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Política | 10/10/2020

Entre avances y retrocesos, Bolivia celebra 38 años de democracia en puertas de una elección crucial

Entre avances y retrocesos, Bolivia celebra 38 años de democracia en puertas de una elección crucial

Hernán Siles Zuazo, el 19 de octubre de 1982. A la derecha aparece Jaime Paz Zamora.

Zulema Alanes B., Cabildeo Digital |10|10|20|

Este 10 de octubre, el aniversario de la democracia encuentra a Bolivia en un momento crucial, en medio de una pandemia global y en vísperas de unas elecciones generales decisivas para el rumbo de la institucionalidad del país.

Han pasado 38 años desde que Hernán Siles Zuazo asumió la presidencia y puso fin a un largo periodo de dictaduras militares y, el actual contexto político confirma que, en casi cuatro décadas, la democracia sigue enfrentada a grandes desafíos.

“La idea de democracia es tan actual y tiene tanto prestigio, que pueden servirse de ella incluso para matar la democracia”, dijo el desaparecido politólogo Jorge Lazarte al caracterizar los últimos años del régimen de Evo Morales que renunció luego de 14 años de mandato, obligado por la presión social y las inocultables evidencias del fraude electoral.

La incertidumbre de la dinámica electoral

Los 38 años de democracia están marcados por un tiempo electoral de incertidumbre que se inició el día mismo que la ciudadanía se movilizó denunciando el fraude electoral de octubre 2019. A un año de la resistencia democrática, en puertas de nuevas elecciones generales, las encuestas advierten que dos fuerzas políticas se pisan los talones y las voces que reclaman la unidad y el voto útil se han empezado a escuchar con más fuerza.

En las últimas horas, la presidenta Jeanine Añez pidió que se bajen las candidaturas que dispersan el voto para “votar por la candidatura que sea más beneficiosa, la que sepamos que va derrotar a Evo Morales y al MAS”. Admitió que fue muy duro declinar su candidatura, pero aseguró que lo hizo por la unidad y para garantizar la democracia.

Sin duda son horas decisivas para el futuro de la democracia. La dirigencia del Frente Para la Victoria (FPV) ha convocado a una conferencia de prensa para hacer conocer su decisión final “pensando en la unidad del país, pensando en el futuro de Bolivia” y aunque se desconoce lo que esa organización dará a conocer ha dejado en vilo a su candidato a la presidencia, Chi Hyun Chung, que según las encuestas arrastra tras de sí un 3% de la votación que podría estar en contra del MAS.

Entre tanto, Luis Fernando Camacho, de Creemos, hizo saber a través de sus voceros que está firme en un tercer lugar de las encuestas, bastante alejado de las dos fuerzas que encabezan la contienda, pero con los votos suficientes para posibilitar el retorno de Evo Morales al poder. Desde Comunidad Ciudadana, que postula a Carlos Mesa, se insistió que este tercer actor está dividiendo el voto de las fuerzas democráticas y está generando el riesgo de que el MAS gane en primera vuelta.

Mirando de palco, Luis Arce, el candidato de Evo Morales, apuntó a Mesa, Camacho y Quiroga, los tildó de corruptos y amenazó con “botarlos a patadas” en un discurso con el que, por lo visto, se esforzó por curarse en salud frente a las acusaciones de graves irregularidades que, según un informe de la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF), habría cometido durante los 12 años que ejerció como Ministro de Economía. 

Tres ciclos de agotamiento estatal en democracia

Desde la historia larga de la democracia, Juan Del Granado, el político que resistió a las dictaduras y que como abogado enjuició y encarceló a Luis García Meza y Luis Arce Gómez, aseguró que en casi cuatro décadas Bolivia vivió tres momentos de agotamiento estatal y de caducidades más o menos prematuras. 

Uno de esos momentos, estuvo encabezado por Hernán Siles Suazo, que inauguró el ciclo democrático, fue víctima del momento del Estado del 52 y “no pudo sobrellevar ese agotamiento, pero contribuyó de gran manera a la vida democrática, no se aferró al poder, dio un paso al costado y encabezó una transición pacífica”, dijo Del Granado a Cabildeo Digital.

El siguiente momento fue el largo periodo del neoliberalismo que se inauguró en 1986 con Paz Estensoro y se prolongó hasta la sublevación ciudadana del 2003, “se aferraron al poder y la sublevación metió a Gonzalo Sánchez de Lozada en un helicóptero y lo sacó del país, sobrevino la transición de Mesa y Rodríguez que, con dificultades y aciertos, consolidaron la transición el 2006”.

Entonces nació el tercer ciclo estatal que duró 14 años, a la cabeza de Evo Morales, “pero también se agotó como consecuencia de la corrupción, el despilfarro, autoritarismo, hegemonismo y destrucción de la poca institucionalidad, así como del estrechamiento de las libertades democráticas. Se agotó en una coyuntura internacional de precios que debió ser pivote para la transformación definitiva de la economía, se agotó porque malversó una oportunidad histórica e intentó prorrogarse, desconoció el voto popular, hizo fraude, primero para desconocer la constitución y luego para desconocer el 21 de febrero y, finalmente, el año pasado para desconocer la voluntad popular que le dijo no en las urnas”.

La democracia es una forma de vida

Pero aun de las vicisitudes de estos 38 años, según Del Granado, “hoy la democracia es una forma de vida de los bolivianos, más allá de sus dificultades y de sus crisis y más allá de sus retrocesos momentáneos”.

En su opinión estamos viviendo otra transición, justo en el momento electoral que concluye, el próximo 18 de octubre o, a más tardar, el 29 de noviembre, en caso de una segunda vuelta, “estamos en un momento en que los bolivianos tenemos que tener la capacidad e inteligencia para abrir el momento de la renovación democrática, institucional, de la justicia, de la ética, de la inclusión indígena originaria, ojalá que este conjunto de factores de un gobierno de renovación pueda sentar las bases de otro ciclo estatal, más definitivo y de más largo aliento”.

Pero aun de todos estos desafíos pendientes, Del Granado afirmó que “en todo este periodo histórico la democracia reconquistada haca 38 años ha sido más sólida que las crisis, más trascendente que los ciclos estatales”.

Auspició que la forma de vida en democracia va a continuar de manera exitosa y que “el 18 de octubre vamos a abrir un momento de renovación y ojalá que los elegidos tengan la talla para hacer de la democracia la base para organizar el estado y la sociedad de manera positiva y exitosa, este será el mayor homenaje para la vida en democracia”.

El derecho a la libertad, una conquista democrática

En la víspera de los 38 años de democracia, mientras en Irupana Arce amenazaba con “botar a patadas” a los opositores en caso de volver al gobierno, en otras regiones de los Yungas, celebraban la libertad de Fridolino Durán, el dirigente que fue encarcelado en 2015 acusado de asesinato por el gobierno de Evo Morales.

“La cárcel es para los pobres, para los ricos es un paseo de turismo”, dijo Durán este viernes al dejar la cárcel de Chonchocoro y recordó que “nos metieron presos por defender la coca” junto a Franklin Gutiérrez, Sergio Pampa y Primo Paxi, el último dirigente cocalero que aún permanece preso. 

¿Paradojas de la democracia? Todos terminaron presos por dirigir la resistencia a la Ley de la Coca, en el gobierno de los cocaleros. Los yungueños celebraron la libertad de Durán y reclamaron por la libertad de Paxi, porque la libertad es un derecho y es el legado que dejaron los cientos de hombres y mujeres que lucharon y sacrificaron sus vidas para derrotar a las dictaduras e instaurar la democracia.



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