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Economía | 01/10/2025   03:00

|OPINIÓN|Revirtiendo traumas nacionales y la explotación del litio|Erick Larrazábal|

Este diálogo socio-analítico podría llevarse a cabo para la explotación de litio, a partir del cual se definirían los términos de referencia para una licitación pública internacional transparente, zanjando estériles discusiones entre los diferentes grupos sociales involucrados.

Foto ABi. Archivo.
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Brújula Digital|01|10|25|

Erick Larrazábal 

En diciembre de 2013, Bruno Boccara (con doctorados en economía e ingeniería en el MIT, y en psicoanálisis en New York University) publicó primicialmente su libro Bolivia: Revirtiendo traumas, una brillante investigación psicosocial de Bolivia que diagnostica los principales traumas nacionales (conquista y colonización española, extracción de la plata de Potosí y la Guerra del Pacífico) que generan mecanismos de “defensas sociales” para revertir (suprimir) los hechos que desencadenaron esos traumas. 

El método que utilizó fue sostener reuniones en Bolivia con grupos sociales, a lo que llamó Diálogo Socio – analítico (escucha analítica), donde los afectos se presentan en el lugar de los hechos y son transmitidos en una forma inconsciente.

A partir de los tres traumas nacionales diagnosticados, Boccara identifica cuatro defensas sociales para suprimir simbólicamente los traumas:

1.   Borrar el trauma de la colonización en su forma original o desplazada (odio a Chile), revirtiendo la expoliación del cerro de Potosí.

2.   Nostalgia del pasado con énfasis en idiosincrasias económicas e institucionales (la reciprocidad de los pueblos pre colombinos).

3.   “Mito de la pureza y la disociación del objeto malo de origen: el extranjero en respuesta al temor de que nuestra riqueza sea saqueada” (página 62).

4.   Hacer la revolución repetitivamente y de manera apremiante, es decir, siempre volver a comenzar en la elaboración de políticas.

En los últimos 30 años estos mecanismos de defensas sociales se manifestaron de diversas maneras: de manera individual (3), como fue el caso de la capitalización de las empresas de servicios públicos en 1995, cuando se manifestó abiertamente el rechazo a la inversión extranjera. Este rechazo al “otro” se expresa claramente en el concepto de empresas estratégicas estatales a partir del 2006, con el retorno del modelo estatista de producción.

Esta defensa social, obviamente, no reconoce que el ahorro nacional en Bolivia es estructuralmente insuficiente para financiar la formación bruta de capital, ya que existe la necesidad de recurrir al ahorro externo para generar riqueza y lograr un crecimiento económico fuerte que permita redistribuir mejor el ingreso mediante el robustecimiento de sólidas políticas de educación y salud.

Las defensas sociales también estuvieron presentes de forma combinada (1 y 3), como fue la implosión de la Guerra del gas, en octubre de 2003, con manifestaciones de odio a Chile y “al otro”, al “extranjero”, vedando la exportación de gas a Chile, México y Estados Unidos.

Con el ascenso del MAS al gobierno, cuando se aprobó la nueva Constitución Política de Estado en 2009, se exteriorizaron los cuatro tipos de defensas sociales al mismo tiempo, y se tradujeron en el desmontaje de las políticas de economía de mercado y en la formulación de políticas públicas dentro de la orientación del modelo estatista de producción.

Las políticas públicas atadas a las defensas sociales conducen no solamente a políticas económicas irracionales que no generan desarrollo económico y redistribución del ingreso sostenibles, sino a la división y a la intensificación de las fracturas sociales en un permanente duelo nacional que deriva en un círculo vicioso de pobreza.

Boccara plantea que una forma profunda y sólida de lograr que Bolivia procese el duelo y quiebre el círculo de pobreza “…. podría ser iniciar un trabajo de diálogo socio-analítico sobre su identidad económica. Esto requeriría de una minuciosa internalización y apropiación a nivel nacional de los traumas y las defensas sociales, la cual, una vez concluida, se convertiría en una poderosa demostración de liderazgo reparador”. Este diálogo socio-analítico podría llevarse a cabo para la explotación de litio, a partir del cual se definirían los términos de referencia para una licitación pública internacional transparente, zanjando estériles discusiones entre los diferentes grupos sociales involucrados.

Erick Larrazábal Antezana es economista y trabajó en reformas de Estado.



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