El tannat boliviano se consolidó como la variedad de vinos tintos más cultivada del país, destacando por su calidad y reconocimiento internacional, gracias al trabajo de los vitivinicultores y bodegas nacionales, convirtiéndose en un patrimonio del vino tinto boliviano.
Brújula Digital|21|09|25|
La Cámara de Diputados sancionó una ley que declara el 10 de noviembre como el “Día Nacional del Tannat”. Esa fecha no se escogió al azar, sino que corresponde al día en que por primera vez se plantó esta variedad en suelo boliviano, dando inicio a una historia que hoy cautiva al mundo del vino internacional. Los vinos tannat bolivianos están considerados entre los mejores del mundo.
Tannat es una variedad de potentes taninos que no resulta fácil de manejar en la vinificación. Sin embargo, la altura de los viñedos bolivianos y el manejo realizado por los vitivinicultores locales permitieron que en Bolivia el tannat adquiera matices más suaves y delicados que en otras regiones del mundo.
La primera plantación se llevó a cabo en lo que hoy es la Finca El Origen, de la Bodega Aranjuez, una de las más antiguas y tradicionales del país. Tannat formó parte de las 16 variedades que la bodega encargó a un vivero francés, representado en Bolivia por el enólogo Iván Bluske, dice una nota de prensa.
Con el tiempo, se confirmó que tannat había encontrado un nuevo hogar en los viñedos bolivianos. Su vinificación comenzó en 2008, cuando Aranjuez lanzó su primer varietal tannat, que tuvo gran aceptación en el país. En 2013, el vino Juan Cruz obtuvo la primera medalla Gran Oro para Bolivia en un concurso celebrado en Uruguay, nación líder en el cultivo de esta variedad.
El tannat boliviano empezó a llamar la atención a nivel internacional. Los reconocimientos y premios se multiplicaron tanto para Aranjuez como para otras bodegas que incursionaron en el cultivo y vinificación de esta cepa con dedicación y esfuerzo.
En la actualidad, tannat es la variedad tinta vinífera más cultivada y está presente en el portafolio de vinos de la mayoría de las bodegas bolivianas, ubicadas en zonas productoras como Tarija, Los Cintis, Samaipata, Cochabamba y otras.
Esta es la razón de la declaratoria realizada por la Cámara de Diputados, que se suma a otras adoptadas previamente por el Concejo Municipal de Tarija y la Gobernación de ese departamento, agrega el boletín.
El gerente ejecutivo de la Asociación de Vinos y Singanis de Bolivia (ANIV), Fernando Galarza, señaló que esta ley reconoce el valor del tannat para la vitivinicultura nacional y resalta su aporte al desarrollo, empleo y riqueza para los productores así como el trabajo de las bodegas bolivianas que han llevado sus vinos al ámbito internacional. “Esta ley fortalece un sector clave que necesita más apoyo y mejores condiciones para crecer y posicionarse internacionalmente”, afirmó.
Por su parte, Mauricio Hoyos, gerente de la Bodega Aranjuez, destacó que, si bien Aranjuez fue pionera en la plantación de tannat y otras variedades, esta cepa se consolidó como símbolo del vino tinto boliviano gracias al esfuerzo conjunto de productores y bodegas. Hoy se considera un patrimonio nacional.
BD/RED