestabilización de la cual se tiene evidencias y que será llevada ante la justicia como se realizó contra Roland Casso y otros.
“Sabemos del complot interno que estaría poniendo en riesgo la continuidad del servicio y ello constituye un delito, por ello seguiremos procesos internos y ante la justicia”, afirmó Ossio.