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Sociedad | 01/10/2023

El 95% de embarazos de niñas y preadolescentes son producto de violencia sexual

El 95% de embarazos de niñas y preadolescentes son producto de violencia sexual

Foto/Página Siete

Brújula Digital |01|10|23|

Según estimaciones de especialistas, el 95% de los embarazos de preadolescentes y niñas son producto de violación, lo que obliga a la necesidad de reforzar campañas de educación y orientación sexual.

“(Los embarazos en niñas y preadolescentes) entre los 10 y 13 años, en más del 95% son relaciones sexuales no consentidas, entonces estaríamos hablando de violencia sexual que es un tema que no se está abordando efectivamente en el país” dijo a Brújula Digital Andrea Terceros, activista por los derechos sexuales. 

Gustavo Tapia, analista del programa de Calidad de Atención y Servicios del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), coincide con esa apreciación. Según indicó, los embarazos de menores de 15 años están relacionados “con la violencia y coacción sexual”. 

Tapia agregó que si la violencia sexual es una de las explicaciones de este fenómeno, el otro es la pobreza: “En general, los embarazos en adolescentes de 15 a 19 años están relacionados a la pobreza, la desigualdad de género y la falta de acceso a la educación, en especial a la educación integral en sexualidad dentro y fuera del aula”. 

Un reporte reciente del Ministerio de Salud reportó un total de 35.470 embarazos en adolescentes en 2022, de los cuales 2.134 correspondió a menores de 15 años.

Pese a los altos índices de embarazos en adolescentes y violencia sexual, que son un reflejo de la usencia de educación sexual integral en el país, el Gobierno no implementó contenidos significativos sobre educación sexual ni capacitó a los docentes para que puedan hablar sobre tema a los estudiantes.

La activista Terceros, que es parte del Pacto Nacional por los Derechos Sexuales y Derechos Reproductivos, dijo que existe falta de capacitación a los docentes para brindar información sexual acorde a los alumnos.

Alejandra Franco, técnica de la Coordinadora de la Mujer, dijo que “este año ha habido un mínimo avance respecto a la actualización de los contenidos en el currículo educativo; se incluyeron contenidos específicos de educación sexual que son muy cortos, muy pocos, ni siquiera se alcanza a las recomendaciones internacionales en cuanto a la educación integral en sexualidad”. 

Franco agregó a Brújula Digital que la mayoría de embarazos en adolescentes no son deseados y son producto de la desinformación, falta de conocimiento y violencia sexual. 

Las Iglesias católica y evangélica y algunos grupos de familias conservadoras han rechazado los intentos de mejorar y aumentar la educación sexual en los colegios.

Según la Encuesta de Demografía y Salud EDSA de 2016, el 50,2% de las madres menores de 20 años indicaron que hubieran preferido ser madres más tarde en sus vidas y que el 9,3% no deseaba serlo nunca. Solo el 40,5% dijo que el embarazado era deseado.

Sin embargo, la activista Terceros dijo que es muy difícil conocer los datos reales sobre embarazos no deseados ya que “la maternidad está glorificada y por ello es muy mal visto que una mujer, sea adolescente o no, diga que no quería ser madre”. 

Los embarazos en adolescentes traen consigo serias consecuencias socioeconómicas en las mujeres. Según un estudio realizado por el Ministerio de Salud y UNFPA se determinó que el embarazo en la adolescencia y la maternidad a temprana edad incide en que las mujeres se educan menos, lo que luego les dificulta su inserción laboral y finalmente tienen menos salarios o directamente quedan en el desempleo. 

Las mujeres que fueron madres en la adolescencia tuvieron 2,7 veces menos oportunidades de obtener un título universitario que las que postergaron su vida materna. Solo el 7,4% de las madres adolescentes lograron obtener un título universitario a diferencia de las madres adultas, cuya cifra asciende a un 20,3%.

Tapia indicó que “existe una brecha salarial de 28,1% entre las madres adolescentes en comparación con las madres adultas jóvenes; es decir, las mujeres adolescentes ganan menos porque acceden a trabajos menos remunerados”.

BD/AGT



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