Brújula Digital presenta una nueva entrega del Plan Bicentenario de la Fundación Milenio 2025, una propuesta integral para enfrentar la crisis económica, social y política de Bolivia, con motivo de los 200 años de su independencia.
3Brújula Digital|25|07|25|
Fundación Milenio
Bolivia invierte alrededor del 8% de su PIB en educación, uno de los porcentajes más altos de la región. Sin embargo, la crisis educativa persiste debido a un estancamiento que se refleja en deficiencias en la calidad de los aprendizajes, baja cobertura en educación inicial, altos índices de deserción en secundaria y brechas en el acceso a la tecnología. Además, es preciso adaptar la oferta formativa para responder a una sociedad más urbana y multicultural y a los desafíos de la competitividad global.
En este contexto, persisten serios problemas urgentes.
a) Calidad del Aprendizaje. Gran parte del estudiantado de primaria y secundaria no adquiere competencias básicas en lectura, escritura y matemáticas, con resultados inferiores en zonas rurales y en establecimientos fiscales y de convenio.
b) Enfoque de Enseñanza. Las escuelas presentan prioridades dispersas y limitaciones en la gestión pedagógica, lo que afecta la atención real que se brinda al aprendizaje. Adicionalmente, la práctica docente está centrada en métodos transmisivos de contenidos y no de desarrollo de competencias.
c) Formación Docente. La preparación de los maestros no se adapta a los desafíos del siglo XXI, evidenciando falta de metodologías activas e incorporación de herramientas digitales.
d) Articulación Educativa. La educación técnica y superior no se vincula lo suficiente con las realidades productivas y laborales locales, lo que repercute también en el nivel secundario.
Frente a la situación descrita, el objetivo de la política educativa debe ser mejorar sustancialmente la calidad de los aprendizajes, integrando al aula enfoques pedagógicos modernos, orientados a la formación de competencias. Solamente de este modo podremos lograr una educación que sea capaz de responder a las necesidades de formación de las personas y los retos del desarrollo nacional.
Educación para formar competencias relevantes
Para superar estas carencias, proponemos una educación que no se limite a impartir contenidos tradicionales, sino que fomente competencias transversales.
a) Lectura y escritura con sentido crítico, donde la comprensión de textos y la capacidad de comunicar ideas sean el eje fundamental de la formación.
b) Razonamiento matemático que vaya más allá de operaciones básicas y permita aplicar la lógica a la resolución de problemas cotidianos.
c) Pensamiento crítico y habilidad de análisis, para que los estudiantes sean capaces de evaluar informaciones en entornos digitales, discernir la veracidad de las fuentes, producir juicios fundamentados y contar con capacidad de aprendizaje autónomo.
d) Ciudadanía plena y global. promover valores cívicos, conciencia ecológica, respeto a la diversidad cultural, relaciones de genero equitativas y transformadoras, conciencia sobre la violencia de género y su prevención, capacidad de diálogo y de participación en la vida pública.
• Uso efectivo de la tecnología y “alfabetización digital”, crucial en la era de la información. Esto implica no solo acceso a dispositivos e internet, sino la formación de docentes y el rediseño de metodologías de enseñanza.
• Competencias blandas (llamadas también “habilidades socioemocionales”). trabajo en equipo, empatía, liderazgo, capacidad de adaptación al cambio.
Este enfoque busca que la escuela boliviana sea un espacio centrado en el aprendizaje, donde los estudiantes asuman un papel activo y el docente se convierta en un facilitador. De esta forma, la educación se transforma en la mejor vía para construir igualdad de oportunidades y, al mismo tiempo, impulsar el desarrollo productivo del país.
10 propuestas para mejorar la educación en orden de prioridad
Conscientes de que los problemas educativos son complejos y que no existen soluciones fáciles, las propuestas que se presentan buscan lograr avances a mediano plazo, sin dejar de enfatizar la necesidad de implementar acciones inmediatas.
1. Medición de la calidad educativa
La primera propuesta consiste en fortalecer la medición de la calidad del aprendizaje para contar con diagnósticos confiables y diseñar estrategias de mejora efectivas. Se recomienda.
• Fortalecer y jerarquizar al Observatorio Plurinacional de la Calidad Educativa (OPCE). Divulgar y socializar su trabajo y analizar los resultados ya publicados para destilar medidas de política pública de aplicación inmediata en cada uno de los departamentos.
• Participar en evaluaciones internacionales como PISA (Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes) de la OCDE, que mide competencias en lectura, matemáticas y ciencias para estudiantes de 15 años.
• Reingresar en mediciones de calidad de la UNESCO a través de OREALC para los países latinoamericanos.
Estas acciones permitirán generar instrumentos y herramientas para retroalimentar el sistema con la información obtenida y adoptar decisiones basadas en evidencia, compararse con otros países y mejorar la enseñanza en áreas clave.
2. Dotar a las unidades educativas de textos de aprendizaje de calidad en forma gratuita
Que incluyan información científica actualizada y relevante, junto con estrategias de aprendizaje (aprendizaje colaborativo, metacognición y métodos de enseñanza específicos para cada área), además de programas de formación docente que aseguren una aplicación apropiada. Los textos podrán ser digitales.
3. Transformación educativa digital
El país necesita con urgencia un Programa Nacional de Transformación Educativa Digital, que atienda las brechas de acceso y uso de tecnologías.
• Garantizar el acceso a Internet de alta velocidad en las escuelas fijando metas anuales claras de tal manera que todas las escuelas cumplan con ello en cuatro años. Es importante que los esfuerzos de transformación digital también cierren las brechas que ya existen entre el área urbana y rural.
• Implementar laboratorios de computación y equipamiento digital en por lo menos la mitad de las escuelas en los próximos dos años.
• Formar y capacitar a docentes en alfabetización digital.
Este proceso debe orientarse a incrementar la motivación y las habilidades de niños y jóvenes para navegar en el mundo digital, sin descuidar la formación en valores ni la interacción personal.
4. Ampliación de la cobertura de educación inicial
La educación inicial (de 3 a 5 años) es fundamental para el desarrollo cognitivo, emocional y social, y resulta determinante para el éxito educativo posterior en primaria y secundaria. Actualmente, la cobertura en Bolivia se sitúa en torno al 75%, y se propone incrementarla al 90% en un plazo de cuatro años, especialmente en regiones como Chuquisaca, Pando, Santa Cruz, Beni y Cochabamba. Es necesario desarrollar estrategias diferenciadas para el área urbana y rural, y considerar el impacto que la ampliación de la cobertura podría tener en la carga de cuidado que, históricamente, recae sobre las mujeres.
En el ámbito urbano, las acciones deben incluir.
• Desarrollar infraestructura adecuada para el fortalecimiento de la educación inicial.
• Revitalizar la formación de docentes en educación inicial en las Escuelas Superiores de Formación Docente y modernizar sus currículos, mejorando la calidad de la interacción adulto – niño.
• Contratar a docentes especializados en educación inicial, reconociendo su labor como formadores de la base del sistema educativo, y mejorar sus condiciones laborales.
• Sensibilizar a padres y madres sobre la importancia pedagógica de la educación inicial y establecer expectativas claras.
• Diseñar políticas que eviten que la ampliación de la cobertura educativa genere una sobrecarga en la economía del cuidado, evitando que recaiga mayoritariamente sobre las mujeres.
• Evaluar la posibilidad de ampliar el Bono Juancito Pinto a la educación inicial para estimular la demanda una vez que haya suficiente oferta.
• Implementar paquetes complementarios de salud y nutrición.
Esta estrategia busca sentar bases sólidas para el aprendizaje futuro y reducir la desigualdad desde los primeros años de vida. Una acción que se debe analizar es convertir la educación inicial en obligatoria y, por tanto, en requisito para el ingreso al ciclo primario; lo cual que dependerá de cuan rápido se expanda la oferta de educación inicial.
5. Mejora en la gestión escolar. escuela, aula y comunidad
Gran parte del proceso de enseñanza aprendizaje ocurre en la escuela y en el aula. Es ahí donde se debe actuar para mejorar los aprendizajes. Por lo tanto, proponemos un programa de fortalecimiento del liderazgo pedagógico de directores y un sistema de acompañamiento pedagógico a los maestros en aula (sobre todo en los primeros grados de primaria) para incrementar su eficacia. En ese sentido, se hace necesario.
• Reducir la burocracia en las tareas de los directores y otorgarles mayor autonomía para que sean efectivamente responsables de crear un ambiente de aprendizaje positivo en sus establecimientos.
• Centrarse en la efectividad docente y en la relevancia de lo que ocurre dentro del aula tanto en lo pedagógico como emocional. El desafío es crear aulas orientadas al aprendizaje donde los estudiantes se sientan seguros y donde se les respete e incremente su curiosidad y auto estima.
• Mayor involucramiento de las familias en sus hogares, convirtiéndolas en corresponsables del proceso educativo.
• Uso más productivo del tiempo de aprendizaje, evitando horas cívicas excesivas, actividades extracurriculares superfluas o desfiles que distraigan del propósito pedagógico.
El objetivo es lograr que al menos el 20% de las escuelas primarias implementen estas iniciativas en los primeros dos años, llegando al 60% al finalizar cinco años. Se propone otorgar incentivos económicos basados en criterios preestablecidos a las escuelas que cumplan con los objetivos, dentro de un esquema de financiamiento adicional vinculado a los resultados obtenidos.
6. Secundaria. reducir el ebandono y articular con el mercado laboral
Uno de los problemas en la educación secundaria es la deserción, especialmente en regiones como Beni, Pando, Chuquisaca y Potosí. Por ello, es imperioso.
• Desarrollar un Sistema de Alerta Temprana que identifique casos de riesgo antes de que el estudiante abandone.
• Investigar las causas de deserción. necesidad de trabajar, embarazo adolescente, desmotivación, etc. para recién desarrollar estrategias diferenciadas de cómo reducir el abandono.
• Reconocer las expectativas de las diferentes juventudes y como mejor articularlas.
• Fortalecer el Bachillerato Técnico Humanístico, equipando laboratorios y dotando a los docentes de formación adecuada.
• Certificar a los alumnos en competencias digitales (programación y otras) para lograr que, al culminar la secundaria, los jóvenes cuenten con las competencias para ingresar al mundo laboral o continuar estudios técnicos y superiores.
• Rediseñar y revitalizar la enseñanza del inglés –incluso con la participación del sector privado– para que los bachilleres se gradúen con un nivel de inglés significativamente superior al actual, facilitando así su inserción en el ámbito laboral.
7. Educación técnica
La educación técnica enfrenta complicaciones de gobernanza, pues depende del Ministerio de Educación (parte académica) y de las gobernaciones (financiamiento). Por ello, sugerimos.
• Evaluar y re-diseñar un sistema de gobernanza pertinente a los desafíos actuales
• Incentivar la participación del sector privado en la formación técnica.
• Crear planes de mejora integral, adaptados a la vocación productiva actual y futura de cada territorio.
• Desarrollar centros de excelencia y de referencia (hubs) en cada departamento de acuerdo con su vocación productiva.
• Acreditar competencias, facilitando la movilidad estudiantil e inserción laboral tanto interna como en el MERCOSUR.
• Estrechar lazos con el empresariado para promover pasantías y prácticas reales en el sector productivo.
8. Reforma del sistema de formación docente y construir una alternativa eficiente de formación continua de maestros en ejercicio
Los docentes son el eje fundamental de la calidad educativa. Por tanto, es necesario revisar el modelo de formación docente, orientándolo a.
• Fomentar la participación de instituciones y profesionales externos en la formación docente, para romper con la exclusividad que actualmente ejercen las Escuelas Superiores de Formación de Maestros, dependientes del Ministerio de Educación, en la capacitación de sus estudiantes.
• ncorporar métodos y tecnologías del siglo XXI, con énfasis en prácticas pedagógicas efectivas y actualizadas.
• Establecer estándares de salida claros, centrados en la competencia de “enseñar a enseñar”.
• Desarrollar una alternativa eficiente de capacitación para maestros en ejercicio, con objetivos y contenidos claramente definidos.
• Medir la calidad en la formación docente al inicio, a medio camino y al finalizar su formación para hacer seguimiento y poder tomar medidas correctivas.
9. Plan nacional de lectura y bibliotecas escolares
Los libros y la lectura son esenciales para el aprendizaje. Además, la lectura y la escritura son considerados un derecho de la ciudadanía. Proponemos.
• Un Plan Nacional de Lectura que promueva el gusto por los libros desde primaria.
• Fortalecer las bibliotecas públicas y desarrollar bibliotecas escolares en cada centro educativo con libros digitales y audiolibros.
• Incluir textos nacionales, fomentando la identidad y la pluralidad cultural, con la activa participación de escritores y editoriales.
• Esta estrategia debe ser acompañada por una formación docente que permita impartir la enseñanza hacia la comprensión lectora y lectura critica.
• Impulsar la participación de docentes, familias y estudiantes en actividades de animación lectora.
10. Calidad en la educación técnica y superior
Planteamos la necesidad de regular y evaluar la oferta de educación técnica y universitaria.
• Fomentar la acreditación y la divulgación de resultados, tanto para universidades públicas como privadas.
• Retroalimentar a la secundaria con los hallazgos de los exámenes de ingreso a la universidad, orientando a los colegios y a las familias sobre los vacíos formativos.
• Integrar mejor la educación técnica con las demandas del mercado laboral y las necesidades productivas de cada región.
Texto tomado del Plan Bicentenario, Fundación Milenio. Autores: Henry Oporto (coordinador), Alan Bojanic, Manuel Contreras, Rubén Ferrufino y Luis Carlos Jemio; colaboraciones de Armando Álvarez, Gerardo Garrett, María Machicado, Fernando Lavadenz, Julio Linares, Mauricio Medinaceli.