cerrarBrujula-Bicentenario La CascadaBrujula-Bicentenario La Cascada
BEC_ZAS_1000x155px
BEC_ZAS_1000x155px
Brújula digital EQUIPO 1000x155px_
Brújula digital EQUIPO 1000x155px_
Guata regua (caminante) | 11/08/2025

“Moriremos si somos zonzos”

Hernán Cabrera
Hernán Cabrera

La filósofa rusa And Rand decía: “Sabemos que somos malos, más no tenemos la voluntad ni el poder para resistirnos a ello. Este es nuestro asombro y nuestro temor secreto: que lo sabemos y no oponemos resistencia”. Algo así nos pasa en Bolivia: desde las estructuras del poder hasta el pordiosero que come y vive su pobreza sin querer salir de ella. Pretendemos creer que somos mejores que el otro, haciendo gala de nuestros odios y prejuicios.

Ese lobo malvado que está en el interior de cada uno salió a relucir en el Bicentenario de Bolivia, evento al que los analistas y escribidores del odio, de las violencias y de los falsos profetas, arengaron toda clase de calificativos y epítetos que les dedicaron a nuestra Patria: No hay nada que celebrar. No hay democracia. Bolivia está en el abismo. No hay república ni Estado. Bolivia es un Estado fallido y sin futuro. Bolivia un desastre......

No porque hayamos tenido un mal gobierno, que llegó a arrastrar a toda la institucionalidad del país a una crisis de credibilidad, nuestra Patria también está mal y que los perros se la coman. No es así, este país, en 200 doscientos años de vida, historia y de grandes luchas, tendrá que reafirmar el 17 de agosto que con el voto de los ciudadanos quiere marcar un antes y un después, avizorando grandes transformaciones, derrotando así a estos agoreros de la violencia, que desde la comodidad del escritorio han destrozado a Bolivia; a sus autoridades y aquellos que desde el Chapare vienen destruyendo a la democracia, amenazando que el “próximo gobierno no durará ni 10 minutos”, y que se aprestan a resistir y derrotar.

El Tambor Vargas en su diario de la Independencia nos daba un mensaje claro y contundente: “Moriremos si somos zonzos”. Obviamente que la naciente república, desde los espacios de los gobernados y gobernantes, desde el 6 de agosto de 1825, bregaron por ir construyendo ladrillo a ladrillo este país diverso, hermoso y rico que hemos heredado hoy los 11.312.620, habitantes bolivianos que en todas sus generaciones hemos recorrido 200 años de un tumultuoso camino lleno de piedras, espinas, muros y de tantos conflictos que se cruzaron en el camino, pero que fueron superados.

No caímos en el abismo ni nos devoramos los unos a los otros. Ni hemos vivido en el fango ni en las cenizas, aunque los incendios forestales pusieron en vilo a todos. No se cumplió la advertencia del Tambor Vargas.

¿Sabe por qué amable lector? Porque Bolivia, país, patria, república, Estado, nación, es más grande y digna que sus gobernantes, clase política, dirigentes, empresarios y sectores sociales. Siempre tendrá la fortaleza y la capacidad de no dejarse envolver por los falsos profetas, por los agoreros del odio y de la maldad; por los analistas que todo lo ven mal y feo.

Y no se trata de poesía ni un mero deseo, sino de convicciones, de amar de forma apasionada a nuestra Bolivia, así como reclamó Simón Bolívar: “Bolivia es un amor inconmensurable”.

Y aunque fuera archivada por el poder de turno, tuvo eco en nosotros los ciudadanos, quienes, a pesar de los golpes, de las masacres, de la angustia, de las ambiciones, de las corrupciones, seguimos firmes.

Rumbo al 17 de agosto (17A) hay que demostrar entereza y valentía: ir a las urnas, votar por un candidato, cuidar el voto, vigilar que no hagan fraude, opinar y denunciar si hay actos irregulares y a los violentos. Contar el voto, ser protagonista de las elecciones del Bicentenario.

Y festejar la victoria de la democracia, gane quien gane.

Mariano Baptista Gumucio, escritor, abogado y enorme boliviano, nos deja esta reflexión oportuna: “(debe existir) la doble intención de alzar la autoestima de cada una de nuestras regiones, a tiempo de que los lectores comprendan cómo a lo largo de varios siglos se ha ido forjando la nacionalidad boliviana...

Este país no es patrimonio de ninguna etnia o partido; pertenece a todos los que llevan con orgullo el gentilicio de bolivianos” (Cochabamba: evocación y homenaje).

En el Bicentenario de Bolivia es necesario subrayar dos veces: No somos zonzos ni títeres ni marionetas de nadie, ni tampoco tenemos patrones, dueños, caudillos, jefazos, y estamos dispuestos a alzar la antorcha de Murillo, gritando una estrofa del himno nacional:

De la patria el alto nombre 

en glorioso esplendor conservemos 

y en sus aras de nuevo juremos 

¡Morir antes que esclavos vivir! 

Ojo que todo lo que hagamos en el presente tiene un objetivo. Ellos, ellas los niños, niñas, adolescentes y jóvenes que son Bolivia y tienen derecho a respirar, vivir, luchar, trabajar, pensar, estudiar, comer, amar, viajar…. en un mejor país.

Desde “denme 100n días para solucionar la crisis” (Hernán Siles), pasando por “Bolivia se nos muere” (Víctor Paz), hasta llegar al nacimiento del Estado Plurinacional” (Evo Morales-Luis Arce) la democracia siguió su rumbo imparable y el 17A tenemos una cita con la historia y la patria.

Hernán Cabrera es periodista.



BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
BRÚJULA-colnatur diciembre-2024 copia
BANER-PRINCIPAL-LATERAL-300x300px
BANER-PRINCIPAL-LATERAL-300x300px
200
200