Brújula Digital|23|10|24
Antonio Costas, expresidente del organismo electoral, ofreció un análisis sobre el empadronamiento biométrico en Bolivia, que este mes cumple 15 años de vigencia.
Costas destacó que este sistema ha sido objeto de críticas y dudas, pero también ha recibido reconocimiento por su implementación en un momento de alta polarización para el país.
Entrevistado por Brújula Digital, recordó que cuando se aprobó en 2009 la ley 4021 para convocar elecciones, se estableció como requisito que el empadronamiento fuera biométrico. “Era una situación muy delicada; si el Órgano Electoral no lograba llevar a cabo el empadronamiento biométrico, la convocatoria a elecciones estaría en riesgo”, afirmó.
“Pese a las críticas, la implementación del empadronamiento biométrico ha tenido un impacto positivo en la forma en que se gestionan las elecciones y en la confianza del electorado”, afirmó.
Costas hizo hincapié en la conformación del equipo de la Sala Plena que llevó adelante el proyecto, que en aquel entonces estaba conformada por tres personas, a diferencia de las siete actuales.
“Teníamos la voluntad de hacer las cosas bien. Recuerdo con enorme respeto a la Dra. Amalia Oporto y a la Lic. Roxana Ybarnegaray”, expresó. Recordó que fue Oporto quien consultó si se podía hacer el empadronamiento biométrico. “Respondí que sí, y entonces se decidió hacerlo”, indicó.
En ese momento, el entonces presidente del organismo electoral, José Luis Exeni, renunció al considerar que no se podía concluir a tiempo el empadronamiento. El mismo Exeni renunció nuevamente a un cargo de vocal en 2015 tras haber facilitado que en las elecciones primarias de 2019 se presentara un solo binomio por partido. En ambas ocasiones renunció “por enfermedad”.
Para el plan de registro de 2009, Costas remarcó que el éxito del mismo se sustentó en tres pilares fundamentales: tecnología adecuada, organización impecable y comunicación certera.
También se firmó un contrato por 43 millones de dólares, de los cuales alrededor de 21 millones estaban destinados a equipamiento y parte operativa.
“La entereza del equipo del organismo electoral y en las departamentales fue crucial. Resolvimos un problema que parecía irresoluble. Sin el biométrico no habría habido elecciones y las consecuencias de ello podrían haber sido muy negativas”, dijo.
En agosto de 2009 los centros de empadronamiento en las ciudades empezaron a recibir a miles de ciudadanos interesados en poder habilitarse para emitir su voto. En todas las ciudades del país se formaron largas colas y se reflejó en los medios el alto interés de participar. El objetivo era alcanzar 3,8 millones de registros, es decir la cantidad que tenía el padrón, de tipo manual, anterior.
En un solo día, el 26 de agosto de 2009, se empadronaron 165.985 personas, el más elevado de todo el período. El promedio de 60.000 personas diarias registradas para poder llegar a la meta fue sobrepasado. Costas estableció un sistema que permitía obtener informes diarios de registrados.
El Padrón Electoral Biométrico inscribió, en sólo 75 días, un total de 5,1 millones de ciudadanos, de los cuales 4,9 millones fueron registrados en el país y 169.096 en el exterior. Se trata del registro cuantitativo más alto en la historia de Bolivia y porcentualmente el más importante desde la instauración del voto.
El padrón aumentó en 1,1 millones de ciudadanos comparado con el último registro electoral en enero de ese año (los 3,8 millones mencionados). En relación al total de la población, la cifra total significaba casi el 88% de la población mayor de 18 años, el más alto en la historia del país.
Ese aumento, sin embargo, ocasionó dudas. Críticos del registro insisten hasta ahora que hay “un millón de fantasmas” en el padrón. El aumento de 3,8 millones de personas a 4,9 millones (sin contar el exterior), hizo creer a algunos observadores políticos, sobre todo opositores al MAS, que el padrón estaba inflado.
“No está ni estaba inflado, lo que sucede es que el padrón manual anterior tenía un subregistro muy elevado. Más o menos estaba registrado solo el 68% de la población en edad de votar”, dijo Costas. “Había que aumentar eso”.
Plan de empadronamiento
El director del empadronamiento, Luis Pereira, y el gerente de Logística, Alberto Navia, propusieron una estrategia que incluía imprimir tres millones de notificaciones y 1,1 millones de adhesivos para las viviendas. Ello tenía como objetivo hacer que la población acudiera de manera más o menos ordenada a los centros de registro. Si lo hacía en los últimos días, como suele suceder, no se alcanzaría el objetivo.
Costas explicó que el plan de empadronamiento dividió la población en tres: áreas de mayor densidad poblacional (ciudades capitales, ciudades de alta población y localidades cercanas a esas ciudades); áreas de menor densidad (localidades mayores a 1.000 habitantes en edad de votar) y áreas dispersas (localidades menores a 1.000 habitantes).
Para facilitar el registro de los ciudadanos, se instalaron centros de empadronamiento estables en las dos primeras categorías. Para las localidades de menos de 1.000 votantes, hicieron el trabajo 529 unidades móviles.
Éstas visitaron más de 2.000 comunidades de todo el país y empadronaron a la población; los cronogramas de visita los decidían las cortes departamentales en coordinación con las organizaciones más representativas de cada región (campesinos en algunas, juntas vecinales en otras, liderazgos indígenas, etc.).
“Todo ello implicó el éxito obtenido, pero como suele suceder, a veces el éxito genera dudas y envidias y en vez de congratularnos por lo obtenido, muchos pensaron que el padrón había sido inflado artificialmente”, expresó. El exvocal mencionó que el proyecto fue seguido de cerca por organismos internacionales y el Órgano Ejecutivo.
“La estrategia de comunicación fue muy eficaz. Motivamos a la gente, aseguramos la participación y celebramos que alcanzamos la meta”, dijo. Costas cerró su reflexión afirmando que “este es un país capaz de hacer milagros”.
Relevancia
Hoy en día, el registro biométrico continúa siendo relevante, expresó, con alrededor de 200.000 nuevos electores y cambios de domicilio cada año.
A pesar de los años transcurridos, los equipos del sistema biométrico han seguido funcionando sin renovación desde su implementación.
En ese sentido, destacó dos hechos importantes que indican la efectividad del sistema: la verificación de datos de 146.000 militantes por parte del partido político Nueva Generación Patriótica, mediante huella dactilar, y el anuncio de Manfred Reyes Villa de iniciar la recolección de su militancia a través de este sistema en los próximos días. “O sea que el sistema y las computadoras siguen sirviendo”, dijo.
BD/RPU