Los empresarios del Valle proponen la compra de las empresas deficitarias no estratégicas con participación de campesinos como socios. La CNI pide conocer estados financieros de las factorías creadas en 14 años.
La producción de granos es la fuerza de la agroindustria cruceña. Foto:Archivo / Página Siete
Cándido Tancara Castillo
Los empresarios proponen apostar al modelo privado sin descartar el estatal en la construcción de un nuevo modelo económico. Sugieren recuperar lo “bueno” de la propuesta neoliberal y del modelo económico, social, plural y comunitario de los últimos 14 años.La propuesta surgió después que el ministro de Desarrollo Productivo y Economía Plural, Wilfredo Rojo, del Gobierno de transición, propuso privatizar las empresas estatales deficitarias, que no incluyen a las estratégicas.
“Yo soy liberal. En términos de concebir la economía, creo que el Gobierno debe reducirse bastante y dar más papel protagónico a la empresa privada”, sostuvo el pasado 12 de diciembre. Aunque luego la autoridad salió a aclarar que “este Gobierno hará todas las auditorías, va a limpiar la casa como para que el próximo gobierno si quiere privatizar, privatiza (...). Nosotros no vamos a tomar esa decisión”.
El presidente de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba, Rolando Morales, sostuvo que entre la veintena de empresas creadas en los últimos 14 años hay una mitad que son deficitarias y otro tanto rentables y que necesitan impulso para producir más.
Como empresa rentable citó a Promiel, que depende de la Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (Eba), que anualmente produce 4.500 toneladas de miel y con ello solo cubre el 50% del mercado nacional, porque el resto se importa para cubrir la demanda. Dijo que en esa línea hay otras que son “muy rentables”.
Morales sostuvo que la pretensión de su sector es comprar las empresas deficitarias al Estado y luego convertirlas en empresas sociales con participación de los campesinos como socios.
Dijo que si se incorpora a los comunarios en el proceso de producción de alimentos, “ellos serán parte de la cadena de producción y, por tanto, no pondrán trabas ni harán bloqueos, buscarán el crecimiento de la industria” en beneficio de la región y del país.Explicó que la propuesta de su sector cuenta con el apoyo de sus afiliados y que en enero presentarán el proyecto a la presidenta Jeanine Añez. Manifestó que la posible venta de las empresas públicas deficitarias a su sector no será rápida y con seguridad que se producirá con el nuevo gobierno, pero dijo que se tiene que reflexionar sobre la construcción del nuevo modelo económico que requiere el país.
El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ivo Blazicevic, compartió la propuesta de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba y propuso encararla con “moderación”. “Desde luego el ideal es no pasar de un extremo a otro y aprovechar lo mejor que podrían ofrecer ambos modelos. El caso es que ese camino, que podríamos llamar de moderación, es fácil de transitar a nivel declarativo, pero difícil en términos prácticos y concretos. En todo caso, intentarlo debería ser un imperativo para no volver a caer en errores pasados”.
Con relación a la compra de empresas públicas deficitarias, Blazicevic explicó que “el caso es que nunca existió coherencia en cuanto a la declaración de los principios que inspiraron la creación de tantas empresas estatales”, pues “cuando los resultados económicos no parecían ser buenos se hablaba de que su finalidad era social y no perseguían generar utilidades” y “cuando existieron resultados económicos medianamente satisfactorios, la línea discursiva cambiaba radicalmente y se mostraban esos resultados como un éxito radical”. Por tanto, dijo el directivo de la industria nacional, “la realidad es que la situación de cada una de esas empresas no ha sido mostrada en forma transparente. A diferencia de las empresas privadas, sus estados financieros son un misterio y generan enormes dudas”.
Desde esa perspectiva, continuó, “lo primero que debería hacerse es transparentar esa información estandarizando” su contenido y poniéndola a disposición de la opinión pública, como ocurre con las empresas que están inscritas en el mercado de valores o las que deben reportar a la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI).Blazicevic dijo que solo a “partir de ahí deberían tomarse decisiones”, porque está “claro que todo emprendimiento pasa por fases y no es posible esperar un éxito inmediato, pero si las empresas estatales no tienen un plan de negocios consistente y una fiscalización del cumplimiento del mismo, es claro que resultarán solo una carga para el erario público que tiene otras prioridades que atender”.
El empresario paceño también sugirió que el próximo gobierno debería analizar la creación de apps (aplicaciones tecnológicas) para reconducir a las empresas públicas deficitarias “u otras modalidades que eviten su cierre y desmantelamiento, además de la pérdida de empleos que debemos tratar de evitar, sin afectar al erario nacional” existente.
El presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Pedro Colanzi, dijo que es “prematuro” hablar de construir un modelo económico que combine lo bueno el estatismo con el liberalismo. “Es muy prematuro hablar si vamos a comprar empresas. Hasta ahora no sabemos en qué condiciones están; sabemos que algunas estaban en muy malas condiciones y que estaban perdiendo plata, pero ese es un planteamiento que hay que dejarlo para el próximo gobierno”. Colanzi dijo que “el sistema productivo cruceño se desarrolló en Bolivia es una aspiración de los cruceños y se perfeccionó con los bolivianos que han venido de todas partes del país. Todos trabajamos por hacer este modelo que no es perfecto, pero es lo mejor que tiene Bolivia”.
Respecto a las empresas públicas deficitarias, en lo personal, sostuvo que “las empresas deficitarias deben cerrarlas” porque “la economía del país disminuyó –desde el 2015 hasta la fecha- la mitad de las reservas internacionales (RIN) y al ritmo que van puede acabarse en los siguientes años”. Expresó su preocupación porque el país por sexto año consecutivo afronta déficit fiscal que arrastra entre el 8 al 9% todos los años. “No podemos seguir manteniendo elefantes blancos”, dijo el ejecutivo cruceño.Las cifras cruceñas
Empresarios proponen ampliar la agroindustria a otras regiones
El presidente de la Cámara Agropecuaria de Cochabamba, Rolando Morales, sostuvo que su región perdió el denominativo de “granero de Bolivia” en 1992, después de producir el 65% de granos a nivel nacional a solo el 25%. Inversamente Santa Cruz desde 1995 pasó a ser la protagonista en la producción de granos, ahora produce el 65% de los alimentos industrializados y Cochabamba fue desplazado a un segundo plano y lejos de su potencial agropecuario. “En 1990 Santa Cruz florece en agropecuaria y desde el 94 y 95 empieza la inversión privada”.
Citó un ejemplo de la agroindustria cruceña: Cochabamba contribuye con el 35% de la producción de pollos en el país, pero con pollitos bebés de las granjas de Santa Cruz.
Explicó que la Ley Financial 2020, elaborado por el MAS y aprobado por los dos tercios del Legislativo, tiene que ser modificada porque no considera un predio rural como garantía para acceder a un crédito bancario hasta un 12% de interés. En cambio el agroindustrial cruceño consigue créditos directos de la banca con una tasa del 6% de interés porque opera como empresa. “Esto es ilógico dentro de una política socialistas productiva”, añadió el empresario.
Morales reconoció la unidad de los cruceños para convertirse en el denominado “motor de la economía” boliviana.
“Con franqueza Santa Cruz mostró unidad monolítica en torno a su desarrollo, despojándose de intereses políticos, hizo que el MAS le preste atención y vio en Santa Cruz potencial de inversión; lo que no pasó en Cochabamba, donde hay división política, hay tres comités cívicos y cuatro Fejuves”.
El presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Pedro Colanzi, compartió la idea de que “la actividad agroproductiva tiene que desarrollarse donde hay las condiciones”. “No nos olvidemos que Cochabamba era el granero de Bolivia; sí, hay que darle las condiciones para que se lo haga, está bien. El mercado es inmenso y hay que desarrollar todas las regiones, donde el uso de suelo sea acorde a esta actividad”.
Colanzi cree que Santa Cruz es el “motor de la economía” porque “es la fuerza, el modelo productivo donde se conjunciona el pequeño, mediano y gran productor”, porque “ellos hicieron una sinergia exportable que puede cubrir todas las necesidades internas del país, de la industria y tienen un excedente que se exporta. Ese es el secreto de Santa Cruz”.El presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ivo Blazicevic, manifestó que la “agroindustria es una actividad que merece apoyo porque es intensiva en mano de obra, aporta al desarrollo económico del país y puede favorecer la consecución del objetivo de soberanía alimentaria, que es un concepto siempre importante”. En este contexto, continuó, “hay ejemplos de otras regiones del país que han sido exitosos en la producción agroindustrial con perspectivas de exportación, como es el caso de Chuquisaca con el ají y el orégano, por citar un par de ejemplos”.
Dijo que “tiene sentido buscar la especialización productiva de las regiones siempre y cuando esta sea una consecuencia natural de aprovechar vocaciones productivas y no forzar situaciones, como sucedió con el Ingenio San Buenaventura, que ha sido una experiencia en la que se levantaron muchas expectativas que no han llegado a concretarse”.