El G20 propuso en Río ampliar el Consejo de Seguridad de la ONU para garantizar mayor representación global, incluida Latinoamérica.
Río de Janeiro|EFE|19|11|24|
Los jefes de Estado y de Gobierno del G20 reivindicaron este lunes en Río de Janeiro una ampliación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para mejorar la representación de los diferentes continentes, incluida Latinoamérica.
La declaración de los líderes, divulgada tras el primero de los dos días de cumbre, defendió una "composición ampliada del Consejo de Seguridad que mejore la representación de regiones y grupos subrepresentados y no representados, como África, Ásia-Pacífico y América Latina y el Caribe".
Los líderes de las 20 mayores economías del mundo se comprometieron a llevar a cabo una "reforma transformadora" que vuelva al organismo "más representativo, inclusivo, eficiente, eficaz, democrático y responsable", y que permita una "mejor distribución de responsabilidades de todos sus miembros".
Además, la declaración recoge el compromiso de "trabajar" para aumentar la presentación de candidaturas de mujeres a puestos de alto cargo en la ONU, incluido el de secretario general, que siempre ha estado ocupado por hombres.
Actualmente, el Consejo de Seguridad, encargado de velar por la paz internacional y la seguridad y que emite decisiones vinculantes, está formado por 15 miembros, de los cuales cinco son permanentes y tienen poder de veto y el resto se distribuyen de forma rotativa por región.
Los cinco países con poder de veto (EE.UU., Francia, Reino Unido, China y Rusia) forman parte del G20 y, por tanto, respaldaron la declaración final, en la que no se explicita si la referida ampliación se haría por medio de asientos permanentes o rotatorios.
La reforma del Consejo de Seguridad ha sido una demanda constante del anfitrión de la cumbre, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, desde su primer mandato iniciado en 2003, pero que hasta ahora no se ha concretado.
Lula quiere ver a Brasil, un gigante con una población de más de 200 millones de personas, con un asiento permanente en la institución y ha pedido eliminar o, por lo menos, limitar el poder de veto sobre resoluciones vinculantes, un segundo elemento que la declaración tampoco menciona.
En tiempos recientes, EE.UU. y Rusia han hecho un uso extensivo de esa prerrogativa para impedir la aprobación de resoluciones sobre la guerra de Ucrania y sobre la ofensiva israelí en la Franja de Gaza.
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