Andrés Torrez analiza cómo Bukele y Milei redefinen la democracia, critica el libertarismo en Bolivia y señala un cambio económico inminente. Además, destaca el impacto del racismo en el desarrollo del altiplano.
Brújula Digital|14|02|25|
Diego Ayo
Andrés Torrez es empresario y académico. Entre otros cargos, ha sido director del Instituto para la Democracia de la UCB, Secretario Ejecutivo de la CEPB y representante del Club de Madrid en Bolivia. Se desempeña actualmente como representante legal de la Universidad Cordillera.
Torrez está preparándose para graduarse de doctor en Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Madrid; ha obtenido en España dos maestrías: Derecho Constitucional y Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales. Su licenciatura es en economía, por la Texas State University.
Torrez conversó con Brújula Digital. Aquí lo más destacado de ese diálogo:
La democracia está en riesgo. Los muestran diversos indicadores. El Latinobarómetro nos ha catalogado como la peor democracia de América Latina.
La democracia es central y no se discute. Ese ha sido el lema prevaleciente en el país y en el continente los últimos 40 años. Y lo correcto es separar ambas premisas: la democracia es central, estoy de acuerdo. Sin embargo, la tesis de que “la democracia no se discute” no es correcta. Hemos convertido a la democracia en un dogma. Un asunto casi religioso que nos lleva a pensar que seremos un mejor país si tenemos elecciones a todo nivel. Ya ves que las elecciones judiciales fueron un fracaso. Bukele, por ejemplo, cuestiona todo, generando un evidente malestar. Ya he visto una infinidad de opiniones dedicadas a defenestrarlo culpándolo de autoritario. Pues no creo que sea el caso. Lo que hace Bukele es cuestionar premisas deificadas. Reescribir la democracia con provocaciones que, y esto es lo central, ¡funcionan! Se lo califica basándonos en letra muerta, no mirando los resultados.
Hmm, es provocador lo que sugieres. Lo mismo hace el libertario Milei, ¿no? Quebrar las reglas.
Lo que sucede, como te decía, es que hemos interpretado las reglas bajos moldes institucionales inamovibles. Lo correcto es darnos cuenta de que los libertarios no son novedad. O, en todo caso, quizás lo sean en Argentina. Acá en el país tenemos libertarios desde hace tres o cuatro décadas, sólo que nos empeñamos en llamarlos por el nombre formal. Y ese nombre “correcto” es contrabandista. Pero, ¿está bien catalogarlos tan despectivamente cuando en realidad son y serían la envidia de Milei? Sectores de enorme calibre haciendo plata al margen del Estado, pero permitiendo que las inmensas trabas que tenemos se disipen. No creo que sean ilegales, ¡son héroes!
La cosa es que te olvides quién usa o no poncho y abarcas y hacer plata. ¡Exportar o importar! Y eso es lo que hacen miles de personas, la mayoría de ellas aymaras y quechuas bajo un lema imprescindible: “Is the economy, stupid!”, que es el famoso dicho utilizado por Clinton en la campaña electoral de 1993 que lo hizo presidente. Fue fantásticamente construido por su asesor de campaña James Carville. “¡Es la economía, estúpido”. Y te aseguro que los principales practicantes de este eslogan de campaña son estos actores. Hemos tratado de verlos casi exclusivamente bajo una óptica cultural cuando lo destacable es entenderlos bajo una óptica económica.
Pero por muy bravos que sean, estamos acabados. El gobierno de Arce terminó de sepultar su modelo…
¡Nooo! El problema es creer ya sea a Arce que sólo se dedica a lloriquear contra los opositores señalando las maravillas de su modelo, ya sea a Mesa que sólo ve científicamente, al menos eso pensamos, los errores cometidos y el mal desempeño de nuestra economía. Eso es un error. Estamos a puertas de iniciar un nuevo modelo. En agosto son las elecciones y no son elecciones de gobierno únicamente, son elecciones de modelo.
El modelo del llanto continuo debe terminar. ¿Sabes que tiene el país de aquí en adelante? Tenemos en Coro Coro cobre. No sé cuánto, pero son reservas gigantescas. Ya ves que Chile vive del cobre desde principios del siglo pasado y por lo menos un 15% de su PIB viene de explotar ese mineral. Este gobierno viene explorando dos o tres pozos de gas por año. Antes, del 94 en adelante, teníamos, por lo menos, 20 pozos explorados. El MAS sólo se dedicó a despilfarrar lo que había. Tenemos hierro en el Mutún, oro repartido por todo el país. Y litio. Este gobierno ya ha gastado más de mil millones en el litio sin resultado alguno. Han fracasado. ¡Todo lo que tocan fracasa!, pero eso no significa que no podamos echarlo a andar. Tenemos para reconstruir el país bajo un nuevo modelo que fácilmente va a estar en pie los siguientes 25 a 30 años.
¿Y la tierra?
Tenemos la mitad de la producción por hectárea que Paraguay o Brasil. ¿Qué significa eso? Que debemos apoyarlos. Podemos producir mucho más por hectárea. Estamos a poco de iniciar una poderosa revolución productiva. ¿Y sabes cuál es la mejor noticia?
Dime.
¡Qué lo podemos hacer en el altiplano! El racismo ha sido tan penetrante en nuestra sociedad que, con sólo ver indígenas aglomerados en el altiplano, hemos llegado a la incorrecta conclusión de que sus tierras también son inferiores. ¿Te das cuenta? El racismo no es sólo una desestimación de la gente, sino de su entorno. Sin embargo, hoy sabemos que esos inmensos territorios son fértiles. Sólo hay que dar vuelta a la página sacando a los campesinos de su actual estado de postración. ¿Cómo lo hacemos? Dejando que usen sus tierras como mejor les parezca. La Reforma Agraria del 52 fue perversa. Los obligó a ser comunitarios, incapacitados de vender un solo metro de sus propiedades ¡porque éstas eran y debían ser colectivas! Eso no lo dijeron los propios campesinos, lo dijeron los sabios de la revolución convencidos de que su buen espíritu revolucionario era suficiente para definir lo que era bueno. ¡Y nos lo venimos creyendo hasta hoy!, a pesar de que ellos negocian individualmente con sus tierras con criterio propio.
Pero volvamos a la evaluación del momento. Te noto un tanto optimista. No dice lo mismo la CEPAL, por ejemplo sobre el futuro de nuestra economía.
La Cepal dice lo mismo desde hace 20 años, siempre con ese tono crítico e hipercrítico que no comparto. Está bien escuchar a la gama entera de indicadores internacionales, pero para hacer lo contrario…
Hablan de una década perdida…
¿Cuál década perdida? Nunca has visto a tanta gente manejando vagonetas o a tanta gente construyendo. Además, hay más escuelas, la universidad ha tenido un despegue formidable, nunca tantos bolivianos han tenido celulares. En fin, lo que debemos saber es que esta Bolivia es absolutamente diferente a la Bolivia de hace sólo 20 años.
Parece propaganda electoral del partido de gobierno.
No, claro que no, Arce debe tener el peor gobierno de nuestra historia.
No tengo dudas, nunca creo que haya habido tanta corrupción.
Ahí también te equivocas. ¿Te acuerdas de los corruptos de ADN o el MNR? Había mucha, pero mucha corrupción y si no eran más corruptos era porque no había tanto dinero. Sin embargo, porcentualmente han sido igual o más corruptos.
Hmm, en todo caso, hoy hay un embrión de renovación. Últimamente vemos a Marcelo Claure hasta en la sopa.
Afortunadamente. No lo queremos admitir porque la envidia nos corroe, pero no creo que sea un despropósito afirmar que Claure es el nuevo Simón Patiño. No sólo es multimillonario, es una figura pública que se codea con presidentes como Lula o Boric. Me parece de lujo un tipo así para el país. Es un verdadero “doer” –hace lo que debe hacer– y, por tanto, funge como un fantástico embajador de Bolivia y, lo que es mejor, sin cobrar un peso. ¿Te das cuenta? Sin reportar gasto alguno para el gobierno, representa mejor al país que cientos de empleados masistas desperdigados en las embajadas.
Y dices que la envidia nos corroe…
Pero claro, todos lo hacen bolsa apenas pueden. Tenemos una cultura antiempresarial en mente que nos devora. No soportamos que un hombre rico pueda ser boliviano y hablar en nombre de los bolivianos. Tú dirás que en Santa Cruz la cosa es mejor y allá los empresarios lo admiran, pero no creo que sea así. ¡Tengo mis dudas! He escuchado que “mejor se queda en su país”, refiriéndose a Estados Unidos. No creo que aplaudan al empresario. A lo sumo lo toleran. Y ojo, te estoy hablando de los grandes empresarios.
Sí, es entrevistado por los grandes medios internacionales.
Exacto, acá sorbemos la espalda de cualquier empresario o boliviano famoso con tremenda facilidad, pero a este hombre que ha salido en revistas de enorme prestigio le tenemos rabia. Nos molesta. Eso da pena. El problema está en nosotros, instalado en nuestro cerebro cómodamente.
Pero, ¿y los políticos que hoy tenemos al frente? Ya ves que Claure está dedicado a realizar encuestas que los visibilicen.
No es fácil elegir alguno. Ya ves que Tuto, aunque inteligente, está desempleado desde hace 23 años. Dejó la presidencia en 2002 y no volvió a trabajar. ¿Te das cuenta? Samuel, que es un destacado empresario, se la ha pasado postulando y su imagen ya está desgastada. Manfred me parece más interesante. Ha ganado siempre sus combates electorales, por lo menos en la Alcaldía de Cochabamba, donde sigue demostrando una enorme calidad técnica, lejos de las payasadas continuas de nuestro alcalde paceño.
¿Y Rodrigo Paz? A mí me parece interesante.
Sin dudas, pero no sé si apunta correctamente. Se jacta de haber viajado a más de 200 municipios del país. Está bien, pero me parecería mejor si se concentra en Santa Cruz y El Alto. Ese es el eje. En todo caso, lo que debemos entender es que en 1982 se privilegió nuestro retorno a la democracia, en 1985 nuestra estabilidad económica, en 2005 la inclusión social, pero hoy es distinto.
¿Por qué?
Porque se requiere pasar a otro punto, que esté ligado a la seguridad y eficiencia económicas. Eso es lo que debemos priorizar. Ya para eso hay que conquistar al menos a tres actores fundamentales en nuestra historia desde 2006: los transportistas, los gremialistas y los cooperativistas. En este último año los incluimos. Hoy quieren seguir creciendo y necesitan seguridad económica. Date cuenta que, aunque hayan sido incorporados a la democracia como actores con nombre propio en 2006, hoy su situación es distinta, ¡quieren diésel! Tan simple como eso y si el MAS no se los asegura van a votar por quien sea.
Por candidatos de oposición y como le encanta decir a Evo, por “la derecha”
Claro, van a votar por la derecha y ultraderecha si es necesario, pero que les de diésel. La demanda identitaria ya no es central. Lo central es el desarrollo económico.
¿Y el Dr. Chi?
Es un outsider y la gente está en búsqueda de un candidato de ese tipo. Un candidato nuevo. Y el sujeto propone cerrar la aduana y penalizar el aborto. Eso seduce. La gente no quiere estar pagando aranceles y, lo que es peor, la gente es ultraconservadora. No quieren saber de abortar.
Bueno, pero lo central estas últimas décadas ha sido el “pueblo”. ¿En qué queda con esta gama de candidatos?
El pueblo es fundamental, pero no es el eje de una campaña y menos aún de una gestión eficiente. Es otro dogma democrático que amerita ser revisado. Han sido vitales los movimientos sociales como actores del cambio, pero nos ha hecho daño su posicionamiento como ángeles caídos del cielo. La COB, el Pacto de Unidad o los comités cívicos son importantes, pero los problemas no se resuelven con su sola aparición. Eso es un mito peligroso. ¡Necesitamos gente de calidad en la administración pública! Y esa gente nunca llena estadios. Son pocos. Pocos y capos. Eso necesitamos.
Suena elitista.
Y lo es. No en el mal sentido. Las oligarquías trabajan para sí mismas, las élites trabajan para el pueblo. Esa fusión es lo que necesitamos. La idea de que Evo es un milagro, es casi un dios, es absurda y nos ha generado un enorme perjuicio. El Mallku ha sido indispensable en algún momento de nuestra historia, pero no son ya el centro de la política. ¡No deben serlo! Date cuenta que en los últimos veinte años nos la hemos pasado rezándole al hermano Evo y no hemos tenido ni un solo debate. ¡Ni una sola vez hemos dialogado! Las ideas han sido canceladas. ¿Te das cuenta?
Es propio del populismo.
Sí, pero no nos hace bien. Acabo de estar en Dubai. ¿Te das cuenta como vemos a esta gente? La consideramos religiosa, creemos que se hincan cinco veces al día para rezar y pare de contar. ¡Nada más errado! En los Emiratos Árabes los nietos de estos jeques ya estudian en Harvard u Oxford. ¿Significa eso que ya no rezan? No, siguen rezando cinco veces al día, sólo que ahora en cada rezada piden que sus empresas funcionen mejor.
Se la pasan manejando un Mercedes, esa es la imagen estereotipada que tenemos.
Claro, se la pasan divirtiéndose, pero no chupan. Está prohibido. ¿Qué significa eso? Que generan actividades económicas las 24 horas del día con billares, restaurantes, casinos y un largo etcétera. Funcionan todo el día y funcionan bien. Ya ves, se puede joder, como decimos acá, sin lastimar y ganando un montón de plata. Sólo hay que poner las reglas.
Ejercen una ética protestante weberiana mezclada con odas religiosas.
Sí, pero no sólo eso. Además, son profundamente nacionalistas. Les interesa su país y sólo su país. No es como acá, con un Evo eligiendo a la quinceañera que va a conquistar. Son criados para pensar en versión nación. Pensar para todos.
Interesante, pero dices que eso no hay en el país o el continente.
Claro que hay. Eso son Mujica, Obama. Scheinbaum y, sin dudas, Víctor Paz Estenssoro. El 64 seguía siendo un hualaycho engreído, pero ya el 85 era un estadista. Algo así es el mismo AMLO, un político que no se amilana. Podrá ser un poco hablador, pero negocia de tú a tú con los Estados Unidos. O sea, puedes estar en contra de lo que dicen, pero lo que dicen tiene un toque nacional incuestionable. Su vida privada es otra cosa.
Tienes razón. Acá la dependencia a nuestros recursos naturales nos ha estupidizado.
Sin dudas. Debemos estar seguros que nuestra mayor riqueza es la cultura de trabajo. Por ejemplo, la cultura de trabajo andina es fantástica. No depende de los alquileres que recibimos por nuestros recursos naturales. Ya los ves en Warnes o Cobija, con sus bolos en la boca, haciendo comercio, moviendo camiones, trayendo construcción, llevando productos al Brasil. Es impactante. Y no hay excusas, que el calor, que el frío. Macanas. Ya ves el notable ejemplo de Florida en Estados Unidos. Progresó cuando metieron aíre acondicionado. Algo así sucedió en Santa Cruz con la vacuna de la fiebre amarilla. ¿Qué quiero decir con esto? Qué se debe subsanar lo que venga. Eso es generar un verdadero capital social, “hemos ganado a la naturaleza, ahora nadie nos gana”, es el mantra reflexivo indispensable. Acá en el occidente venimos mintiendo desde hace años: “tu tierra es mala, hijo, no sirve, mejor migrá”. ¡Mentira! Si sirve y lo debemos demostrar. De otra manera, esas excusas solo sirven para que un MAS siga lucrando electoralmente. Ganando votos de la pena. El victimismo es fatal. Esclaviza a la gente…
Diego Ayo es PhD en ciencias políticas.