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Vuelta | 05/02/2019

Carlos Mesa debe romper el celofán

Hernán Terrazas E.
Hernán Terrazas E.
Seguramente no es para alarmarse, pero que Carlos Mesa caiga siete puntos en las encuestas y el porcentaje de los indecisos crezca en la misma proporción, significa que algo se está haciendo mal en los cuarteles del candidato de Comunidad Ciudadana. En las encuestas de Página Siete, Mesa bajó del 39% obtenido en diciembre, al 32% registrado en enero. Ahora empata con Morales.

La candidatura del expresidente comenzó con el impulso de un electorado en busca de autor, de una ciudadanía ignorada o despreciada en su ambición democrática, que estaba a la espera de una alternativa y que la vio en Mesa, acaso porque el exmandatario representaba todo lo que Evo Morales no: prudencia, sobriedad y convicciones democráticas.

Austero y casi artesanal, el lanzamiento de Mesa por el vertiginoso tobogán electoral contrastó con la parafernalia que rodea siempre al morador transitorio de la “Casa del Pueblo” y acaso por ello ese sencillo acto mediático, retransmitido en redes, hizo clic con muchos.

A partir de entonces Mesa tuvo esporádicas apariciones, la mayoría a través del mismo medio y no siempre sus pronunciamientos estuvieron a tono con los temas de mayor urgencia o, si lo estuvieron, fue de manera tardía.

El candidato, paradójicamente, no es un político, y eso se nota en muchos detalles. Algún clásico diría que no es un hombre de masas, sino de redes, y que la construcción de su candidatura adolece del calor que viene del contacto directo con la gente.

Quienes piensan que la cercanía no tiene valor y no incide sobre la popularidad y, en última instancia, sobre el voto, se equivocan peligrosamente.

Ejemplos sobran de candidaturas y presidencias relativamente recientes. Mauricio Macri sacó mucho provecho de las redes, pero hizo una campaña puerta a puerta muy inteligente y sensible, precisamente para romper con el prejuicio de que se trataba de un empresario rico, frío y ajeno a los miedos y esperanzas de la gente. De Andrés Manuel López Obrador, ni qué decir. Su campaña fue la creación de un sentimiento y por eso, después de años de intentos, el político tabasqueño llegó a la presidencia.

Mesa todavía no rompe el celofán. No deja que lo toquen, que lo prueben, que lo sientan y eso está pasando factura.

Lo bueno es que todavía es temprano y se pueden corregir muchas cosas. Que la alarma no cunda, pero sí la preocupación, como impulso activo para tomar mejores decisiones.

Hernán Terrazas es periodista.



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