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12/03/2023
Columna de columnas

Ante la posibilidad de la doble D del MAS

César Rojas Ríos
César Rojas Ríos

La reciente columna de Armando Ortuño Yañez (AOY), titulada “La posibilidad de la derrota” (La Razón, 11/3/2023), reflexiona sobre el futuro electoral del MAS. ¿Optimismo o pesimismo? Dos razones guían su reflexión: una, haciéndose eco de las recientes declaraciones del exvicepresidente García Linera, el MAS estaría ante la posibilidad de “un suicidio” debido a su “división interna”; y otra, para AOY más importante que la anterior, “la consolidación de un clima social pesimista, con sus principales dirigentes sin poder superar el 40% de opiniones positivas y una aprobación del Gobierno en torno al 35-40%”. Fortificado en estos datos, plantea que el reto del Gobierno es “comunicarse con los casi dos tercios de bolivianos que no los quieren o se alejaron y que deberán ser nuevamente convencidos”.

Demos un giro adicional a estas tuercas analíticas: evidentemente el MAS está haciendo cierta la frase de Konrad Adenauer, cuando señala que “en la política hay adversarios y correligionarios: estos últimos son los más peligrosos”. Así está ocurriendo en el MAS a vista de toda la sociedad. Día a día y por todos los medios. La razón: ni Morales ni Arce ni Choquehuanca piensan en Bolivia, los tres piensan en sí mismos. La profundidad de sus pensamientos tiene la hondura de sus ombligos. Morales golpea, Arce resiste y Choquehuanca observa. ¿Va de esta manera el MAS a más o a menos? ¿Suma o resta? En su horizonte partidario se dibuja con nitidez el que fue en su momento el futuro del MNR: la fractura debido a los personalismos políticos. Este hecho no se debe minimizar de ninguna manera. No solo sería el fin del MAS, sino de la “revolución democrática y cultural” y de la construcción de grandes mayorías sociales y parlamentarias. O sea, fin de ciclo y a otra cosa.

¿Qué cosa? AOY desliza una idea que debería detenernos a una reflexión profunda y tomarla con las debidas pinzas: esta sería “la vía pavimentada a gobiernos frágiles”. Mirando el pasado sabemos qué debemos entender por tal esperpento: incapacidad de construir una mayoría parlamentaria, intensificación de las movilizaciones en las calles y fragilización de la economía. Un círculo demoniaco para el Presidente que le toque gestionar el asedio de las desgracias por las cuatro esquinas. ¿Quebrado el MAS, ingobernable Bolivia? La pregunta amerita un amplio debate, sobre todo si se dibuja en el horizonte, con cierta verosimilitud, “la posibilidad de la derrota” y la división del MAS.

Queda un as bajo la manga: la oposición o las oposiciones. También AOY les dedica un par de frases: “la inconsistencia crónica de las oposiciones”. Y agrega que desde la sociedad existe la “la demanda por otra cosa, la cual no tiene, por el momento, forma definida”. Demos un paso atrás: si ante la doble D del MAS (división y derrota), los espíritus inquietantes de la ingobernabilidad nos pueden visitar a la luz del día, ¿conocemos la fórmula para deshacernos de ellos? La oposición o las oposiciones tienen que decir algo al respecto. Ese significante hasta ahora vacío se tiene que llenar y hablar.

César Rojas es comunicador social y sociólogo.



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