El gobierno del presidente Rodrigo Paz está culminando su primer mes de mandato. Al frente tiene de un país que fue manejado por 20 años por el MAS y que lo dejó –en lo que yo denominaría– un desastre energético. El MAS, en sus 20 años, utilizo 13 Trillones de Pies Cúbicos (TPC) de reservas de gas y recibió aproximadamente $us 67.000 millones de exportaciones de hidrocarburos, principalmente gas natural.
El MAS deja a Bolivia con reservas cercanas a 1,3 TPC, producción declinante de todos los hidrocarburos y con crecientes importaciones de gasolina, diésel y GLP el 2026. El 2028/29 se deberá comenzar a importar gas natural y no sabría decir por dónde. De no hacer nada Bolivia, el 2032, necesitará importaciones de energia cercanas a los 5,500 MMUSD.
Lo que es más doloroso e indignante aún, es que dejó al país desabastecido de energia, con elevados subsidios, endeudado (externa e internamente) hasta el cuello y sin reservas internacionales de divisas para importar energía y mantener el país operando con normalidad. A lo anterior se puede sumar la elevada inflación, absoluta corrupción y desinstitucionalización y, porque no decir, un país en ruinas y económicamente quebrado.
Todo esto se sabía desde hace mucho atrás y fue alertado oportunamente. Los que corrieron para gobernar el país también –nos imaginamos– conocían de esta penosa realidad y que la solución de recuperar la economía pasaba, primero, por resolver el tema energético.
El gobierno del presidente Rodrigo Paz, en estos 30 días, hace bien en revelar a la opinión pública lo mencionado anteriormente, para que la ciudadanía conozca la herencia que se recibió y entienda que se tienen que tomar medidas. Empero, no se puede seguir solo revelando por mucho tiempo más lo que aconteció; es menester tomar acción, porque el tiempo se agota.
En una entrega de septiembre presente un decálogo sobre lo que debería hacer la próxima gestión de gobierno en materia energética, de manera urgente y durante el 2026, para no gestar desabastecimiento y comenzar la recuperación energética. La vuelvo a reproducir con algunos ajustes.
1) Conseguir billones de dólares de divisas, prestadas o donadas; negociar diferimiento de pagos de la deuda internacional, vender el poco del oro que queda y cualquier otra medida para conseguir dinero fresco, y resolver lo que yo denomino la emergencia energética, que debe ser resuelta máximo en los primeros 90 días.
Con el dinero y/o la confianza comprar combustible y pagar a proveedores y transportistas para abastecer de gasolina y diésel por la época de transición, es decir, unos 30 a 60 días. Luego, con el dinero conseguido, estabilizar la moneda inyectando dólares a la economía y, paralelamente, quitar los subsidios y abrir la importación (con tramites muy cortos) al sector privado, para que, en competencia con YPFB, pueda abastecer el mercado.
No creo en la gradualidad. Tal vez algún mecanismo de compensación directa puede incluirse, y para eso los fondos conseguidos. Debe quitarse subsidios a todos los energéticos, incluyendo al GLP y gas natural. El contrabando reducirá la demanda en un 20 a 25%. Todo esto debería estar en los primeros 90 días. Se necesita acción y la población está preparada. Es ahora o nunca, dice el adagio.
2) Sobre YPFB, que es la Comibol de 1985, y cuya situación financiera está muy comprometida y sus proyecciones en el mercado son aún más deplorables, ésta debe frenar toda nueva inversión en todas las áreas y mantener el mantenimiento únicamente.
Paralelamente se debe contratar una consultoría internacional que permita hacer una auditoria integral a las unidades de negocio, para ver su situación, en cuanto si son deficitarias, y sus reales proyecciones; en base a esto poder cerrarlas y detener drenaje financiero del TGN. YPFB es una bomba de tiempo y esta decisión debe ser encarada con acciones firmes en el segundo semestre de 2026. La platita prestada puede utilizarse para realizar las compensaciones laborales.
3) En el caso de ENDE y del sector eléctrico, con el levantamiento de las subvenciones, los proyectos renovables solar y eólicos comenzaran a dinamizarse por sí solos. Se debe hacer lo mismo que con YPFB; es decir, practicar una auditoria internacional a las unidades de negocio y ver si generan perdidas. Este proceso también debería encargase en el segundo semestre de 2026. Luego se podrá ver qué hacer con las unidades que generan o generaran perdidas de estas dos empresas.
4) Es preciso establecer negociaciones inmediatas con Petrobras para estabilizar la demanda de gas contratada en Brasil hasta 2027, generar divisas y no perjudicar la producción de gas a mayores precios con otros agentes en los mercados de Brasil y Argentina. Esta situación ha estado ocurriendo en los últimos meses. Esta medida permitirá también no bajar la producción de líquidos y ahorrar divisas. Esta tarea debería realizarse en los primeros 90 días.
5) Existe un proyecto elaborado y consensuado de una ley de incentivos a la exploración y transitoria que debería aprobarse en los primero 90 días. Ha habido consenso con los que operan en el país. También, durante los primeros seis meses, se debe hacer un plan de pagos con los operadores y las empresas de servicio, para que la Ley de incentivos funcione, se puedan plasmar y tener inversiones y algo de nueva producción 2029/30.
6) Inmediatamente iniciar negociaciones con los agentes de transporte en los dos países vecinos de Argentina y Brasil, a manera de hacer competitivo el gas en tránsito. Es posible lograr mejoras en las tarifas en los tres países y reducción o eliminación de impuestos, con lo cual se puede incrementar gas en tránsito competitivo a Brasil y el posible abastecimiento de Bolivia a partir del 2028.
Esto es de suma importancia de entender, que los activos están depreciados y que si hacemos competitivo y confiable el gas en tránsito podremos acceder a gas natural argentino y no habrá racionamientos eléctricos más adelante. Los ductos y compresores no se deterioran.
7) Los productores de etanol deben entrar al mercado en competencia con la gasolina importada, que ya no tendrá subsidios. Les favorece el export parity y ello debería incentivar a que vendan en el mercado interno hasta una mezcla del 12%. No más de ese porcentaje el parque automotor no los permite.
8) Hay algunas medidas adicionales que deben tomarse el 2026. Pero como podrá ver querido lector, todo pasa por los buenos billones de dólares que deben llegar, por el levantamiento inmediato de los subsidios y evitar el drenaje de las dos estatales YPFB y ENDE. Complejo, pero mucho más nocivo es no tomar acción y pronto.
Álvaro Ríos fue ministro de Hidrocarburos de Bolivia y es actual socio director de Gas Energy Latín América.