El municipio más rico del país, el que se podía dar el lujo de gastar por día un millón de dólares y que es parte de lo que los empresarios y analistas económicos llaman el departamento motor del desarrollo cruceño, hoy está sumido en una profunda crisis económica. “La Alcaldía está en toco”, dijo un concejal opositor.
El presupuesto del municipio de Santa Cruz de la Sierra para 2024 supera los 4.700 millones de bolivianos. El alcalde Jhonny Fernández presentó el Programa Operativo Anual (POA) 2025, que incluye un incremento de 5,31% en el presupuesto de 2024. De modo como podrá ver, hay mucho dinero, pero que luego ese dinero desaparece porque no se pueden cumplir con las obligaciones y hacer obras que la gente le viene reclamando de forma permanente al folklórico alcalde, que hace años emitió una orden a sus seguidores: No digo que roben, pero saquen algo.
Claro, esa orden se vino cumpliendo en esta gestión municipal porque cada día saltan o se conocen hechos de corrupción, tal como denuncian los concejales Saavedra, Medrano, Alberti, Terrazas e incluso la presidenta del Concejo, que es ucesista.
“Le digo al alcalde y a sus funcionarios, ‘dejen de robar para que alcancen los recursos en la comuna’. Están cosechando lo que han sembrado en cuatro años de mala gestión, en los que han convertido la Alcaldía en una agencia de empleo”, expresó el concejal Mamen Saavedra en referencia a los problemas administrativos y presupuestarios que enfrenta la municipalidad.
Los problemas de corrupción y falta de dinero fueron las constantes en la gestión del alcalde Johnny Fernández, que tuvo que despachar a más de cinco funcionarios de confianza por los altos niveles de corrupción que cometieron, los que seguramente están en sus casas ya que la justicia nos les hizo nada ni tampoco devolvieron el dinero que desapareció de las arcas municipales.
El concejal José Alberti señala que “la fuga de recursos económicos debido a la elevada corrupción en las unidades encargadas de la recaudación (una de las causas por las cuales no cumplen con las metas)”.
El municipio tiene su presupuesto anual operativo sobre el cual se rige y en el que están contemplados los recursos económicos para cada Secretaría o áreas respectivas. Pero resulta que en la realidad no es tan así, porque algunos sectores han hecho reventar el puchichi de la mala administración financiera de ese presupuesto.
Por ejemplo, los trabajadores en salud y médicos del primer y segundo nivel que dependen del municipio han reclamado sueldos devengados de hace dos o tres meses y la respuesta de los ejecutivos municipales fue que esperen a que se recaude más impuestos para cubrir con sus obligaciones salariales, que supuestamente estaban asegurados en el POA Municipal. Tuvieron que ir a huelgas y paros para que les paguen, pero que es una situación inestable.
El presupuesto que tiene la Secretaría de Salud es de 910 millones de bolivianos, en el que está contemplado el pago de sueldos para el personal médico y trabajadores en salud.
En el caso del servicio de aseo urbano siempre tienen que recurrir a paros y bloqueos al botadero de Normandía porque les deben sueldos atrasados a pesar que los recursos económicos están garantizados para ese rubro, ya que la Cooperativa Rural de Electrificación cobra puntualmente la tasa de aseo urbano que viene anexada en la factura por consumo de energía eléctrica; pero en los hechos no hay este dinero, que alcanzaría a pagar la cifra mencionada.
Así que Fernández y sus colaboradores no pueden alegar que no tienen recursos para cumplir con los sueldos de los trabajadores de aseo urbano como para mejorar el servicio sustancialmente. Hay semanas enteras que los carros basureros no pasan por los domicilios, constituyéndose en un verdadero atentado a la salud pública debido a la putrefacción de los desechos, generando olores fétidos y la proliferación de gusanos y moscas en las calles, centros de salud, hoteles, etc.
¿En qué momento Santa Cruz se jodió con la elección de Johnny Fernández, que resucitó en las elecciones municipales de hace cuatro años? Pues la gente le dio su voto creyendo que el personaje había cambiado de alguna manera, pero hemos sido protagonista a lo largo de estos cuatro años de una gestión municipal de despilfarro, de contratación desmedida de personal militantes de UCS, que ascienden a más de 13.000 funcionarios, cuando el municipio puede funcionar con menos de 8.000; con denuncias de corrupción de todo tipo, pero que las mismas quedan solo para el show y para la consabida promesa del alcalde: No vamos a proteger a nadie y que le caiga todo el peso de la ley, pero la justicia no funciona para los corruptos.
Pero claro que la justicia es eficiente para procesar al concejal Federico Morón, que denuncia con pruebas la gestión de Fernández. Como decía Eduardo Galeano: la justicia es como la serpiente, siempre muerde a los descalzos.
La exalcaldesa Angélica Sosa y sus colaboradores están impunes y felices, a pesar de haberse comprobado el robo millonario por los ítems fantasma: están en sus casas y sin devolver un solo centavo de lo sustraído.
Llegando al final de 2024 nos queda la esperanza de aguardar hasta marzo de 2026 para el cambio de las autoridades municipales, pero pueden pasar muchas cosas en todo ese tiempo; mientras tanto no perdamos la virtud de la indignación y de la protesta en todo espacio que nos permitan para preservar nuestra dignidad. No debe ocurrir que nos preguntemos “¿por qué se jodió Santa Cruz de la Sierra y yo no hice nada?”.