Elecciones judiciales: una propuesta de cambio metodológico

Pasaron las elecciones judiciales más ominosas y escandalosas que se dieron desde la recuperación de la democracia: se realizaron con más de un año de retraso, fueron boicoteadas sistemáticamente desde el mismo seno de la Asamblea Legislativa y frenada por el Órgano Judicial. Hasta pocos días antes de su realización, llovieron recursos para frenar su desarrollo en las salas constitucionales departamentales, los mismas que fueron admitidos, pulverizando el principio de preclusión. Con ello, de ahora en adelante ningún proceso electoral está garantizado.

De forma inédita, las elecciones de fueron parciales; el Tribunal Constitucional Plurinacional, a través de absurdos subterfugios, nuevamente falló en su propio beneficio, logrando la prórroga de cinco magistrados del TCP. Somos literalmente un “Estado inconstitucional de no derecho” (Hidalgo 2023), con sus instituciones formalmente instituidas anuladas. Rige el totalitarismo ya que los canales de protesta, demanda o iniciativa están desactivados de facto.

En diversas oportunidades manifesté la necesidad de extirparle a la Asamblea Legislativa el derecho a evaluar y preseleccionar candidatos a los altos tribunales: ahí se pudre todo el circuito de producción electoral, adquiriendo un cariz político casi imposible de evitar. No obstante fui interpelado por diversos públicos que fundamentalmente me preguntaron qué propongo al respecto.

Considero que el fracaso de la elección de candidatos amerita un replanteamiento que requiere reformas de orden constitucional; a continuación, comparto algunos puntos de la idea que plasmé en el texto “Propuesta de reforma del sistema judicial” compilado por la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la UMSA.

Como punto de partida propongo la conformación de una instancia técnica, apolítica y científica y que tenga capacidad decisoria en todas las etapas del proceso de convocatoria, evaluación y preselección de candidatos.

La participación del sistema de la universidad boliviana está inserta en el artículo 2 del Reglamento de elección de candidatos de 2017; el artículo 8 del mismo reglamento menciona que los profesionales propuestos por la Universidad boliviana serán seleccionados por el Comité Ejecutivo de la Universidad

boliviana (CEUB). Este paso no contempla estándares mínimos de selección de profesionales, es abierto, difuso y fácilmente manipulable; por eso, deberán ser las facultades de derecho, con sus respectivas carreras, las que propongan a los expertos en base a criterios constatables de excelencia académica, publicaciones y probidad en sus carreras profesionales.

Asimismo, es necesario establecer un sistema estandarizado y riguroso de recepción de documentación, claro y sin ambigüedades (check list), como primer paso del proceso de presentación de postulaciones.

La apertura de sobres de postulaciones y verificación de cumplimiento de documentos exigidos como requisitos obligatorios deberá realizarse en un acto público y contar con la presencia del postulante y un notario de fe pública; el candidato sería inhabilitado si se constata la falta de algún requisito. Se sobreentiende que la documentación presentada por los candidatos es idónea, por consiguiente, para blindar esta situación, los postulantes deberán adjuntar obligatoriamente una declaración jurada sobre la veracidad de toda la documentación presentada, situación que conlleva un delito de perjurio si la misma es falsa o amañada.

En el concurso de méritos, debidamente estandarizado, el postulante deberá obtener una calificación de 70 sobre 100 como mínimo; de esta forma quedará habilitado para la fase de la prueba escrita. Los criterios de evaluación de méritos deberán ser diseñados por una comisión de expertos juristas y miembros de la universidad para brindarle consistencia técnica, exigencia disciplinar y profesional (meritocracia). Esta instancia deberá contar ineludiblemente con la presencia de veedores con capacidad de interpelar en caso de constatarse que el proceso no reviste la claridad y consistencia requerida y/o se esté incidiendo en favorecimiento o perjuicio de uno u otro postulante.

Los postulantes que superen exitosamente la fase del concurso de méritos quedarán habilitados para someterse a una prueba escrita estandarizada de 100 preguntas en base a un banco mínimo de 5.000 preguntas (idealmente, 10.000). El tiempo asignado para la prueba escrita será de 120 minutos. La nota mínima será de 70 puntos. Las preguntas serán seleccionadas a través de un sistema informático aleatorio, en presencia de notario de fe pública.

Las o los postulantes que hayan superado exitosamente la prueba escrita se someterán a una última prueba sobre 100 puntos, la evaluación ciega. Esta variante, conocida y aplicada en el mundo académico desde hace mucho tiempo, consiste en que ni los examinadores sabrán a quién evalúan ni los examinados sabrán quién los evalúa. La imposibilidad de que examinadores y examinados tengan contacto directo evitará el sesgo deliberado o subjetivo en el proceso de evaluación; asimismo, los criterios de evaluación ciega estarán diseñados por una comisión de expertos juristas y pedagogos con apoyo de recursos tecnológicos. Será una prueba dinámica en base a 10 preguntas orales precisas y concretas, para evitar divagaciones o desviaciones sobre la temática específica. La prueba tendrá una duración máxima de 30 minutos, cada pregunta tendrá un valor de 10 puntos y la evaluación mínima obtenida no podrá ser menor a 70 puntos.

Las tres pruebas sobre 100 puntos serán sumadas y divididas entre tres para obtener el promedio; de esta manera se tendrá la nota final de las y los postulantes, situación que permitirá obligatoriamente tomar los mejores promedios para la preselección de candidatos. Solo los candidatos que hayan obtenido un promedio mínimo de 70 puntos en las tres pruebas anteriores quedarán habilitados para la fase de preselección a cargo de la Asamblea Legislativa; se privilegiará siempre la preselección de los postulantes con los mejores promedios.

No me cabe la menor duda de los puntos señalados son perfectibles, pueden ser mejorados y perfeccionados.