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Librepensamiento | 29/05/2024

Lo que el Proceso de Cambio se llevó

Pedro Portugal
Pedro Portugal

En la conocida película “Lo que el viento se llevó”, Escarlett O'Hara, la joven sureña, posesiva y egoísta, le dice a Rhett Butler, su apuesto y oscuro caballero: Rhett, Rhett... Rhett, si te vas, ¿a dónde iré? ¿Qué haré? Este le responde: Francamente, querida, me importa un bledo. En los acontecimientos históricos, cuando el caudillo deja de ser el protagonista, al pueblo le interesa poco su destino.

Es de novelas y películas que la vanidosa estrella del momento omita que su ciclo acabó. Igual en el mundo político. Evo Morales se siente Presidente eterno: en torno de él giran subyugados la vida social del país y los destinos del mundo. Es el único que cree a pies juntillas el cuento sobre lo indio que la literatura culturalista posmoderna –vaya uno a saber con qué fines– aparejó.  El único que asume como lo que en realidad es un sarcasmo: ser el “Jefe Indio del Sur”.

Sin embargo, es ley que todo lo que inicia tiene un fin. Lo cuerdo es darse cuenta y aceptar ello, pero, sobre todo interpretar lo que antes sucedió y prever lo que pueda venir. 

Evo Morales y el MAS son los últimos capítulos de una reseña colonial en la que el mundo criollo es mandamás exclusivo y el indígena sustentáculo de usos y costumbres señoriales y feudales. El criollo, complacido con ese cómodo señorío: fue incapaz de construir nación y establecer Estado; de establecer el capitalismo o construir el socialismo, cuando en su circunstancia fueron las ideologías dominantes. El criollo vampirizó toda nueva idea, esterilizándola. Ello, a costa de la postración indígena, pero también de su propio desfallecimiento.

El ultimo artificio para conservar ese inicuo poder fue la moda culturalista posmoderna, cuya expresión política fue el MAS. En la construcción de ese artefacto jugaron rol primordial las Organizaciones No Gubernamentales, ONG, entre estas CIPCA con su principal exponente, el sacerdote jesuita Javier Albó. ¿Su indiscutible influencia teórica y sistémica en el Proceso de Cambio tuvo algo que ver con su procedencia étnica? En el libro “Un curioso incorregible” –que puede tomarse cómo autobiografía de Javier Albo– este señala: “Veíamos el país no tanto con ojos españoles sino con ojos catalanes”. Curiosamente, en la Asamblea Constituyente de 2006 juristas catalanes jugaron también papel determinante en la adopción de la Plurinacionalidad como modelo estatal.

Esta sumisión del tema indígena a modelos europeos no es privativa nuestra. En una ocasión, conversando con un líder mapuche de Chile, este me decía: “Tuvieron suerte de haber sido “asesorados” por catalanes y de ahí soportar el callejón sin salida de la plurinacionalidad y autonomías. Nosotros tuvimos asesores vascos… y ya vemos con qué resultados”. Catalanes y vascos, dos vestigios de la imposibilidad española por consolidar su Nación Estado y que periódicamente se manifiestan, la una en barahúnda politiquera y la otra en episodios de sangre y revuelta, en los que lo de la ETA fue particularmente notable.

A partir de los años 80 las ONG modelaron una visión de país en el que la plurinacionalidad era piedra angular. Esta fue cristalizada el 91 en el libro “Por una Bolivia diferente”. Albó anota varios nombres de quienes participaron en ese trabajo, añadiendo: “Es interesante ver esos nombres en el papel y constatar que se trata de gente que luego tuvo mucho que ver en la política nacional”. Ciertamente, muchos tuvieron que ver… con el culturalismo que el primer gobierno de Sánchez de Lozada desarrolló en 1993 y que después, a partir del 2005, fue afinado y culminado por el MAS.

La apuesta de las ONG fue primero hacia el MIR, luego el MBL y el MNR para culminar con el MAS, especialmente a través del programa NINA.  Respecto al actual vicepresidente, Albo señala: “El primer director estable [del proyecto NINA] fue David Choquehuanca, que entró bastante al principio y fue el alma de todo eso. Yo creo que, al mismo tiempo, esta fue la escuela de formación del propio David porque, aunque no conozco en detalle su historia, creo que no tiene muchos estudios formales”. Sobre Evo Morales, Albó recuerda uno de los cursillos “Por una Bolivia Diferente”: “Yo estaba como profesor y en una mesa estaba el dirigente cocalero Evo Morales. Cuando pasé por allá, me llamó: «Padre, padre, ¿qué quiere decir territorio?». Entonces ni él ni yo imaginábamos lo que vendría después”.

Las ONG es lo primero que el Proceso de Cambio se llevó por delante. Si una escalera nos sirvió para encaramarnos, puede parecer astuto que la quememos, para que nadie más pueda subir por ella. Muchas otras cosas (y personas) más reventaron … pero queda pendiente repensar el país… y transformarlo.  Surgirán nuevas ideas y protagonistas en un panorama de emancipación indígena que –ojalá– deje en el olvido las tretas de la manipulación o los deseos exterminio y se proyecte a encaminar la dinámica y energía de pueblos que para nada se muestran anclados en lo pretérito y solo esperan el momento de desplegar sus potencialidades en marcos comunes y contemporáneos.



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