Cuando en el titular de esta columna hago
referencia a "avanzar", me refiero a los países que producen y exportan cada vez
más energía, que tienen su mercado interno abastecido (seguridad de
abastecimiento con producción propia y/o con importaciones), que mantienen
inversiones continuas (seguridad jurídica) y que sus empresas estatales tienen
bastante blindaje del poder político de turno. Por supuesto avanzan también
aquellos países que impulsan y gestan inversiones competitivas del uso de
fuentes limpias como eólica, solar, baterías de almacenamiento y vehículos
eléctricos.
Empezaré con Argentina, donde a partir de tecnología, aprendizaje y fuertes inversiones, la producción de petróleo subió de 499 mil barriles día en 2018 a 602 mil en 2023, lo que genera crecientes exportaciones. En gas natural, en 2018, la producción fue de 129 millones de metros cúbicos día y en 2023, 134 millones, lo que da excedentes exportables a Chile. Vaca Muerta será el nuevo gran proveedor de energía de la región y podrá ser un detonante económico, sobre todo si los cambios en materia económica se dan y se llega a ser un gran exportador de petróleo, GLP y gas natural. Faltan unos ductos, pero Argentina será el proveedor regional de gas natural.
Lastimosamente las condiciones macroeconómicas y sociales como subsidios y limitantes a la inversión privada gestaron desabastecimientos en la pasada media década. En materia de renovables hubo avances importantes y se elevó la generación de eólica y solar de 1.521 gigavatios por hora (2018) a 17.093 gigavatios (2022). YPF es una empresa poco politizada y tiene gran protagonista en la industria energética.
Sigamos con Brasil. Recuerdo que en 2005 y 2006 el presidente Lula da Silva se paseaba por el mundo hablando de la diplomacia del etanol. Claro, no se había descubierto aun el yacimiento del Presal en la costa. Ahora quiere ser miembro de la OPEP. Paradojas de la vida. La producción de petróleo en Brasil subió de 2,6 millones de barriles día (2018) a 3,3 millones y es ya un gran exportador de petróleo.
En gas natural, la producción de Brasil subió de 112 millones de metros cúbicos día (2018) a 148 millones (2023). Sin embargo, cerca al 67% del gas se debe reinyectar en los campos para mantener al producción de petróleo. Dos grandes proyectos de inversión en gas natural entrarán en producción hacia 2028 o 2030, y son BMC33 y SEAP, con una producción esperada de 34 millones de metro cúbicos, que reemplazará la producción de Bolivia.
En Brasil hay seguridad de abastecimiento. En materia de renovables hay avances en inversiones. Se elevó la capacidad instalada en cuatro veces entre 2018 y 2023, un gran avance hacia la descarbonización. Petrobras es una empresa bastante blindada del poder político con gigantescas inversiones en asociación con empresas privadas.
Chile, país importador de energía, viene dando pasos importantes en inversiones privadas para generar energía eléctrica con sol y viento. La capacidad instalada subió tres veces entre 2018 y 2022. Enfrenta ciertas limitaciones que se dan con la transmisión de estas energías. Ahora se viene generando regulación para gestar nuevas inversiones en transmisión y en almacenamiento de energía (respaldo) a la intermitencia. El gas natural de Vaca Muerta será importante para dejar por fuera al carbón y respaldar las intermitentes eólica y solar. Los desabastecimientos en Chile son casi inexistentes y su empresa ENAP, con su política corporativa, es base del sustento energético del país.
Perú y Colombia concentraban hasta hace poco importantes inversiones privadas en exploración y explotación de hidrocarburos. Sin embargo, por distintas razones, en ambos países las inversiones van en caída y la producción está estancada o en declinación. Colombia exporta petróleo y necesitará importar cada vez más gas natural. Perú, por su parte, aún tiene deuda pendiente para masificar el gas en todo el país. Sus exportaciones de gas natural se han visto beneficiadas por los altos precios del GNL, pero la producción de petróleo está en caída. Ambos países no tienen problemas serios de desabastecimiento y la entrada de energías renovables es aún limitada. El análisis de Petroperú y Ecopetrol no es tan claro ya que en ambas empresas la política está entrometiéndose, no permitiendo un gobierno corporativo adecuado.
Finalmente, en materia de vehículos eléctricos, la región ha avanzado muy poco debido al elevado costo de estas unidades para países en vías de desarrollo y también por falta de estaciones de carga. Los datos muestran que en 2019 se tenían 30.328 vehículos eléctricos y 43.1281 en 2022. Son cifras ínfimas.
Álvaro Ríos fue ministro de Hidrocarburos de Bolivia; es actual socio director de Gas Energy Latin América.
@brjula.digital.bo