Luis Arce cumplirá la mitad de su mandato presidencial los primeros días de mayo de 2023. La Constitución le permite repostular para el período 2025-2030, pero también autoriza la iniciativa ciudadana para la realización de un referéndum revocatorio, iniciada la otra mitad de su gestión, a petición del 15% del padrón electoral. Queda vetado el último año de ejercicio en el cargo.
Arce expresó su postura sobre el tema en una entrevista con la cadena Telesur, en la que no hubo repreguntas, aprovechando su visita a Caracas para recordar la primera década de la muerte de Hugo Chávez. En Bolivia no concede entrevistas a medios independientes sobre asuntos de interés nacional y tampoco realiza conferencias de prensa en las que tendría que responder preguntas de los periodistas.
Fijó su posición una semana después de vencido el plazo otorgado por el cabildo nacional para que más de 180 presos políticos se beneficien con la amnistía presidencial o, de lo contrario, se prepare para la revocatoria de mandato. En la entrevista, dijo que se trata de un “chantaje de la derecha boliviana, encabezada por el Comité Cívico de Santa Cruz”, pero recogió el guante.
Con tono parsimonioso, afirmó que su gobierno y él están dispuestos a encarar el desafío, dejando a los cívicos, especialmente cruceños, la materialización de la advertencia porque el Gobierno no liberará a Luis Fernando Camacho, Jeanine Áñez, Marco Antonio Pumari, dirigentes de Adepcoca, exautoridades y excomandantes en el gobierno transitorio, ni a los integrantes de la Resistencia Juvenil Cochala, entre otros.
La idea no le vino nada mal a Arce y su entorno, más aún si los resultados de encuestas hechas con actores políticos, analistas, periodistas y especialistas en distintos ámbitos, como la encargada por la FES-Bolivia (Friedrich Ebert Stiftung), establece que seis de cada 10 consultados señalan que un referéndum revocatorio no es viable y, además, terminará fortaleciendo al Jefe de Estado y/o su partido político.
Había surgido la oportunidad que estaba esperando el arcismo para ejecutar una carambola política, que en una sola jugada elimine la posibilidad de que Evo Morales sea nuevamente candidato presidencial del masismo y la derecha boliviana encabezada por el Comité Cívico pro Santa Cruz, como describió Arce, sufra una anticipada derrota de cara a las elecciones de 2025.
Sentirían el doble efecto el radicalismo de la izquierda populista, el evismo, y la derecha cívico-partidaria. Se abriría paso la opción liderada por Arce, confiando en que el ejercicio del poder supone una enorme ventaja en tiempos preelectorales y que aún no ha surgido un nuevo liderazgo que le dispute el electorado en las clases baja, media y media baja.
Si el resultado de un eventual referéndum revocatorio es favorable para el arcismo y se transforma en un “revolcatorio”, será la manera de decirle al caudillo que no volverá a estar presente en la papeleta electoral y a quienes creen que el próximo candidato presidencial que represente a las oposiciones debe surgir necesariamente de tierras orientales, que en política no todo es lineal.
¿Insistirá el movimiento cívico nacional en llevar adelante un proceso revocatorio con inciertas posibilidades de triunfo? ¿Seguirá en los planes del evismo apoyar la revocatoria de mandato de Arce para intentar neutralizarlo como eventual postulante del MAS en los próximos comicios generales?
Por lo pronto, los nuevos líderes del Comité Cívico cruceño, matizaron la postura inicial y pasaron de “los cabildos no se discuten, se acatan” a “vamos a realizar consultas a expertos y al Órgano Electoral”, mientras los evistas bajaron el tono de sus denuncias de gran corrupción e inmoralidad en el gobierno, lo que no quiere decir que se hayan despintado las caras.
Quedan dos meses para saber si los cívicos cumplirán el mandato del cabildo nacional y activarán la revocatoria de mandato de Arce, establecida en el artículo 240 de la Constitución. El arcismo tiene la oportunidad para realizar una operación política que busque convencer a los cívicos que es la manera de sacar a Morales de escena para siempre.
Con o sin revocatorio, el evismo seguirá golpeando a su gobierno con denuncias de corrupción a todo nivel para debilitar la casi segura candidatura de Arce en 2025, esperando que el movimiento cívico nacional realmente materialice la iniciativa ciudadana para apoyarla por debajo de la mesa, sobre todo en sectores populares y rurales del país.
A Arce y su gobierno también les interesa que el mecanismo constitucional se concrete porque están seguros que pueden hacer una carambola política y despejar el camino hacia la repostulación autorizada por la Constitución. Los cívicos, sobre todo los cruceños, tienen la palabra final en un tema que ellos mismos pusieron en la agenda política del país.
Edwin Cacho Herrera es periodista