Es el pluralismo, no el Estado Plurinacional

El pluralismo como categoría polimorfa vinculada a esferas de la vida política, jurídica, lingüística, económica, abarca al Estado Plurinacional (como objeto institucional) y no al revés. Podríamos decir, que el pluralismo lo es todo, mientras que la construcción del Estado Plurinacional es una simple maniobra hegemónica que pude terminar en manos del próximo gobierno, o mejor dicho que puede ser reciclado pulcramente. Ojo, hay que tener mucho cuidado con las identidades y las pasiones, porque la forma Estado Plurinacional de organización del ejecutivo es percibida como el todo maligno a erradicar, o por el contrario la última bandera a defender del ciclo masista que ya termina.

En los debates de la Asamblea Constituyente, la fuerza del pluralismo sobre el monismo y su evolución jurídica-política fue aplastante. No hubo el debate sobre el Estado Plurinacional como único y nuevo modelo de Estado. El debate victorioso fue del pluralismo, cuyos argumentos no pudieron ser rebatidos, entre otras cosas porque el pluralismo es el reflejo más claro de la realidad y de las diferencias que tenemos. No somos iguales, por tanto no podemos pensar lo mismo, por tanto, la democracia se cimienta en la construcción de pactos y consensos entre diversos y por lo tanto, la hegemonía también nace del que tiene la capacidad de ser tolerante, incluyente y dominante.

Por ejemplo, la construcción del Estado social de derecho tiene un firme fundamento difícil de revertir, ya que no sólo contiene la doctrina del Estado de derecho, sino que incorpora los avances del Estado social que tiene un claro contenido desde la perspectiva del trabajo y de sus derechos y conquistas. Nuevas visiones de Estado, como el federalismo, la descentralización y/o las autonomías no aportaron aspectos novedosos como lo hizo el pluralismo como nuevo componente del Estado boliviano. Una mayoría de los involucrados en el debate constituyente pensaban que la fórmula del “Estado Social de Derecho” era imbatible, pero no sucedió eso, la visión pluralista se impuso: “Bolivia se constituye en un Estado unitario social de derecho plurinacional comunitario, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías. Bolivia se funda en la pluralidad y el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, dentro del proceso integrador del país” (artículo 1 CPE).

El Estado Plurinacional que emerge del Decretos Supremo Nº 29894 del 7 de febrero de 2009, mismo día de la promulgación de la nueva Constitución Política del Estado, refleja el pluralismo de forma limitada, ya que es la versión de construcción de la institucionalización del Órgano Ejecutivo, expresión de la libre determinación de las naciones y pueblos indígenas y de ningún atisbo de autodeterminación.

Un Estado boliviano que proclama el reconocimiento de 36 idiomas originarios, no es un mosaico de naciones autodeterminadas, como varias personas argumentan desde enfoques ideologizados pero sin fundamento, se trata de un Estado que reconoce, no que otorga estatus nacionales o subnacionales a los pueblos indígenas, veamos: “Dada la existencia precolonial de las naciones y pueblos indígena originario campesinos y su dominio ancestral sobre sus territorios, se garantiza su libre determinación en el marco de la unidad del Estado, que consiste en su derecho a la autonomía, al autogobierno, a su cultura, al reconocimiento de sus instituciones y a la consolidación de sus entidades territoriales, conforme a esta Constitución y la ley” (artículo 2 CPE, las negrillas son mías).

En la Comisión Visión de País hubo dos informes: del MAS por mayoría y de Patria Insurgente por minoría, dos formas diferentes de ver el Estado y el país. Ambas propuestas fueron la respuesta al “Juicio al Estado Colonial, Republicano y Neoliberal” que el ente constitucional desarrollo a través de plenarias, como un necesario diagnóstico para trabajar el diseño del carácter del Estado. De la revisión de ambos textos, queda claro, que el Estado Plurinacional es parte de un conglomerado de 12 definiciones que incluyen lo descentralizado, lo autonómico, lo soberano, democrático, intercultural y que la Constitución no define de forma aislada la construcción categorial del Estado Plurinacional. Solo tres instituciones del Estado llevan ese apellido: el Tribunal Constitucional Plurinacional, el Órgano Electoral Plurinacional y la Asamblea Legislativa Plurinacional, todas ellas con el componente de elección de representantes de pueblos indígenas para su conformación, en calidad de magistrados, vocales o diputados especiales.

El pluralismo constitucional –en lo jurídico– reconoce la justicia indígena originaria campesina (JIOC); el plurilingüismo; la economía plural compuesta por la economía privada, estatal, comunitaria y cooperativa; la interculturalidad en lo educativo, etc. Por estas razones, el MAS cuando tiene dos tercios en el parlamento (a partir del año 2009), comienza a limitar el mismo pluralismo desde su mayoría, así se genera la Ley de Deslinde Jurisdiccional (neutraliza la JIOC), se despliega una economía centralizada (contraria a las autonomías y la descentralización) estatista y deja morir a la llamada economía comunitaria.

Cuando Evo Morales buscó la reelección violó no sólo el referendo constitucional de 2016, sino el principio del pluralismo democrático que se fundamente en la alternancia, la rotación y la elección libre y democrática del Presidente. En ninguna parte del pacto constitucional se abre las puertas al partido único, al pensamiento único, al presidente único.

En consecuencia, reivindico el pluralismo a ultranza.