Brújula Digital|28|11|24|
Jorge Gamarra
Esta semana se cumplen cinco años del fallecimiento de Eudoro Galindo Anze, más conocido como “Chuso”, una figura destacada de la política boliviana del siglo XX. Empresario, dirigente partidario y deportista, Galindo dejó huella en todo lo que hizo.
Su vida estuvo marcada por episodios clave que reflejan la complejidad política y social del país, así como su lucha constante por el progreso y la justicia.
Miembro fundador de Acción Democrática Nacionalista y posteriormente del Partido Demócrata Boliviano, Galindo ocupó diversos cargos parlamentarios durante los primeros años de la transición democrática del país. Fue diputado por Cochabamba en tres ocasiones: de 1979 a 1980, de 1982 a 1985 y de 1993 a 1997; además, ya en alianza con el MNR, fue senador por Cochabamba de 1989 a 1993.
Galindo fue candidato a la vicepresidencia en 1985 junto a Hugo Banzer; tras romper con el líder de ADN, presentó su propia candidatura presidencial en 1997, sin éxito.
Cerca del final de su carrera política se reconcilió con Banzer y gracias a ello se desempeñó como embajador en Japón de 1997 a 2002.
Aparte de sus actividades políticas, Galindo trabajó en el sector industrial como consultor del Centro de Producción Industrial, de donde pasó a ser gerente administrativo de Calcetería Nacional Intex Ltda. y luego a asumir la funciones de gerente general de Inversiones Generales S. A. (Ingesa).
De Ingesa pasó a ser fundador y presidente ejecutivo de Bicicletas Caloi de Bolivia. Fue también primer director de la carrera de Administración de Empresas y profesor de ciencias administrativas de la Universidad Mayor de San Simón.
Galindo, un hombre polifacético, fue también campeón nacional de esgrima y medalla de bronce por equipos en los Juegos Bolivarianos de Maracaibo y Panamá. En ese campo, fue presidente de la Federación Boliviana de Esgrima y de las asociaciones departamentales de natación y ciclismo de Cochabamba. También fue presidente de la Sociedad de Genealogía y miembro del Instituto de Investigación de Historia Militar, ambas de Cochabamba.
Los primeros años: política y exilio
Nacido en Cochabamba el 4 de junio de 1943, Galindo vivió una infancia atravesada por los conflictos que marcaron a Bolivia a mediados del siglo pasado.
Uno de sus recuerdos más impactantes fue los estruendos en la ciudad durante la Guerra Civil de 1949. Este evento, junto con el hostigamiento que sufrió su familia tras la Revolución de 1952, despertaron en él un temprano interés por las dinámicas políticas y sociales del país.
Su padre, Eudoro Galindo Quiroga, un ingeniero exitoso, estuvo forzado a exiliarse en Perú en 1954. En Lima, Eudoro pasó su infancia y adolescencia y más tarde se trasladó a Estados Unidos para estudiar en la Universidad de Texas A&M, de la que se graduó en 1964. Luego hizo estudios de especialización en la universidad de Harvard.
Aunque pudo haberse quedado en el extranjero, Galindo decidió regresar a Bolivia, guiado por su amor al país.
Su regreso coincidió con uno de los momentos más tensos de la historia reciente: la presencia de las guerrillas de Ernesto “Che” Guevara en Bolivia. Contrario a las incursiones de los guerrilleros, Galindo comenzó a escribir artículos defendiendo la democracia y denunciando los ataques al orden establecido.
Estas publicaciones lo llevaron a establecer contacto con otros líderes que compartían sus ideales, como Mario Padilla, con quien forjó una estrecha alianza.
Durante los años 60 y 70, Galindo se involucró activamente en la resistencia a los movimientos de izquierda. Su conexión con Hugo Banzer, que lideraría el golpe de Estado de 1971 contra el gobierno de Juan José Torres, fue un punto de inflexión en su trayectoria política.
En 1979, Galindo fue pieza clave en la fundación de ADN, el partido político que sería el vehículo principal de Hugo Banzer en la transición hacia la democracia. Desde Cochabamba, asumió un rol organizativo fundamental, movilizando recursos y personas para consolidar a ADN como una fuerza política con alcance nacional.
En una época marcada por la inestabilidad, Galindo creía firmemente en la necesidad de construir instituciones sólidas. Argumentaba que Bolivia debía superar el tribalismo político y apostar por líderes capaces de inspirar y unir al pueblo.
Su visión de la política como un instrumento para fortalecer la recientemente recuperada democracia, lo llevó a ocupar roles clave dentro de ADN, tanto en la articulación del partido como en la representación de su departamento.
Además de su actividad política, Galindo destacó por su contribución a actividades sociales y económicas. Lideró la construcción de infraestructura deportiva como las tribunas norte y sur del estadio Félix Capriles y promovió la creación de canchas múltiples en comunidades rurales.
Estas obras no solo transformaron el acceso al deporte y el esparcimiento en la región, sino que también cimentaron su reputación como un dirigente comprometido.
Este enfoque práctico y cercano al desarrollo local lo convirtió en una figura respetada, especialmente en Cochabamba.
Reflexiones sobre el sistema político
Eudoro Galindo fue un crítico incisivo del sistema político boliviano. Consideraba que las instituciones del país necesitaban una profunda reforma para garantizar justicia y equidad. Entre sus principales preocupaciones estaban la independencia del sistema judicial, la profesionalización de las Fuerzas Armadas y la promoción de partidos políticos verdaderamente representativos.
A cinco años de su fallecimiento, ocurrido el 28 de noviembre de 2019, a los 76 años, Galindo es recordado como un hombre de fuertes convicciones.
“La democracia no se construye con discursos, sino con acciones que transformen la realidad de las personas”, solía decir. Sus palabras resuenan más que nunca, en un contexto donde los desafíos políticos y sociales siguen vigentes.
El legado de Eudoro Galindo es un recordatorio de la importancia de líderes que, como él, combinaron integridad, visión y un profundo amor por su país. Su historia, marcada por el exilio, el retorno a Bolivia y la actividad política, debe inspirar a nuevas generaciones.
BD/RED