Ha tenido que transcurrir más de la mitad
su mandato (a lo que hay que sumar la década que ejerció el cargo de ministro)
para conocer con cierta aproximación el perfil del Presidente.
El Sr. Arce Catacora ocupa la primera magistratura luego de ganar las elecciones de 2020. La historia de cómo accedió a la candidatura por el MAS tiene que ver con la decisión tomada por el jefe del partido –nada de consulta a “las bases”, ni de elecciones internas– cuando todo parecía indicar que sería el actual Vicepresidente quien tendría tal representación o que incluso el favorito de Morales, el actual presidente de Senadores, Andrónico Rodríguez, tenía más oportunidad que quien finalmente fue designado para ello.
Una versión dice que Morales se decantó por Arce al considerarlo “fácil de manejar” una vez que éste ocupara el cargo. Hay otra versión que indica que lo hizo por un cálculo tan fino, ligado al supuesto mal estado de salud del actual mandatario y también a la posibilidad de que Morales accediese a la Cámara de Senadores y, además la presidiere, colocándose como tercero en la línea de sucesión y así poderla forzar hasta hacerse de la Presidencia. Como se sabe, Morales fue también inhabilitado a la candidatura senatorial y el plan quedó en nada… pero Arce siguió en carrera.
Abonando a la primera hipótesis, durante el primer año y algo más de la presidencia de “Lucho”, tiempo en el que, evidentemente, el delfín fue un obediente pelele del Jefazo, hasta que adquirió personalidad propia para actuar por su cuenta y, en consecuencia, tomar distancia de la mano que mece la cuna.
Lo que ocurre en la actualidad es consecuencia de tal “destete”, luego del cual las aguas del régimen se dividieron y hoy se encuentran en plena guerra por el control del “instrumento”, cada uno con sus propias huestes dispuestas a descalificarse entre sí.
No se puede entender a Arce sin considerar su relación con Morales Ayma. Fue el expresidente, ahora enfrentado a su creatura, quien le dio el crédito de “gran economista” al extremo de considerarlo su maestro en materia de economía. Arce nunca expresó que Morales fuera su maestro en materia de política porque sencillamente algo en la personalidad de “Tilín” no daba para los “baños de masas”.
¿La llevaría mejor Morales Ayma si Choquehuanca o Rodríguez hubiese sido el “elegido”? Pregunta retórica que da para especular; pero, en todo caso, no podría irle peor que lo que le va con el también conocido como el “Canastas”.
Lo que ha quedado claro en el tiempo de ejercicio de la presidencia es que la fama de buen economista que consiguió en su tiempo de ministro era porque le tocó serlo en un periodo de excepcional bonanza proveniente del boom gasífero, o sea que le tocó administrar la abundancia, algo para lo que no se necesita ser una eminencia de la economía –incluso se puede afirmar que hasta con esa gracia lo hizo mal–. En el tiempo de escasez, consecuencia de sus propias acciones como ministro, el Sr. Arce Catacora ha probado ser un, cuando menos, mediocre economista, como corroborando el despectivo mote de “cajero” que le puso Tuto y que Morales lo replica constantemente.
A estas alturas se puede decir que, como economista es un aprendiz de político y que como político es un pésimo economista a quien el poder le ha dado un lustre espectacular.
El no responder personalmente, sino a través de sus operadores (Lima, Del Castillo, Prada y Richter), a las provocaciones de Morales Ayma, lo ha afirmado en cierta preferencia con miras a las próximas elecciones –para todo lo demás está el control sobre otros poderes del Estado, exceptuando el Legislativo que ya no responde mecánicamente a sus designios–. La reciente crisis judicial así lo supuso.