Salvo excepciones, si hay algo de lo que los políticos establecidos de oposición no quieren hablar es de unirse ante el desafío de derrotar al MAS en la elección de 2025, que evidentemente ellos, de manera individual, no lograrán.
Sus “asesores políticos” les han venido repitiendo y machacando, por casi tres lustros, que “es mejor ir por separado y que sea el electorado el que decida”. Ello, por supuesto, apela al ego de los candidatos, a quienes se les muestra encuestas que supuestamente convalidan esa estrategia. Pero no se puede persistir en el mismo error estratégico de los últimos 15 años y esperar un resultado exitoso.
Pero a quien definitivamente no le conviene una oposición unida es al MAS, que hábilmente ha penetrado e infiltrado las campañas de oposición sembrando discordia interna, división y confusión general, que los ha llevado a su derrota en manos del oficialismo en las elecciones anteriores.
Por ello, hace tiempo he propuesto que se constituya un fondo para el financiamiento del candidato único de la oposición. Es inconducente que cada candidato opositor, como algunos ya lo están haciendo, esté tratando de recaudar fondos individualmente, cuando sus posibilidades de ganar la próxima elección son casi nulas.
Este fondo único es el mejor disuasivo para la desunión, pero atenta contra los intereses económicos de consultores políticos profesionales que requieren de candidatos-clientes cada ciclo electoral para continuar ejerciendo su oficio. Es de notar que algunos de estos consultores políticos han ido rotando por diferentes candidaturas a través del tiempo, incentivando postulaciones individuales adversas a la unidad.
Quizá se debiera más bien invitar a ellos y otros especialistas a que elaboren una “estrategia de unidad” de la oposición boliviana para el candidato único.
De la misma forma, creo que se debería también someter a concurso el diseño del proyecto de las “pre-primarias” o lo que se podrían llamar “primarias populares” a realizarse previamente a las requeridas por ley.
La experiencia venezolana nos demuestra ampliamente que ese es el camino para construir nuevos liderazgos con legitimidad, como es el caso de la opositora al régimen de Nicolás Maduro, María Corina Machado, que ganó su liderazgo mediante el voto abierto de toda la ciudadanía en forma pública y simultánea.
Es, entonces, imprescindible acordar un mecanismo legítimo, abierto y transparente para elegir una candidatura única de unidad de la oposición. Y ese mecanismo no debiera ser el de negociaciones entre cuatro paredes ni acuerdos oscuros a espaldas de la gente.
Los potenciales candidatos deben hacer público su inequívoca oposición al MAS y su voluntad de unirse para vencerlo y proponer la mejor forma para someterse a la voluntad ciudadana para que esta sea la que elija a la o al mejor de entre ellos, que pueda conquistar la confianza, el respeto y el apoyo de la mayoría ciudadana, con vistas a la elección general de 2025.
Quien le teme a la gente no es verdaderamente demócrata. La democracia pactada debe dar curso a un sistema más abierto y participativo, que respete la preferencia ciudadana.
Ronald MacLean es catedrático, exalcalde y exministro de Estado.