“El general (Zúñiga) me responde que no va a acatar mis órdenes (en Palacio Quemado). Ahí instruí al ministro de Defensa que debíamos enfrentar un cambio inmediato de los tres comandantes que día antes (martes) ya habíamos determinado”, dijo Arce.
Brújula Digital |28|06|24|
Pese a la decisión asumida el martes (25), el presidente Luis Arce reveló la noche del jueves que decidió cambiar al Alto Mando de las Fuerzas Armadas la tarde del miércoles, alrededor de las 17:00, cuando el excomandante del Ejército, Juan José Zúñiga, no obedeció replegar las tropas movilizadas en plaza Murillo, acción que fue considerada como un intento de golpe de Estado.
“Cuando vimos ese intento de penetrar (a Palacio Quemado) con un carro de asalto, tomamos la decisión de bajar y enfrentar a quienes estaban ahí. Recibimos manifestaciones de solidaridad de muchos gobiernos, de organizaciones sociales, (…) eso vimos que estaba sucediendo alrededor de la plaza donde el pueblo se dio cita y se concentró e incluso estaban en enfrentamientos con las FFAA que usaban armas de fuego contra el pueblo”, relató Arce la noche de este jueves a los periodistas.
Arce decidió bajar y “enfrentar” a quienes estaban a la cabeza de este “fallido intento de golpe”. “Me hice dar el bastón de mando que caracteriza al capitán general de las FFAA. A los tres comandantes de fuerza les instruyo que depongan esas actitudes y al general Zúñiga le instruyo que repliegue a todas las fuerzas militares que movilizó en plaza Murillo”, contó el episodio en que se vio de frente con el general en las puertas de Palacio Quemado y ante las cámaras de medios de comunicación.
Zúñiga y los excomandantes de la Armada Boliviana Juan Arnez y de la Fuerza Aérea Boliviana Marcelo Zegarra estuvieron al frente de la movilización de tropas en plaza Murillo la tarde del miércoles con tanquetas blindadas y decenas de militares fuertemente armados. Zegarra fue el que se desmarcó tras que Arce increpara a Zúñiga en puertas del viejo Palacio Quemado.
“El general me responde que no va a acatar mis órdenes. (…) Lo encaré al vicealmirante y me dijo que no iba a acatar, también encaré al general de la Fuerza Aérea Boliviana, dudó, le insistí y las consecuencias que podía traer. En esa discusión abandonaron (Palacio Quemado). Ahí instruí al ministro de Defensa que debíamos enfrentar un cambio inmediato de los tres comandantes que día antes (martes) ya habíamos determinado”, aseguró.
Arce explicó que los militares tomaron la plaza Murillo porque la Unidad de Inteligencia Militar fue el eje del complot, “ocultó” información o no le reportó del movimiento de tropas, que incluso se trasladaban de Challapata (Oruro), Viacha y El Alto.
El lunes, Zúñiga aseveró que Morales no está habilitado para postular en las elecciones generales de 2025, ya que fue presidente en dos gestiones reconocidas por la actual Constitución y una anterior a la Carta Magna. “El Ejército tiene la misión de hacer respetar de cumplir la Constitución Política del Estado. Ese señor no puede volver a ser más presidente de este país”, dijo.
El martes se conoció que fue destituido porque supuestamente deliberó, pero no fue oficial, el miércoles protagonizó el movimiento de tropas, rompió la puerta del Palacio Quemado y cuando no obedeció el repliegue de tropas, recién dijo el presidente Arce decidió cambiar al alto mando militar.
Entonces y pasada las 17:00, Arce posesionó al nuevo Alto Mando de las Fuerzas Armadas: José Sánchez del Ejército; Gerardo Zabala, de la Fuerza Aérea; y Wilson Guardia, de la Armada. De inmediato, Sánchez ordenó a los militares movilizados retornar a sus unidades y aseguró el respaldo al Gobierno legalmente constituido.
De inmediato, los uniformados y las tanquetas dejaron la plaza Murillo. Zúñiga se replegó en el Estado Mayor de Miraflores donde, a las 19:00 fue aprehendido por efectivos policiales, operativo liderado por el viceministro de Régimen Interior, Jhonny Aguilera.
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