El Gobierno regional de Cataluña ha destinado a unos 300 agentes de los Bomberos y ha pedido la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias.
Barcelona|EFE|08|07|25|
El incendio forestal de alta intensidad iniciado ayer lunes en Paüls (Cataluña, noreste de España), que sigue activo empujado por el fuerte viento, afecta ya a una superficie de 2.899 hectáreas y ha obligado a confinar en sus casas a 18.000 vecinos de siete poblaciones de la zona.
Debido al incendio, Protección Civil del Gobierno regional de Cataluña ha ordenado el confinamiento en sus casas de los vecinos de varios municipios, lo que afecta a una población total de 18.000 personas, y también hay otras 1.200 personas que pueden salir de sus casas pero se la limitado su movilidad para que no salgan de su localidad.
Según el último balance de los Agentes Rurales, el fuego afecta ya a una superficie de unas 2.899 hectáreas, en su mayoría de zona forestal y en un parque natural, ya que sigue sin control tras una noche complicada para los bomberos, con rachas de viento de hasta 90 kilómetros por hora, lo que complica las labores de extinción.
Por este incendio, han tenido que ser atendidas tres personas, todas ellas leves, aunque una tuvo que ser trasladada a una clínica.
Trabajo de bomberos
La Generalitat catalana (Gobierno regional) ha destinado a unos 300 agentes de los Bomberos y ha pedido la colaboración de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que depende el Gobierno español, que aportará unos 100 efectivos, que se sumarán a los dos aviones anfibios que ya se han incorporado al dispositivo.
"Aún quedan horas críticas en relación a la extinción de este incendio", ha advertido a primera hora de la mañana la responsable regional de Interior, Núria Parlon, desde el centro de mando de los Bomberos.
Parlon ha señalado que la Generalitat decidió que era necesario activar a la UME "para poder combatir la virulencia de este incendio a lo largo del día de hoy y sobre todo también disponer de estos medios por si se reproducían incendios en distintos sitios", con el fin de tener una capacidad operativa mayor.
El viento fuerte perjudica
El jefe de los Bomberos de la Generalitat, el inspector David Borrell, ha remarcado que las tareas de extinción del fuego se complicaron por la noche porque el viento empezó a soplar con más fuerza a partir de las 22:00 horas, con rachas de hasta 90 kilómetros por hora.
"Aunque esperábamos el viento fuerte, nos ha sorprendido la fuerza que ha tenido. Hemos estado trabajando toda la noche de forma muy precaria, muy dura, y hemos estado protegiendo a la población. Por la noche, la sensación de inseguridad es mayor y hemos tenido que atender bastantes alarmas y dar respuesta para que la población se sintiera segura", ha dicho Borrell.
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