Democracia muerta

France 24 dice el 21 de julio que “Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Gustavo Petro, de Colombia; Pedro Sánchez, de España; Yamandú Orsi, de Uruguay, y Gabriel Boric, de Chile, llevaron a cabo una jornada de trabajo en el palacio de La Moneda en defensa de la democracia y el multilateralismo, y la lucha contra la desinformación”.

Sánchez los llamó “a "dar un paso al frente" y "pasar a la ofensiva" frente al avance de la extrema derecha”, advirtiendo “que la democracia está amenazada por una "coalición de intereses entre oligarcas y la ultraderecha" que, según señaló, representa una "amenaza real" tanto en América como en Europa”.

Denunció a esa “internacional del odio y la mentira” (familiar, ¿no?). Dijo que es un "deber moral" defender los valores democráticos "en las calles, en los periódicos, en las redes y en las organizaciones multilaterales, en todos los idiomas y sin importar las convicciones". Receta: cancelación de la libertad de expresión para matar la del pensamiento.

Tal reunión es una de varias que no merecieron comentarios de parte de quienes son demócratas convencidos, razón suficiente para romper ese silencio cómplice de la perversión de la democracia, ese invento griego perfeccionado con denuedo por la humanidad. En especial desde el siglo XVIII.

Con memoria corta hay dos reuniones importantes: la conferencia sobre derechos humanos del fundador de Podemos, Juan Carlos Monedero, a mediados de enero de 2025, en el Helicoide, “la cárcel administrada por el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), la policía política de Nicolás Maduro, encargada de torturar y de reprimir a los opositores al régimen chavista”, según eldebate.com. Apunta el medio que el aliado de Pedro Sánchez dijo que la policía de Venezuela tiene “carácter humanista” y es “sinónimo de democracia”. Cinismo descomunal.

El 9 de enero de 2025, la vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodríguez, “instaló el Festival Mundial Internacional Antifascista, en el centro de convenciones de La Carlota, en Caracas. Con la presencia de más de 2.000 delegados internacionales, Rodríguez destacó que esta es la hora para luchar unidos contra el fascismo”, publica la página web de Alba–TCP (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América –Tratado de Comercio de los Pueblos: Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua, Dominica, San Vicente y las Granadinas, Antigua y Barbuda, y Santa Lucía). Reunión apoyada financieramente por el gobierno chino. Desvergonzados loros diciendo “loros”.

Añade: “el viceministro Rander Peña resaltó: “Ante el odio de la extrema derecha venezolana, el presidente Nicolás Maduro orientó realizar actividades de largo alcance para enfrentar la lucha contra el fascismo, neofascismo y expresiones similares”. Cierra informando que los participantes también acompañarán la juramentación de Nicolás Maduro como presidente reelecto de la nación ante la Asamblea Nacional y el pueblo venezolano”. Convalidación descarada del robo de la voluntad popular venezolana.

¿Quiénes son los reunidos en la “cumbre democrática”, motivo de este artículo? Todos son miembros de la “galaxia rosa” descrita por Sebastián Grundberger en su libro de título igual (disponible en PDF de descarga gratuita en la red Internet), entre los cuales menciona en portada al “Foro de Sao Paulo, el Grupo de Puebla y sus aliados internacionales”. No llamaron a Maduro, Ortega y Arce. Los dejaron en la sombra para cubrir apariencias. Junto a sus cofrades, impresentables e imprescindibles: los narcos. En conjunto buscan socavar la democracia en América Latina mientras se llenan la boca hablando de defenderla. Impostores de pura cepa. 

Ante el fracaso socialista de la vía armada para tomar el poder, Fidel Castro diseñó la estrategia aplicada desde los años 90: la utilización de la “tonta” democracia para llegar y luego demolerla, como se hizo en Venezuela, Nicaragua, Bolivia y Ecuador, mediante “reformas constitucionales” que matan la constitucionalidad, cuya esencia es la limitación del poder en función de la libertad. 

Hay otra vía, por si acaso, corta y expedita, estalinista: la liquidación de la independencia judicial, con fiscales y jueces convertidos en comisarios políticos del poder. Como en Brasil hizo Lula y como Sánchez intenta hacer en España, hoy. La explicación es que la única garantía del cumplimiento de la Constitución y las leyes para el resguardo y restitución de los derechos de las personas y la sanción a quienes actúen ilegalmente es una justicia independiente.

Sin ella, el Estado de derecho muere, y sin el muere la democracia, pues el poder abusa y la impunidad campea. Vulneran derechos y leyes, se enriquecen ilícita e ilegalmente, sin riesgo alguno.

Eso es fascismo, antítesis de la democracia. Es la manera en que estos canallas manejan el poder, erigiéndose como oligarcas de la corrupción y el crimen, despojando a las personas de su dignidad y derechos, condenándolas a la miseria para someterlas, a nombre de la justicia, además.  Contra eso debemos luchar, de palabra y de obra. Sin descanso.

Gisela Derpic es abogada.