Sólo 5,5 escaños uninominales, de 63, son “excesivos” en las provincias con respecto a las ciudades capitales de departamento, lo que implica un 3,3% del total del Legislativo, según el estudio poblacional realizado.
Brújula Digital |11|6|20|
Raúl Peñaranda U.
Un análisis poblacional realizado por Brújula Digital estableció que la sobrerrepresentación rural como efecto de la elección de diputados uninominales es marginal, y que solo 5,5 escaños, de 63, son “excesivos” en las provincias con respecto a las ciudades capitales de departamento, lo que implica un 3,3% del total del Legislativo. De todos modos, considerando el apoyo electoral de las distintas fuerzas políticas, su reubicación no generaría mayores cambios políticos.
Existen diferentes dirigentes políticos, analistas y periodistas que han insistido en este supuesto desbalance y han colocado su reforma como un requisito para realizar las elecciones, ya que exigen que primero se apruebe una ley de redistribución. También han señalado que esa supuesta sobrerrepresentación le conviene electoralmente al MAS, debido a su mayor voto en localidades rurales. Ello no se puede comprobar, según este estudio.
Lo que sí existe es un desequilibrio entre departamentos, pero ello se hace para generar una cierta ecuanimidad de representación entre las regiones del país. También es evidente la sobrerrepresentación que tienen las siete circunscripciones indígenas, que implican el 1,9% del total de votantes, pero que gozan del 4,2% del Legislativo. Esas siete circunscripciones son dominadas por el MAS y ello sí implica un desequilibrio a favor de ese partido. La CPE estableció su existencia y una ley definió su número en siete.
Además, existen en el Legislativo 60 diputaciones plurinominales y 36 senadores, pero su representación no implica ningún desequilibrio entre ciudades y áreas rurales ya que se eligen por lista. El total del Parlamento es de 166 miembros. Por lo demás, como lo recuerda el analista Carlos Cordero, no existen según la ley “circunscripciones rurales o urbanas”.
El error sobre la supuesta población "rural"
Uno de los errores que quienes señalan que existe sobrerrepresentación del campo es que consideran a toda la población que no es de las ciudades capitales como “rural”, lo que no es efectivo. Las ciudades intermedias son en muchos casos de similar población que las capitales, como los ejemplos del Beni (Riberalta tiene una población menor, pero comparable con la de Trinidad) o Yacuiba con respecto a Tarija, etc.
En el país existen 85 municipios de 20.000 habitantes o más que no son capitales de departamento y ellos no pueden ser considerados “rurales”. Otro ejemplo interesante es que en Bolivia hay ocho localidades (excluyendo a las capitales de departamento) que tienen más población que Cobija, la capital de Pando (78.000 habitantes). Por eso el estudio de Brújula Digital dividió las circunscripciones entre las de la capital del departamento y las de las provincias, no entre “área urbana” y “área rural”.
Según el estudio, las capitales de departamento tienen 56% de los inscritos y eligen a 29 uninominales (46% de esas diputaciones). Por otra parte, las provincias (es decir localidades que no son capitales de departamento), tienen el 43% de la población y el 54% de los uninominales (ver adjunto). Por lo tanto no es cierta la creencia popular de que el 30% del "area rural" elige a más diputados que el 70% del "area urbana".
Para que exista una “representación perfecta”, habría que quitarles a las provincias 5,5 diputaciones y dárselas a las capitales de departamento más El Alto. El análisis se hizo de la siguiente manera: se estableció cuál es el promedio de inscritos de cada departamento para asignar cada diputado y luego se estableció cuántos “de más” se les adjudica a las provincias con respecto a las capitales.
El departamento de La Paz aparece como el de mayor desequilibrio. Al hacer el promedio de representación por diputado y al comparar con las provincias, se llega a la conclusión de que éstas tienen 1,9 diputados “de más”. En se sentido, El Alto y La Paz deberían ganar, cada una, un diputado uninominal adicional. El MAS perdería así, un posible uninominal en las provincias.
En todos los demás departamentos esa “demasía” de diputaciones elegidas en provincias es inferior a 1: Chuquisaca: 0,9 de diputación; Oruro: 0,6; Potosí: 0,5; Cochabamba, 05; Santa Cruz: 0,4; Pando: 0,3; Beni: 0,3; y Tarija: 0,1.
La suma de todas esas “fracciones” de diputaciones que las provincias tienen “en exceso” con respecto a las capitales de departamento da 5,5. Sin embargo, debido a que son, precisamente, “fracciones” de diputaciones es que es muy difícil su redistribución ya que se deben tener continuidad geográfica, poseer afinidad, no dividir municipios, poseer continuidad territorial y no trascender los límites departamentales.
Como se ha dicho, el único lugar donde esa “sobrerrepresentación” es igual o mayor a 1 es La Paz, pero incluso si ello se cambiara, tampoco implicaría un perjuicio notable contra el MAS.
El análisis de Brújula Digital señala que, por la manera como se conforma el voto en Sucre, si esa ciudad tuviera un diputado uninominal adicional (actualmente, según el promedio de votos, merece “aumentar” un 0,9 de diputación), el MAS podría perder un diputado. Si se hiciera una reforma, entonces, el MAS podría perder dos diputaciones en total (si mantiene su votación más o menos similar a la de octubre de 2019): una en La Paz y otra en Sucre.
Aunque se considerara a la totalidad de esas 5,5 diputaciones como sobrerrepresentación de las provincias, ellas implican solamente el 3,3% del total del Legislativo (166 escaños).
Se ha popularizado en redes sociales un meme en el que se señala que en el área rural se elige un diputado cada 300 votos y en las ciudades, uno cada 300.000, pero esos datos son incorrectos. No existe ninguna circunscripción en el país de 300 votos ni de 300.000, como se ve en los datos adjuntos.
El candidato a la presidencia Luis Fernando Camacho llegó a señalar en un video difundido en redes sociales que “un voto rural equivale a tres votos urbanos”, algo fuera de la realidad.
Desequilibrio entre departamentos
Desde las primeras elecciones con voto universal, de 1956, las normas en el país favorecen a los departamentos menos poblados. Esa tradición se ha mantenido a lo largo de más de medio siglo y llega hasta la ley 421 de Distribución de Escaños, del 7 de octubre de 2013. Esta beneficia a los departamentos menos poblados y con menor Índice de Desarrollo Humano (IDH).
Gracias a eso, Pando tiene actualmente cuatro diputados (más uno de circunscripción indígena), pero tendría solamente dos si se cumpliera un “promedio perfecto” para asignar diputaciones.
Si la ley no compensara a favor de departamentos menos poblados, Chuquisaca debería perder tres diputaciones; Oruro, tres. Potosí, tres; Tarija, dos; Beni, tres, aparte de Pando, tres. En el sentido opuesto, La Paz ganaría cuatro, Cochabamba, cuatro y Santa Cruz, 10 (ver cuadro).
El desequilibrio mayor se da entre senadores, sin embargo. Pando, por ejemplo, con menos de 70.000 inscritos, elige a cuatro senadores, con un promedio de votación de 17.000 para cada uno. Los departamentos de La Paz y Santa Cruz, por el contrario, eligen a cada senador por cada medio millón de inscritos. El número de senadores es de cuatro por departamento independientemente de su población, según la Constitución de 2009.