En una carta a sus colegas, el vocal reconoce que "la ciudadanía no tiene confianza en el trabajo que realizamos" y que la administración del proceso electoral de este año está en riesgo (lea la carta in extenso).
La carta que Antonio Costas, vicepresidente del Tribunal Supremo Electoral, dirigió a sus colegas marca el momento de mayor crisis de esa institución, afectada por renuncias y despidos masivos y por la presencia de una mayoría de vocales proclives al MAS.
La carta, de ocho páginas y enviada el 22 de abril, enumera
los graves desafíos que tiene el órgano electoral, al extremo de señalar que podría
estar en riesgo la organización de los comicios. (Nota: la misiva está adjunta a este documento, al final de la noticia).
Nada indica que el TSE, actualmente en manos del MAS, pueda enfrentar los desafíos que la carta de Costas enumera.
“Por los antecedentes expuestos se (deben) adoptar medidas dentro de sala plena que permitan un giro de 180 grados, que permita reconducir nuestra gestión y evitar se configure una situación que no nos permita alcanzar el objetivo de administrar las elecciones generales 2019 de manera eficiente”, dice la carta de Costas, que en el pasado fue presidente de la Corte Nacional Electoral.
Sobe la falta de aprobación y tramitación del presupuesto para las elecciones generales de este año, previstas para el 20 de octubre, Costas agrega que éste no se ha debatido todavía y que esa situación “tal vez representa el mayor riesgo para el proceso electoral, las diferentes tareas necesariamente requieren la contratación de personal electoral, como es el caso de la preparación de los equipos biométricos necesarios para el empadronamiento masivo”.
Costas es el único vocal “institucionalista” y les dirigió la carta a los otros cinco vocales, todos proclives al MAS: María Eugenia Choque, Lucy Cruz, Lidia Iriarte, Idelfonso Mamani y Édgar González.
Se reconoce en la misiva que el TSE se encuentra “con problemas internos y también con un alto grado de cuestionamiento externo”, ya que “la ciudadanía no tiene confianza en el trabajo que realizamos y observa el retraso de la toma de las decisiones y la fuerte influencia del contexto político, sea éste del oficialismo y de la oposición”.
En la misiva también se advierte que en el órgano electoral, a nivel nacional, existen 87 acefalías, situación que genera una situación de crisis para el manejo del proceso electoral de este año.
La extensa carta establece siete aspectos en los que el TSE enfrenta problemas y debe asumir decisiones urgentes: 1) despidos o renuncias del personal del órgano electoral; 2) falta de definición y tramitación del presupuesto electoral; 3) problemas en la disponibilidad de equipos biométricos para el empadronamiento en el país y en el extranjero; 4) ajustes necesarios en la planificación para la distribución de los equipos para el operativo de registro; 5) aprobación de los reglamentos e instructivos concernientes al operativo electoral; 6) falta de la unidad de relacionamiento con organizaciones políticas; 7) ausencia de decisiones sobre los sistemas informáticos a ser utilizados en el proceso electoral.