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Amazonía en la mira | 14/08/2021

Pando: ¿departamento agrícola?

Enrique Ormachea
Enrique Ormachea

Como se sabe, la mayor parte del territorio del departamento de Pando está cubierto por bosques húmedos tropicales, por lo que tiene una aptitud productiva asociada al aprovechamiento forestal maderable y no maderable. Al formar parte de la Amazonía norte —región que comprende también la provincia Vaca Diez del departamento del Beni y la provincia Iturralde del departamento de La Paz— su economía gira fundamentalmente en torno al complejo extractivo y exportador de la castaña.  

Para una parte sustancial de la población de esta región tanto el empleo permanente como el temporal, así como los ingresos, dependen en gran medida de esta actividad. Se puede señalar que, gracias a los castañales situados en gran parte del territorio pandino, el país se ha convertido en el principal exportador de castaña beneficiada del mundo.

Esta actividad económica, y mucho tiempo atrás la extracción de goma silvestre, han permitido que todavía hoy se conserven tan vastas extensiones de bosques tropicales que, debe remarcarse, cumplen funciones ecológicas y medioambientales sobradamente comprobadas, pero absolutamente ignoradas por el gobierno. La conservación de gran parte del bosque ha sido también posible debido a la existencia de una infraestructura caminera muy limitada, a una baja densidad demográfica y a una diversificación económica que, hasta hace algunos años atrás, era poco relevante.

A partir de la década de 1990, la región comenzó a sufrir una muy fuerte presión sobre sus bosques, como consecuencia de una mayor vinculación caminera intra e interdepartamental impulsada a partir de la construcción de los denominados corredores de exportación, que provocó un incremento del comercio, de flujos migratorios, de un mayor desarrollo de la explotación forestal maderable y de una incipiente producción ganadera empresarial.  

Como parte de la denominada “Agenda Patriótica 2025”, que convoca a ampliar la frontera agrícola de manera sustancial hasta lograr 13,5 millones de hectáreas cultivadas como medio para lograr un incremento de la producción agropecuaria para la exportación, el gobierno del MAS se ha propuesto  la expansión de la agroindustria de granos y de carne en la Amazonía boliviana y, por tanto, en el departamento de Pando.

Con la consigna enarbolada por el propio Evo Morales en sentido de que Pando “debe ser un departamento agrícola” donde debería cultivarse fundamentalmente soya, hacia 2018 su gobierno hizo entrega de la primera planta de cuatro silos para el acopio de granos, así como un número importante de tractores y otros implementos destinados a promover una agricultura a gran escala y el cultivo de pastos para el desarrollo de una ganadería bovina orientada a la exportación.

A partir de estos incentivos, y a través de proyectos desarrollados por la Gobernación de Pando, se han puesto en marcha una serie de proyectos orientados a la introducción de una agricultura mecanizada en varias comunidades campesinas del departamento para incentivar cultivos, como el arroz, frejol, maíz y caña de azúcar. Por otro lado, a partir de la declaración del departamento de Pando como zona “libre de aftosa sin vacunación”, y el convenio firmado por el gobierno de Evo Morales con China para la exportación de carne bovina, los ganaderos consideran oportuno iniciar el proceso de exportación de carne con la puesta en marcha de un frigorífico calificado para ese propósito.

Frente a este escenario, y tomando en cuenta la presencia de un nuevo gobierno del MAS que ya ha dado señales concretas de seguir promoviendo la agroindustria de granos y de carne en la Amazonía boliviana, a pesar de la insostenibilidad que tendría una producción agrícola mecanizada a gran escala por la fragilidad que tienen los suelos amazónicos, corresponde plantearse algunos temas de importancia en relación al futuro de la economía pandina.

Algunos estudios, realizados hace unos diez años, advertían que tanto la actividad forestal maderable como la ganadería iban cobrando mayor importancia en la región, lo que estaba señalando un tránsito hacia una economía departamental más diversificada. Sin embargo, los mismos estudios consideraban que la consolidación o no de esta tendencia dependería del comportamiento del mercado mundial de la castaña beneficiada y de decisiones relacionadas con la orientación de las políticas públicas.

Estas últimas, como se ha visto, están promoviendo en los últimos años la expansión de la frontera agrícola en esta región, orientación estatal que, con seguridad, tenderá a mantenerse en el futuro próximo. Sin embargo, esta tendencia tendrá que enfrentar un contexto económico y social marcado por la relevancia de los bosques amazónicos como fuente principal de empleo e ingresos para una parte significativa de la población.

En efecto, un cambio sustancial en los patrones de uso del suelo en el departamento de Pando implica afectar seriamente las ganancias de los industriales dueños de las beneficiadoras de castaña, las ganancias de los empresarios barraqueros y comerciantes ligados a esta actividad, los ingresos de un numeroso grupo de campesinos agroextractivistas, así como los salarios de los zafreros de la castaña y de los obreros y empleados de las empresas beneficiadoras de este producto.

Pero también, no es menos cierto, que en el departamento de Pando se está consolidando un importante grupo agroempresarial —fundamentalmente ganadero— y un sector campesino que, promovido por el gobierno, se está incorporando a la propuesta gubernamental de ampliar la producción agrícola maquinizada a gran escala. Actores que, con seguridad, disputarán por un nuevo uso de la tierra en esta región.  

Pese a este nuevo escenario, que estará marcado en los próximos años por conflictos en relación al futuro de la economía regional, es importante señalar que sólo una catástrofe producida por una baja sustancial de los precios de la castaña beneficiada o de un cierre del mercado mundial de este producto obligaría a un cambio radical en los patrones actuales de uso de la tierra. En este sentido, se puede decir que la demanda del mercado mundial de la castaña beneficiada es, fundamentalmente, la principal variable que hasta el momento permite que la mayor parte del bosque de la Amazonía norte no se vea aún severamente afectada.

En este sentido, si bien parece muy difícil que en el futuro inmediato se cumplan los deseos de Evo Morales de convertir a Pando en un departamento agrícola —es decir, de arrasar con los bosques tropicales—, sí es posible que en algunas zonas de las provincias Nicolás Suárez y Madre de Dios, donde actualmente se viene concentrado la producción agrícola y ganadera promovida por el gobierno, esta vaya cobrando mayor importancia en los próximos años.

Enrique Ormachea Saavedra es investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA).



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