Brújula Digital|Brújula Digital|22|07|24|
El anuncio de este domingo de Joe Biden señaló el final de una vida política notable que comenzó hace más de medio siglo con su primera elección al Consejo del Condado de New Castle, en Delaware en 1970.
A lo largo de 36 años en el Senado, ocho años como vicepresidente, cuatro campañas para la Casa Blanca y más de tres años como presidente, Biden se ha convertido en uno de los rostros más familiares de la vida estadounidense, conocido por su personalidad afable, sus errores habituales y su capacidad de recuperación ante la adversidad, dijo el New York Times.
Biden es conocido como un político de personalidad afable y capacidad para forjar acuerdos mediante el trato personal y las buenas relaciones con otros dirigentes. Intentó, sin éxito, traducir décadas de experiencia en una presidencia unificadora. Sacó al país de la pandemia más mortífera en un siglo y de la agitación económica resultante, pero sus esperanzas de sanar las divisiones que se ampliaron bajo Trump se han visto frustradas.
La sociedad estadounidense sigue profundamente polarizada y Trump no hace más que agravar la situación.
Mientras pasó la mayor parte de su carrera buscando el centro político, Biden avanzó una agenda progresista expansiva después de asumir el cargo presidencial, que sus aliados compararon con el New Deal de Franklin D. Roosevelt. Trabajando con estrechos márgenes en el Congreso, logró algunas de las victorias legislativas más ambiciosas de cualquier presidente en sus primeros dos años.
Entre otras medidas, impulsó un paquete de alivio por el COVID-19 de 1,7 billones de dólares (trillones, en inglés); un programa de un billón (trillón) para reconstruir las carreteras, autopistas, aeropuertos y otras infraestructuras del país; e importantes inversiones para combatir el cambio climático, reducir los costos de los medicamentos recetados para personas mayores, tratar a los veteranos expuestos a quemaduras y fortalecer la industria de semiconductores del país. También firmó una ley destinada a proteger el matrimonio entre personas del mismo sexo en caso de que la Corte Suprema alguna vez revocara su decisión de legalizarlo, rememoró el diario estadounidense.
También nombró a Ketanji Brown Jackson como la primera mujer negra en la Corte Suprema y colocó a más de 200 jueces en tribunales federales inferiores a pesar del control extremadamente estrecho del Senado, más que cualquier otro presidente en tres años de mandato. De ellos, aproximadamente dos tercios fueron mujeres de minorías raciales, diversificando la judicatura federal más que cualquier otro presidente en la historia.
Algunas de las principales leyes que aprobó Biden obtuvieron votos republicanos, pero su racha de éxitos legislativos terminó efectivamente con las elecciones de mitad de período de 2022, cuando los republicanos ganaron una estrecha mayoría en la Cámara, aunque no lograron la “ola roja” que habían anticipado. Desde entonces, Biden ha tenido que jugar a la defensiva, logrando acuerdos con los republicanos para evitar cierres del gobierno y un incumplimiento nacional, pero logrando poco más.
Frente internacional
En el frente internacional, Biden revitalizó las alianzas internacionales que se desgastaron bajo Trump, reuniendo a gran parte del mundo para oponerse a la invasión no provocada de Rusia a Ucrania. A pesar de la oposición d Trump y sus aliados, Biden aseguró decenas de miles de millones de dólares para armar a las fuerzas ucranianas y proporcionar ayuda económica y humanitaria, aunque algunos críticos se han quejado de que ha sido demasiado lento en enviar la tecnología más avanzada por miedo a una escalada.
Biden apoyó a Israel en su guerra contra Hamas después del ataque terrorista del 7 de octubre, pero se ha frustrado con el primer ministro Benjamin Netanyahu, diciendo que Israel no está haciendo lo suficiente para evitar bajas civiles y garantizar la ayuda humanitaria a Gaza. Biden alienó a muchos en su propio partido al no hacer más por los palestinos y luego enfureció a los partidarios de Israel al negarse a enviar ciertas armas si se usaran para un asalto total a la ciudad de Gaza de Rafah.
La decisión d Biden de retirar todas las fuerzas de Afganistán después de 20 años, llevando a cabo un acuerdo que Trump había alcanzado con los talibanes, llevó a un debacle en el verano de 2021. Las fuerzas talibanes tomaron rápidamente el control del país, los afganos que huían abarrotaron los aviones estadounidenses que despegaban de Kabul y un suicida mató a 13 soldados estadounidenses y 170 afganos durante la retirada.
Nacido en Pensilvania en 1942, Biden asistió a la Universidad de Delaware y a la facultad de derecho de Syracuse, se convirtió en defensor público y luego entró en política. Talentoso para las campañas, en 1972, con solo 29 años, se postuló para el Senado, logrando una gran sorpresa al vencer a Caleb Boggs, un republicano con dos mandatos en su haber y de más del doble de edad.
Como senador junior, Biden sufrió su primera, pero no última, tragedia cuando un accidente de automóvil mató a su esposa, Neilia Biden, y a su hija de un año, Naomi, en l Navidad de 1972, recordó The Guardian. Biden se hizo conocido por viajar en tren, de Delaware a Washington DC y de regreso, para cuidar de sus hijos, Beau y Hunter, quienes sobrevivieron al accidente.
Se casó con su segunda esposa, Jill Jacobs, en 1977, y su hija, Ashley, nació cuatro años después.
Senado
Durante 17 años, Biden fue miembro de alto rango o presidente del comité judicial del Senado y en ese sentido dirigió cinco confirmaciones de la Corte Suprema. En 1991, el nominado, Clarence Thomas, fue acusado de acoso sexual y Biden fue ampliamente visto como un administrador deficiente de las audiencias.
El historial de Biden sobre el crimen también lo perseguiría, particularmente su apoyo a una ley de 1994 que muchos dicen contribuyó a los problemas de encarcelamiento masivo e injusticia racial. Otra ley de 1994, que prohibía las armas de asalto, seguía siendo motivo de orgullo.
En 1987, Biden se postuló por primera vez para presidente. A los 45 años, deseaba ser comparado con John F. Kennedy, pero los electores no lo respaldaron.
Meses después de abandonar esa campaña presidencial, Biden sufrió un aneurisma cerebral tan severo que se llamó a un sacerdote para administrar los últimos ritos. Meses después, sufrió otro.
No era nada si no era resiliente. Veinte años después, en 2007, se postuló nuevamente para presidente. Una gran frase sobre un rival republicano, pasó a la historia: “Rudy Giuliani, solo hay tres cosas que mencionas en una oración: un sustantivo, un verbo y el 11 de septiembre”.
Barack Obama ganó esa nominación. Cuando el senador de Illinois, de 47 años, eligió a Biden, de 66, como su compañero de fórmula, el New York Times dijo que Obama había adquirido “un veterano de Washington” que podía “tranquilizar a los votantes” en lugar de “reforzar el mensaje de cambio”.
Biden pasó ocho años como vicepresidente, su relación de trabajo con Obama, según los informes, no fue tan cercana como a menudo se retrataba. Biden desempeñó roles clave en éxitos que incluían avanzar en los derechos LGBTQ+, legislar para prevenir la violencia contra las mujeres y asegurar la reforma del cuidado de la salud, agregó The Guardian.
Biden contempló una tercera candidatura presidencial, pero en 2015 la muerte de su hijo Beau por cáncer cerebral tuvo un costo terrible. Además, Obama respaldó a Hillary Clinton.
En medio del caos devenido durante la gestión de Trump, Biden decidió postularse nuevamente. Un apoyo significativo de los votantes negros impulsó una victoria en las primarias de 2019. En el año del Covid, los viajes de campaña fueron limitados. Para un candidato de 77 años, esa fue una bendición. Llegadas las elecciones, Biden le ganó a Trump por más de siete millones de votos y con facilidad en el colegio electoral.
Retiro
Con los demócratas dominando el Congreso, Biden aseguró una legislación importante, impulsando la economía después del Covid, asegurando la inversión en infraestructura y financiando la lucha contra la crisis climática.
Pero las preguntas sobre la edad y aptitud de Biden se mantenían latentes hasta que el desastroso debate en Atlanta en junio hizo que las dudas demócratas fueran ya imposibles de ocultar.
Al principio, Biden mostró su característico fuego, culpando a las “élites” a las que nunca sintió pertenecer, y juró seguir luchando. Pero luego Trump sobrevivió a un intento de asesinato y emergió aparentemente más fuerte que nunca. Tomó la decisión más correcta para su partido y su país. Y quizás para el mundo.
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