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Deportes | 20/04/2025   18:09

Murió Hugo Orlando Gatti, un Loco lindo e irreverente del fútbol

Como arquero, se hizo leyenda defendiendo el pórtico sobre todo de Boca Juniors. Toda su carrera la hizo en Argentina. Este domingo falleció a los 80 años de edad.

El Loco Gatti tuvo un estilo propio para lucirse en la custodia del arco.
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El Loco Gatti se convirtió en una leyenda del fútbol argentino. Forjó un estilo para atajar que quedó marcado para siempre. A los 80 años de edad, este domingo falleció en Buenos Aires Hugo Orlando Gatti. 

Gatti fue internado hace dos meses en el Hospital Pirovano de la capital argentina por un cuadro de neumonía. “Su familia decidió quitarle el respirador este domingo porque su estado de salud era ya irreversible”, informó el diario La Nación. 

El exarquero de Boca Juniors pasó sus últimos momentos en compañía de sus hijos Federico y Lucas.

En los últimos años vivía tanto en Argentina como en España, país que eligió para radicar hace años.

Una caída le provocó una fractura de cadera. Fue internado en el hospital, y luego de la cirugía su estado se complicó al contraer un virus hospitalario que derivó en una neumonía y una insuficiencia renal.

El arquero

Tenía un aspecto y lucía una indumentaria desfachatada e intrépida que no abandonó nunca. Nunca perdió su melena, que en su época de arquero se sujetaba con una vincha.

Se fue con el récord de partidos disputados en primera división, con 765, a lo largo de 25 años (1962/88), entre Atlanta, River Plate, Gimnasia y Esgrima La Plata, Unión y sobre todo Boca Juniors, el club con el que se identificó.

También logró la plusmarca de penales atajados entre los arqueros argentinos, con 26, ninguno más trascendente que el que le desvió a Vanderlei (Cruzeiro) y le dio a Boca su primera Copa Libertadores, en 1977.

Toda su carrera como futbolista la hizo en Argentina. Cuando le preguntaban por la receta de su vigencia, respondía: “Yo hice algo: atajé, me cuidé y sigo amando al fútbol como el primer día, pero el que decidió lo fundamental fue Dios. Sin la ayuda del que está arriba, nada hubiera sido posible”. Fue arquero en Primera División hasta cumplir 44 años.

El apodo de Loco fue por su espíritu alegre para interpretar el fútbol como un espectáculo, era un show en la cancha y también afuera. Consideraba que el hincha que iba al estadio debía llevarse algo más que un resultado. Y él se lo ofrecía con un estilo audaz, atrevido, que para muchos conservadores era fronterizo con la temeridad.

Algo de su vida 

Nacido en Carlos Tejedor un 19 de agosto de 1944, dejó la vida de campo cuando su hermano lo llevó a Buenos Aires para sumarse a las divisiones inferiores de Atlanta. “El día de la prueba me metieron como 14 goles, yo me daba por fusilado, pero el Nano Gandulla me tranquilizó: ‘Pibe, usted se queda’. El Nano fue el primer director técnico importante en mi carrera, pero no el único. También tengo que darle las gracias a Osvaldo Zubeldía, Renato Cesarini, el Toto Lorenzo, al Flaco Menotti”, recordó una vez. 

También se consideró un afortunado por haberse cruzado en esos primeros tiempos con Carlos Griguol y Luis Artime: “Yo siempre digo que uno sale derecho o torcido según le vaya en los momentos fundamentales de la vida. Yo me encontré rápido con los consejos de Griguol y Artime. Ellos me dijeron: ‘Pibe, esto es así y asá, cuídate, y el día que veas un mango cuídalo bien’. Si soy alguien en la vida seguro que se lo debo a ellos”.

Debutó en primera en reemplazo de Néstor Errea. River lo llevó cuando aún era joven pensando en que sería el sucesor de Amadeo Carrizo. Luego fue transferido a Gimnasia, donde despegó su carrera.

Juan Carlos Lorenzo fue un entrenador crucial en su trayectoria. Lo llevó a Unión, que perdió con River la final del Nacional 1975. De ahí, el salto de ambos a Boca, donde Gatti alcanzó la gloria y la estatura de ídolo. Boca no ganaba un título local desde 1970 y River había resurgido con Ángel Amadeo Labruna. Con Gatti, el desquite llegó pronto: bicampeonato en 1976. En 1977 llegó la conquista de la primera Copa Libertadores en la historia de Boca con una participación decisiva de Gatti. Al año siguiente levantó la segunda Copa Libertadores y la primera Copa Intercontinental. Fueron seis títulos con el buzo de Boca, todos los de su carrera en primera.

Fue convocado al seleccionado argentino conducido por César Luis Menotti. Se acercaba el Mundial 78 que organizaba Argentina. 

Una lesión lo marginó en la recta final al Mundial, donde el titular fue Ubaldo Matildo Fillol.

Con Maradona y Melgar

En 1980, en la previa de un partido llamó “Gordito” a un Diego Maradona que ya deslumbraba en Argentinos Juniors. El astro le hizo cuatro goles en un 5-3 en la cancha de Vélez.

En el ocaso de su carrera fue compañero del boliviano José Milton Melgar en Boca, entre 1986 y 1988. (foto)

No pudo elegir retirarse de la mejor manera: en la primera fecha del torneo 1988/89, tras una derrota por 1-0 ante Deportivo Armenio en la Bombonera, el técnico José Omar Pastoriza le quitó la titularidad para dársela a Navarro Montoya. No atajó más. Una década después, en 1998, tuvo el partido de despedida, cuando Boca festejó la obtención del Torneo Apertura de ese año.

Gatti integra la galería de los mejores arqueros de la historia del fútbol argentino. Dice La Nación: “fue un Loco lindo, carismático, juguetón, irreverente. Cumplió sobradamente con su objetivo de arrancarle una sonrisa al fútbol”.

BD/





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