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La curva recta | 08/07/2024

26 de junio, una tarde tonta

Agustín Echalar
Agustín Echalar

El paseo en tanque que se despachó el general Juan José Zúñiga la tarde del miércoles 26 de junio hasta la plaza Murillo fue posiblemente una de las estupideces más grandes que un alto mando militar haya cometido en la historia de nuestro país, tan salpicada de golpes de Estado, amotinamientos y escaramuzas.

Opino que es una tremenda estupidez porque era una acción que no solo no tenía ni pies ni cabeza, sino que además no teniendo la menor posibilidad de éxito, solamente podía llevar a su principal responsable a una gran desgracia, empezando por su destitución, que por lo que sabemos ya era un hecho, sino la cárcel, que está empezando a sufrir.

Apostar todo lo que uno tiene, su carrera, su libertad, su tranquilidad, por un “no proyecto”, es una muestra de una seria incapacidad de razonar y esto debe preocuparnos porque alguien así estuvo a cargo del Ejército de nuestro país. Tenía a su mando a lo que llaman “la institución tutelar de la patria”. Es una suerte que en realidad no necesitamos un Ejército y este episodio podría llevarnos a cuestionarnos sobre la existencia del mismo o por lo menos a una reestructuración muy importante.

Ahora bien, por la información sobre este tema, el general Zúñiga llegó a esta posición, que le hizo meter la pata de manera tan olímpica, de una manera irregular: no era el mejor alumno de su tanda y habría sido colocado en el puesto forzando las normas y tradiciones militares. Ello tal vez debido a una gran afinidad o cercanía al ahora tan destartalado partido que nos gobierna.

La tarde del 26 de junio da para reírse, para hacer una comedia, para filmar una parodia de un golpe de Estado, en la que obviamente tampoco quedan bien parados ni el presidente ni sus ministros más cercanos, tan jóvenes, tan ingenuos. Ha costado a la imagen del país, hacia afuera y ante sus mismos ciudadanos.

Lo que sigue es una posible cacería de brujas, tiemblo ante la idea de ese recrudecimiento de encarcelamientos preventivos, tan irrespetuosos con los derechos de las personas, tan violadores de la constitución.

Es importante hacer énfasis en la responsabilidad del Gobierno, y obviamente del MAS en su conjunto, respecto a su manera de manejar el país, precisamente a partir de poner en posiciones de poder y de decisión a personas del estilo del general Zúñiga. ¿Por qué Luis Arce decidió colocarlo precisamente a él en ese puesto?, ¿sacrificó la capacidad y una cierta institucionalidad por una mal entendida lealtad?, ¿le salió contestón el leal o más bien fue tan leal que se autoinmoló para crear una narrativa que permita una vez más el juego de la victimización a la que son tan proclives los masistas y sus aliados a nivel mundial?

Bolivia tiene gente muy incapaz en posiciones clave, eso es dañino para el desarrollo de un país, y puede llegar a ser muy peligroso. Lo peor es que estando como están las cosas, ¿a quién podrían conseguir los del gobierno para reemplazarlos?

Y por supuesto ya no se puede ocultar que este es un pésimo Gobierno y que en estos últimos tres años y medio ha logrado empobrecernos; quienes ahorraron en bolivianos tienen un dinero que vale alrededor del 30% menos; quienes lo hicieron en dólares, tienen su dinero secuestrado. En otras palabras, somos más pobres que ante que empezara el Gobierno de Luis Arce.

Me pregunto, ¿cuánta gente estilo Zúñiga es la que toma las decisiones que afectan a nuestras vidas? Y claro, no dejo de pensar que somos responsables de nuestro propio destino, a fin de cuentas, la mayoría votó por ellos. Sí, amigo lector, el futuro está negro, tomemos el 26 de junio como un entremés para distraernos un poco.



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