Las Naciones Unidas advirtieron que las condiciones de vida en el norte de Gaza son insostenibles.
Brújula Digital|Agencias|20|11|24
Las Naciones Unidas advirtieron que las condiciones de vida en el norte de Gaza son insostenibles, ya que casi no se ha entregado ayuda humanitaria en los últimos 40 días debido al asedio impuesto por las fuerzas israelíes.
Entre 65.000 y 75.000 personas en Beit Hanoun, Beit Lahia y Jabalia enfrentan el cierre de panaderías y cocinas comunitarias, mientras las restricciones bloquean cualquier intento de asistencia, afirma la BBC.
Un informe reciente de la ONU señaló un riesgo inminente de hambruna en la región si no se toman medidas urgentes. Israel, por su parte, asegura que su ofensiva de seis semanas busca neutralizar a combatientes de Hamas, mientras facilita evacuaciones civiles y suministros a hospitales.
Sin embargo, cientos de personas han muerto y más de 100.000 han sido desplazadas hacia Ciudad de Gaza, donde la falta de refugio, agua y atención médica agrava la crisis.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) informó que de 31 misiones de ayuda planeadas entre el 1 y el 18 de noviembre, 27 fueron rechazadas y las restantes enfrentaron serias restricciones.
Según la BBC, esta situación ha interrumpido el acceso a alimentos, agua potable y atención nutricional para niños y mujeres embarazadas, aumentando los casos de desnutrición.
En el hospital Kamal Adwan de Beit Lahia, una misión de la Organización Mundial de la Salud entregó combustible y evacuó pacientes a al-Shifa en Ciudad de Gaza, aunque se vio obligada a dejar parte de los suministros en un punto de control israelí.
Según el director del hospital, las condiciones empeoran, con un incremento en casos de desnutrición infantil y una muerte reciente por deshidratación severa.
Aunque Israel asegura haber enviado 472 camiones de ayuda al norte de Gaza, no está claro si esta asistencia ha llegado a las zonas más afectadas.
Mientras tanto, miles de desplazados se encuentran sin refugio y sobreviven en las calles tras ser forzados a abandonar sus hogares.
BD/MS