Tras el grave incendio de una casona en la San Francisco, se revela una de las causas que retrasaron las labores de sofocación.
Brújula Digital|08 |12|25|
El incendio registrado la madrugada de este lunes en una casona patrimonial de la calle Sagárnaga, dejó al descubierto un problema crítico: el hidrante más cercano no tenía presión, lo que obligó a los bomberos a desplazarse hasta la calle Cochabamba para abastecerse y continuar con las labores de sofocación.
El director nacional de Bomberos, Pavel Tovar, explicó que la falta de presión en el hidrante dificultó el control oportuno del fuego. “Hemos tenido que acudir al hidrante de la calle Cochabamba y de ahí recargar. Una cisterna más trajo la alcaldía y estamos reforzando el trabajo; tenemos 10.000 litros más y seguramente habrá que recargar para enfriar aún más”, sostuvo esta trde mientras aún seguían los trabajos de auxilio.
El incendio afectó depósitos y un centro comercial dentro de la antigua casona, donde se almacenaba material pesado, equipos, maquinaria, pintura y ciertos tipos de carburantes, lo que incrementó el riesgo. Tovar relató que incluso “en la mañana un spray salió volando por la ventana” debido a las altas temperaturas.
La plataforma del edificio alcanzó 70 grados, y el techo se mantuvo caliente porque las vigas eran de madera. “Estamos haciendo un trabajo de enfriamiento del techo. Seguramente hay gran cantidad de humo que estamos evacuando porque el techo podría colapsar sobre las personas que están trabajando”, advirtió.
El fuego quemó cables y posteriormente provocó un corte de energía. A mitad del segundo piso, la estructura colapsó, mientras que el tercero sigue en pie, aunque con riesgo de desplome. “Hay materiales que generan peso y los estamos retirando. La estructura original tenía vigas y tablones; luego colocaron cemento, lo que impide que el agua ingrese y el calor salga. Por eso estamos introduciendo agua desde abajo para evitar que colapse”, añadió Tovar, quien anticipó que parte de la estructura “tendrá que colapsar de forma controlada”. Una vez que concluyan los trabajos de enfriamiento y evacuación de humo, Bomberos autorizará el ingreso de los dueños de los locales, aunque todos se encuentran colapsados.
El alcalde exige revisar los hidrantes
El alcalde Iván Arias confirmó la falla del hidrante de la Sagárnaga: “no funcionaba. Hemos tenido que traer agua de la calle Cochabamba. Cargamos a la cisterna y luego esta pasó el agua al carro bombero para darle potencia”, relató la autoridad, y lamentó que, en pleno momento de emergencia, se deba recurrir a un hidrante distante, por lo que pidió a EPSAS revisar todos los hidrantes del Casco Urbano Central, responsabilidad que, según recalcó, recae en esa empresa.
El incendio consumió el primer nivel de la casona —catalogada como patrimonio de categoría A— y obligará a una demolición controlada de los entretechos. Según estimaciones preliminares de la Alcaldía, 30 comerciantes y artesanos perdieron sus negocios, con daños calculados en cerca de $us 600.000, aproximadamente $us 20.000 por cada afectado.
El director de Actividades Económicas y Turismo, Américo Gemio, inició un análisis para definir mecanismos de apoyo, especialmente para quienes tienen préstamos vigentes en la banca.
Arias también destacó la acción de otras 30 familias que viven en la parte posterior del inmueble. Gracias a su intervención, el fuego no alcanzó esa zona del antiguo “conventillo”.
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