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Guata regua (caminante) | 04/01/2025

¡Un siglo de la Ley de Imprenta y sigue viva!

Hernán Cabrera
Hernán Cabrera

Quizás es la única ley que está vigente y siempre en constante polémica. Este 2025 cumplirá nada menos que un siglo de historia y de estar presente en el noble oficio del periodismo. Es la Ley de Imprenta, que cumplirá 100 años de vigencia, siempre en el centro de las batallas; fue promulgada el 19 de enero de 1925 por el presidente Bautista Saavedra. Y desde hace un siglo la premisa constitucional y que ampara el derecho de los periodistas se ha venido repitiendo de forma clara y contundente.

Saavedra, en el Art. 2 del DS de promulgación, decía: “Todo hombre tiene el derecho de publicar sus pensamientos por la prensa, sin previa censura, salvo las restricciones establecidas por la presente ley”.

Y después de 100 años, ese concepto se repite con sus matices: “La información y las opiniones emitidas a través de los medios de comunicación social deben respetar los principios de veracidad y responsabilidad. Estos principios se ejercerán mediante las normas de ética y de autorregulación de las organizaciones de periodistas y medios de comunicación y su ley”, según dice el artículo 107 de la Constitución vigente.

Básicamente, la Ley de Imprenta evita que un periodista, por el ejercicio de su trabajo, puede ser acusado por la vía penal si afecta la imagen de una autoridad o funcionario público. Ello protege a los periodistas de eventuales procesos penales.

La Ley de Imprenta es el instrumento que orienta y sirve de soporte y de protección al periodismo boliviano. Su vigencia se debe a tres principios fundamentales que son la esencia y motor del oficio periodístico:

a) Establece la libertad de prensa como derecho que tienen los periodistas para informar y ser los vehículos de ese otro derecho que tiene cualquier otro ciudadano, como es la libertad de expresión.

b) Se instituye el secreto profesional, que de acuerdo con la Ley de Imprenta en su artículo 8, dice que el secreto en materia de imprenta es inviolable y con ello, el derecho de las fuentes a mantener el anonimato. El secreto en materia de prensa es uno de los pilares para el periodismo, acá en Bolivia y en todos los países.

c) Se crean los tribunales de imprenta para el procesamiento de los periodistas. El periodista, en el ejercicio de su trabajo, se puede equivocar, manipular, tergiversar, mentir y afectar a la dignidad de las personas; para ello se instituyeron los tribunales de imprenta, aunque en los últimos tiempos se han iniciado procesos en justicia ordinaria (aunque fueron luego desechados).

La Ley de Imprenta ha sido un fuerte dolor de cabeza en todo gobierno de turno. En los últimos tiempos, usando a los fiscales y jueces, el poder ha presionado a que algunos periodistas rebelen sus fuentes de información. Lamentablemente, algunos operadores de justicia se prestan a este juego del poder.  Los fiscales y jueces que, con ignorancia y complicidad, quieren obligar a los periodistas a develar sus fuentes informativas, están del lado del poder y en contra de la información libre.

Más que un derecho para los trabajadores de la prensa, la Ley de Imprenta le permite al ciudadano recibir información, estar en alerta en los casos de corrupción, ser orientado y coadyuvar a fiscalizar el gobierno de turno. La Ley de Imprenta es una garantía democrática para el trabajo de los periodistas.

¿Por qué es importante el secreto de materia de imprenta para el ejercicio del periodismo? Para investigar al poder y a sus representantes en el ejercicio de sus funciones públicas, en casos comprometidos con la ilegalidad, la corrupción, los nexos ilícitos con el contrabando, narcotráfico o especuladores.

Para denunciar, previa comprobación de los elementos, a todo funcionario público que cometa actos dolosos y de corrupción.

Para preservar los recursos naturales de la Madre Tierra, afectada por contratos mineros o de otro tipo.

Para coadyuvar al buen ejercicio de la función pública del Presidente, vicepresidente, ministros, parlamentarios, jueces, fiscales, policías, gobernadores, alcaldes y concejales.

Para dar garantías al periodista que investiga, que indaga, que compruebe las denuncias y las pueda difundir, sin sufrir procesos ni cárceles ni multas.

Más allá de la importancia de esta ley, las organizaciones profesionales y sindicales de la prensa, deben estar en alerta y ponerse en movimiento para hacer funcionar los tribunales de imprenta, porque en un año electoral y violento, no sería raro que lluevan las denuncias y procesos contra los periodistas.

Cien años de la Ley de Imprenta, todo un siglo que acompañó el ejercicio periodístico y se la debe preservar y utilizar para profundizar un mejor periodismo en Bolivia.

Hernán Cabrera es periodista.



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