Es preciso que las diferentes interpretaciones de lo que es un “swap versus un crédito” sean efectuadas de manera técnica pero además correcta
Brújula Digital|29|09|25|
Diego Suárez
Comparto la indignación de diferentes economistas y personas técnicas del ambiente económico respecto a la sentencia contra el expresidente del Banco Central de Bolivia Guillermo Aponte, que, lejos de haber tenido algún interés o apetito personal, trabajó incansablemente e, incluso, en condiciones de salud delicadas, luchando en contra de la pandemia que azotó a nuestro país durante el año 2020 y subsiguientes.
En esta incansable búsqueda de instrumentos y de recursos para que nuestro país pudiera tener mayor respiro es que se generó la iniciativa del swap con el FMI a través del IFR, la cual está enmarcada en el Convenio Constitutivo del FMI, aprobado por Bolivia en 1945.
Como bien lo conocemos todos, la pandemia causó zozobra en las personas, familias, sociedad y, por supuesto, en la economía. Los bancos de desarrollo multilaterales a nivel global trabajaron en programas con los bancos centrales buscando no solamente coadyuvar con liquidez a las personas y dar refinanciamiento y reestructuraciones a cada situación particular empresarial, si en poder inyectar liquidez a los diferentes gobiernos para afrontar el Covid-19. Fueron programas enfocados en la crisis sanitaria y también en el apoyo con liquidez a bancos comerciales y diversas entidades de financiamiento.
Cito a continuación algunas iniciativas globales que incluyeron swaps:
La Reserva Federal de EEUU activó y amplió sus líneas de swap con bancos centrales, como los de Europa, Japón, Canadá, Suiza e introdujo nueve nuevos acuerdos bilaterales para aumentar la liquidez en dólares y estabilizar los mercados financieros mundiales ante la escasez de esta divisa, que se extendió a bancos en sus respectivas jurisdicciones. Otros bancos centrales también usaron swaps para hacer frente a la demanda de sus propias monedas, mientras que China también extendió sus propias líneas swap a otros países para fortalecer sus reservas.
Entre otras actuaciones de la FED:
Ampliación de líneas existentes. La Fed amplió sus acuerdos de swap permanentes con cinco bancos centrales clave (Canadá, Inglaterra, la zona del euro, Japón y Suiza), reduciendo las tasas de interés y extendiendo los vencimientos de los swaps.
Nuevas líneas swap temporales. La Fed estableció acuerdos de swap con otros nueve bancos centrales adicionales, incluyendo a Brasil, México, Corea del Sur y Suecia para aliviar las tensiones de financiación en dólares.
Actuaciones de otros bancos centrales
Banco Central Europeo. Reactivó sus líneas de swap y creó nuevas líneas repo (repos de tipos de interés) temporales para hacer frente a la demanda de euros.
Banco de Japón. Utilizó líneas swap para proporcionar liquidez y estabilizar las tensiones en los mercados de financiación en dólares.
Banco Popular de China. China también extendió sus propias líneas swap a países para ayudar a fortalecer sus reservas de divisas.
Banco Central de Bolivia. Con aprobación unánime de su directorio gestionó la solicitud de asistencia financiera de emergencia para Bolivia, un swap de aproximadamente $us 327 millones (DEG 240,1 millones) en virtud del Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR) para ayudar al país a enfrentar necesidades de balanza de pagos derivadas del Covid-19.
Es importante enfatizar la diferencia entre un crédito obtenido por un banco central y un swap (en este caso tomando como protagonista al BCB), no sólo por la coyuntura actual y lecturas imprecisas sobre un aspecto técnico, que no debería ser debatido y que muestra una clara manipulación hacia un criterio estrictamente político; sino para que la gente, en general, pueda tener clara esta conceptualización y pueda sacar sus conclusiones personales con un criterio mayor.
Un crédito obtenido de organismos multilaterales se refiere a un préstamo otorgado por instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial o el Banco Interamericano de Desarrollo, para financiar proyectos o programas específicos en el país. Estos créditos suelen tener condiciones favorables, como tasas de interés bajas y plazos de pago largos.
Por otro lado, un swap gestionado por el BCB con organismos multilaterales es un acuerdo financiero entre dos partes que acuerdan intercambiar flujos de efectivo en el futuro, basados en diferentes variables, como tasas de interés o tipos de cambio.
Normalmente un banco central establece un swap con organismos multilaterales para:
Algunos organismos multilaterales que podrían otorgar créditos o participar en swaps con el BCB son:
Espero que después de esta pequeña explicación se pueda comprender mejor el escenario en el que se manejó el reflotamiento financiero el año 2020. Resumiendo lo anterior: un crédito obtenido de organismos multilaterales es un préstamo para financiar proyectos o programas específicos; mientras que un swap es un acuerdo financiero para gestionar riesgos o acceder a liquidez. Ambos instrumentos pueden ser utilizados por el BCB para apoyar el desarrollo económico y financiero del país.
Es preciso que las diferentes interpretaciones de lo que es un “swap versus un crédito” sean efectuadas de manera técnica pero además correcta por parte de los diferentes abogados y las instancias judiciales del caso, porque es evidente que estamos frente a una gran injusticia.
Diego Suárez Solares es consultor corporativo y financiero, director de empresas.