Cobra Kai, amalgama perfecta para millenials y Generación X

Brújula Digital |30|9|20|

Jerusa Pozo

La nostalgia por los años 80 se ha convertido en el ingrediente perfecto para el éxito de muchas series como “Stranger Things”, “Glow”, o “Snowfall”, entre otras.  La más popular en Netflix en este momento es “Cobra Kai”, que es como una carta de amor enviada a esa tan idealizada década.

Esta serie es una continuación al universo de Karate Kid y ha llegado a ser muy popular entre los fanáticos y ajenos a los icónicos filmes.

Cobra Kai nos muestra lo que acontece 34 años después la lucha de karate de All Valley entre los personajes Daniel Larusso (protagonizado por Ralph George Macchio) y Johnny Lawrence (William Zabka). La serie gusta tanto a las personas de la Generación X, que vieron las películas originales en los años 80, y los millenials actuales.

El primero, que es el “bueno” de la película, parece haber cumplido a cabalidad el sueño americano: es un exitoso e influyente hombre de negocios; posee una casa enorme en la zona alta de California; tiene una esposa que parece haber sido top model en sus años de juventud; su hijo es erudito en gadgets y compras por internet; una hija adolescente sigue su legado como karateca; no puede faltar la cafetera en la cocina.

Por su parte, Lawrence se encuentra en el polo opuesto: pareciera que luego de su derrota contra Larusso de los años 80, su vida ha girado en torno a ese evento y se quedó “congelado” en el tiempo. Vive en un pequeño departamento, gana poco dinero trabajando en casas de familias adineradas y se siente miserable. Eso sí, busca un propósito en su vida.

Por eso es el protagonista de la historia, reflexiona sobre sus errores del pasado y cuestiona todos los “valores” que le inculcaron. También es padre, y tiene un relación conflictiva y distante con su hijo, quien le traerá más de una sorpresa en el desarrollo de la serie.

No existe un héroe o un villano definido en Cobra Kai (salvo algún personaje menor). Tanto Larusso como Lawrence se muestran como dos adultos que no han podido superar ni dejar atrás algunos eventos que los marcaron en sus juventudes, y ahora que ambos son padres, su rivalidad de años pasados sale de nuevo a la luz: deben lidiar con una nueva generación de seguidores y aprender a perdonarse mutuamente.

Esta serie tiene más profundidad que la saga de Karate Kid, ya que explica los orígenes y traumas de los principales personajes, humanizándolos. Por otro lado, las enseñanzas del señor Miyagi, el entrenador del Karate Kid, parecen trascender los años sin ningún problema.

La serie trata temas como la lealtad familiar, las enseñanzas, el efecto de los micromachismos y la masculinidad tóxica que son pasados de generación en generación. Es una serie altamente recomendable.

Jerusa Pozo escribe de temas artísticos y hace comentarios de cine y TV para Brújula Digital.