La ALP va a contrarreloj para la elección de vocales del TSE, y omitió exámenes y entrevistad personalizadas.
Brújula Digital|05|12|25|
El 19 de diciembre, exactamente dentro de dos semanas, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) debe tener nuevos vocales, y este viernes recién empezó la etapa de recepción de postulantes. ¿Cómo se resolverá un proceso tan complejo y trascendente para el país en tan poco tiempo? y, sobre todo, ¿qué garantías hay de que los seleccionados sean los idóneos para cargos tan importantes?
Desde la Comisión Mixta de Constitución, Legislación y Sistema Electoral de la ALP se informó que por la premura de tiempo –el proceso de preselección debió ser encarado en la anterior legislatura–, se suprimió algunas etapas del cronograma de preselección, como los exámenes escritos y orales, lo que llama a la alerta en torno a si se podrá garantizar que los candidatos elegidos sean los más capaces.
Sandra Verduguez, especialista de la Fundación Jubileo, da algunas claves al respecto. Más que la ausencia de los exámenes, lo que le preocupa es la anulación de la entrevista final. Bajo la premisa de que suprimir las pruebas orales y escritas era inevitable por la falta de tiempo, según la experiencia de Jubileo, no se debería dejar de realizar la fase de consultas personalizadas. “Preocupa que no exista una entrevista al final, proceso que, creemos, es la única forma de conocer la capacidad de los postulantes”, sostiene Verduguez, y explica: “era muy importante realizar consultas de casos específicos, formular situaciones concretas a cada candidato, y evaluar así su capacidad para resolverlas”. Según la experta, esta es la mejor manera de hacerse “una idea clara de su experiencia, capacidad y probidad”.
No habiendo exámenes ni entrevistas finales, los miembros de la comisión solo tienen los documentos de los postulantes para decidir. “La documentación muestra los méritos y la formación que, por experiencias pasadas, sabemos que no es suficiente”, advirtió Verduguez.
El reto de los asambleístas
La representante de Jubileo recalcó en la enorme responsabilidad de los miembros de la comisión mixta. “Los tiempos son demasiado cortos, cada etapa tiene en promedio solo un día de plazo. La comisión debe estar preparada, tienen que haber tomado previsiones en cuanto a metodología para que el proceso sea efectivo, pues se va a requerir un desempeño impecable”, manifestó.
En días pasados, la Fundación Jubileo envió a la ALP una redacción alternativa del proyecto de ley 213, aprobado en el Senado en la anterior legislatura. Las adiciones y modificaciones buscan que la normativa sobre este proceso se adecúe a estándares internacionales.
BD/MZS