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Buscando la verdad | 17/08/2022

El comercio exterior boliviano va camino a batir récords

Gary Antonio Rodríguez
Gary Antonio Rodríguez

Las exportaciones bolivianas, descontando las reexportaciones, bordearon los 7.000 millones de dólares al primer semestre del 2022, superando los casi 5.800 millones de dólares, por importación. Una muy buena noticia para el país, sin duda. En momentos en que el planeta atraviesa por una complicadísima situación económica, el hecho que Bolivia experimente un superávit comercial de portento, superando los 1.200 millones de dólares, resulta muy importante, especialmente, en el interés de mantener la estabilidad económica y el tipo de cambio fijo, frente a los desafíos que vienen de aquí en adelante.

El superávit logrado al primer semestre es destacable, además, porque Bolivia, luego de seis años de consecutivos déficits comerciales externos que restaron más de 5.000 millones de dólares a las Reservas Internacionales Netas del Banco Central de Bolivia entre 2015 y 2020, en la gestión 2021 experimentó una destacadísima recuperación con un saldo comercial positivo por casi 1.500 millones de dólares. Las cosas pintan bien este año, porque en tan solo seis meses, se ha alcanzado ya un 83% de aquel superávit.

Según datos del INE analizados por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Bolivia registró hasta junio del 2022 su mayor superávit comercial en 8 años, lo que permite realizar auspiciosas proyecciones hasta fines de la gestión en curso, lo que redundará en beneficio del crecimiento económico y la creación de empleos en el país.

El principal producto de exportación hasta junio fue el gas natural (1.428 millones de dólares); seguido del oro, con 1.397 millones; la soya y derivados con 1.144 millones y el zinc con 979 millones de dólares. Importante sitial para la soya, recurso renovable industrializado que se envía al exterior con valor agregado, muy cerca de superar al gas y a los minerales mencionados (recursos extractivos no renovables, sin valor añadido).

Destaca la gran evolución de las Exportaciones No Tradicionales (ENT), registrando al primer semestre su máximo aporte al valor global en 17 años (29%), mientras que las ventas tradicionales lo hicieron en 71% (49% minerales y 21% hidrocarburos), además de confirmarse la supremacía de las ENT (agropecuarias, agroindustriales, forestales, madereras, manufactureras y artesanales) sobre las ventas de hidrocarburos que hace pocos años llegaron a representar la mitad de las exportaciones.

El desempeño de las ventas no tradicionales es ponderable: no solo porque superan ya los 2.000 millones de dólares, sino, porque los más de 2,7 millones de toneladas -con una fuerte base agroalimentaria- prodigan un vasto efecto multiplicador sobre la economía nacional, generando empleos e ingresos que ayudan a dinamizar la demanda interna, el otro motor de crecimiento del Producto Interno Bruto, que se espera crezca 5,1% este año.

Algunos dirán que la subida de las exportaciones está influenciada por el alza de los precios internacionales, algo que es cierto en parte: el aumento de las ventas globales fue de un 38% en valor y apenas 2% en volumen, comparadas a igual lapso del 2021.

Sin embargo, haciendo un análisis pormenorizado de las mismas, se puede ver que el bajo crecimiento del quantum se debe a la disminución del volumen exportado de los hidrocarburos (-18%) pese a lo cual su valor subió 36% (“efecto precio” positivo); otro tanto aconteció con los minerales que subieron 30% en valor pero apenas 19% en volumen; sin embargo, éste no fue el caso de las Exportaciones No Tradicionales que, si bien crecieron 58% en valor, su volumen se expandió en un 47%, mostrando el gran esfuerzo de inversión y producción que viene realizando el sector privado para generar los enormes excedentes exportados. Así las cosas, es un hecho que las ENT romperán hasta fin de año, todos sus récords republicanos y plurinacionales.

Para que todo esto ocurra existe un gran protagonista, confirmándose el título de locomotora económica del país que tiene el Departamento de Santa Cruz -de lejos- el primer exportador de Bolivia aportando hasta junio con 2.219 millones de dólares (32% del total); seguido a distancia por Potosí, con 1.536 millones (22%) y La Paz con 1.330 millones (19%). Asimismo, con poco más de 4 millones de toneladas de carga despachadas, Santa Cruz aportó hasta junio con un 52% al volumen total de exportación del país.

A nivel de las Exportaciones No Tradicionales, Santa Cruz brilla con luz propia contribuyendo con 1.525 millones de dólares (75% del valor) y 2,2 millones de toneladas (80% del volumen). Y si de exportaciones agropecuarias se trata, Santa Cruz va, de lejos, primero: 1.382 millones de dólares (87% del valor) y 2 millones de toneladas (94% del volumen).

Sin duda, auspiciosos los resultados del comercio exterior al primer semestre, con las exportaciones e importaciones como protagonistas de la recuperación económica en un escenario internacional plagado de desafíos, pero de oportunidades, también, que podrían ser mejor aprovechadas con un trabajo sinérgico público-privado.

Gary Antonio Rodríguez es Economista y Magíster en Comercio Internacional

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