cerrarIMG-20250923-WA0008IMG-20250923-WA0008
BEC_ZAS_1000x155px
BEC_ZAS_1000x155px
Brújula digital EQUIPO 1000x155px_
Brújula digital EQUIPO 1000x155px_
Guata regua (caminante) | 06/10/2025

El ejercicio de las libertades, derechos y deberes

Hernán Cabrera
Hernán Cabrera

Democracia no solo es el sistema político que nos rige y que cada cinco años nos invita a acudir a las urnas para votar por algún candidato; democracia implica una serie de desafíos que hacen al desarrollo personal y al entorno donde uno se desenvuelve, llámese comunidad, oficina, familia, escuela, universidad. Significa derechos y obligaciones y, a la vez, miedos y esperanzas, incertidumbres y proyectos, pasado, presente e historia.

La democracia es también el poder que tienes para ejercer tu libertad. ¿Estás capacitado para ejercer tu libertad? ¿Tienes miedo de asumir que sos libre? ¿El ejercicio de la libertad tiene precio y bajo qué costos? ¿La praxis de la libertad rompe con ese esquema de que la sociedad lo esclaviza, lo condiciona y lo encasilla?

Pero en la realidad hay muchos, pero muchos ciudadanos que se resisten a practicar este derecho: el ejercicio de la libertad de pensamiento y de tomar posiciones ante determinados hechos, situaciones u opciones políticas. Es el miedo a la libertad, del que hablaba Erich Fromm. Entendiendo la libertad como una carga y una alta y delicada responsabilidad, que no se quiere asumir y es preferible renunciar a ella.

El pensador francés Rousseau nos graficó ese momento supremo: “El hombre ha nacido libre, y en todas partes se halla prisionero. Creyéndose dueño de los demás, no deja de ser aún más esclavo que ellos”.

De modo que no hay cómo escapar de la libertad y ni cómo encontrarle algún resquicio para evitarla. Recordemos una de las tesis fundamentales de la filosofía sartreana: “El hombre no puede ser ora libre, otro esclavo: es enteramente y siempre libre, o no lo es”. De modo que estamos condenados a ser enteramente libres.

Uno de los rasgos más claros de esta libertad es su facticidad, su relación con los hechos y su importancia en la realidad. Es la invitación a que todos nosotros nos dejemos llevar y transitar, alimentar, fortalecer y construir nuevos senderos, siendo irremediablemente libres; pero algo pasa y afecta a este imperativo filosófico.

Un ambiente democrático de debate de ideas, ideologías y preferencias políticas no ha sido cultivado en toda la extensión de la palabra; de respeto a las diferencias del otro y de aceptar esas diferencias como algo natural y que puede enriquecer las relaciones interpersonales.

Se conspira contra el ejercicio pleno de las libertades, a lo que se debe agregar el clima de tensión y ciertos miedos que rondan por los pasillos, las oficinas, las redes sociales y los medios de comunicación, en el sentido de que, si habla contra alguien o de algún proyecto en particular, automáticamente lo consideran un enemigo, uno de los enemigos que hay que combatir.

Pero ese escenario tiene que cambiar radicalmente y debemos pensar, como lo asume Michel Foucault, en romper el miedo a la libertad, en disfrutar de ella y practicarla: “Nosotros vivimos hoy en una época en la que la experiencia ‒así como también el pensamiento, que es la misma y única cosa‒ se desarrolla con una inaudita riqueza, a la vez que con una unidad y dispersión susceptibles de borrar las fronteras territoriales otrora estables”.

En síntesis, entender la libertad como una forma que cada uno le puede dar a su propia vida y a su desafío de transformarla: libertad como derecho que se debe ejercer para cambiar uno mismo y cambiar las cosas, y también libertad como un poder. Poder para decidir, para enfrentar las situaciones adversas; poder para respetar las diferencias y trascender sus propias limitaciones.

Poder para ejercer mi libertad, su libertad, en el momento adecuado y mientras estemos con vida. Poder para que esa libertad no me sea cercenada ni boicoteada. Claro, tiene que ejercer este derecho, no deje por nada del mundo que lo obliguen a renunciar a la libertad. Nadie lo puede hacer.

 De modo que el ejercicio de nuestra propia libertad nos ayude a superar nuestros miedos y prejuicios. Si ejercer la libertad le puede costar la vida, no tenga miedo, láncese a los riesgos. En estos momentos no necesitamos mártires, sino ciudadanos con fe, individuos con valentía, hombres y mujeres que quieran vivir el anhelo de la libertad cada segundo de sus existencias. Libertades que le den fe en su propio yo y, con ello, en la vida que merece ser vivida.

El ejercicio de tus libertades de opinión, expresión, participación, solo necesitan el impulso interior y saberte valiente, íntegro y decente, porque no te puedes callar ni ser cómplice de las injusticias, abusos, demagogia ni de las indecencias.

Pero también las libertades nos demandan deberes y responsabilidades.

Hernán Cabrera es periodista.



BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
Recurso 4
Recurso 4
ArteRankingMerco2025-300x300
ArteRankingMerco2025-300x300