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Energética | 07/04/2024

Gas argentino a Brasil a la vuelta de la esquina

Álvaro Ríos
Álvaro Ríos

La idea de que Argentina termine exportando gas a Brasil usando el gasoducto boliviano la vengo planteando desde hace muchos años. Bueno, ahora la realidad nos dice que esta situación está a la vuelta de la esquina. El debate está ya sobre la mesa. Recientemente se han manifestado en el evento denominado CERAWeek, realizado en Houston, Texas, varias autoridades y representantes de empresas de Argentina y Brasil en ese sentido.

El mercado de gas natural en Brasil necesita gas competitivo, especialmente para su sector industrial. Los precios actualmente son elevados, lo que hace que la industria brasilera no sea competitiva en su mercado interno y sus exportaciones. Un usuario industrial promedio en EEUU paga de tres a cinco dólares por millar de metros cúbicos de gas, uno de Europa (con gas importado), entre 10 y 14 dólares y paradójicamente uno de Brasil paga entre 18 y 20.

Como todos conocemos, la capacidad de producción de gas natural de Bolivia está en franca declinación y esta oferta competitiva que se tenía es cada vez menor. Los usuarios brasileros tienen la opción de obtener gas del Presal, que se extrae del mar. Este es un gas casi siempre asociado al petróleo, que se lo necesita reinyectar para producir gas, muchas veces con elevado contenido de dióxido de carbono. La producción está muy lejos de la costa y se necesitan fuertes nuevas inversiones y los costos operativos son altos. Además, los proyectos tardan muchos años en concretarse, tal como nos demuestra el gasoducto Ruta 3 que se inaugurará dentro de unos meses en la costa sur brasileña.

La otra opción que tiene Brasil es optar por más gas natural licuado importado, como se lo viene haciendo por un tiempo ya. A la fecha existen nueve proyectos de regasificación en funcionamiento, dos en construcción y seis anunciados. Esto era impensable solo media década atrás. Este gas viene de ultramar y se basa en precios internacionales que hacen del gas firme (que se distribuye sin restricciones), sea de costo elevado; tampoco ofrece precios competitivos para las necesidades de la industria en Brasil.

La otra alternativa es el gas ya descubierto, que proviene de petróleo tipo shale, en Vaca Muerta, Argentina, y que muchas empresas han logrado obtener a bajos costos de producción gracias a una explotación eficiente y de escala. Otro factor, y muy importante, es que al producir petróleo no convencional se produce también gas natural asociado y que básicamente no puede reinyectarse ni quemarse ni ventearse. Por lo tanto, debe comercializarse. Se debe recordar que el principal objetivo de Vaca Muerta es la producción y exportación de petróleo, pero el gas es un importante producto secundario.

Hay tres opciones para llegar con este gas de Vaca Muerta a Brasil. Una es por el sur (gasoducto Porto Alegre-Uruguaiana), pero ello requeriría nuevas inversiones en infraestructura de transporte, que pueden demorar en concretarse. Pero es una opción y no se la puede descartar.

La otra opción es llevar gas licuado GNL desde puertos argentinos a puertos brasileros. La considero muy difícil por las enormes inversiones necesarias (en plantas de licuefacción y líneas de transporte dedicadas) y por las aún prevalecientes condiciones macroeconómicas en Argentina.

La opción más económica, razonable, oportuna e inteligente y que requiere inversiones incrementales mucho menores es mover el gas hacia el norte, desde Vaca Muerta, y usar la infraestructura que está a punto de quedar ociosa de venta de gas de Bolivia a Brasil. Bolivia recibiría un pago por permitir el uso del gasoducto.

Argentina ya ha hecho inversiones para reforzar el transporte desde Vaca Muerta hacia el mercado interno y en especial al norte de ese país para reemplazar la declinante producción boliviana. Argentina necesitará inversiones adicionales para lograr mayores exportaciones a los mercados del norte de Chile, Brasil y, más delante, incluso Bolivia.

Espero que los actores involucrados en facilitar esta posible integración gasífera estén a la altura de hacerla viable. Se necesitan contratos y que el mercado funcione y para ello regulación, reglas estables y tarifas predecibles en los tres países. En fin, soñar no cuesta nada y lo seguiré proponiendo y exponiendo.

Álvaro Ríos Roca fue ministro de Hidrocarburos de Bolivia y es actual socio director de Gas Energy Latin América.



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