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Sociedad | 29/10/2025   06:14

El área protegida Cotapata impulsa su autosostenibilidad para conservar su ecosistema y el agua de La Paz

De las lagunas y glaciares ubicadas en su parte alta proviene cerca del 17% del agua que consume la ciudad de La Paz, lo que convierte su protección en una prioridad ecológica y social.

Unos ciclistas recorren el Camino de la muerte que es parte de la reserva de Cotapata. Foto Prometa.
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Brújula Digital|28|10|2025|

Prometa

Donde las montañas andinas se funden con los bosques yungueños y la vida se despliega en formas, colores y sonidos, el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado (ANMI) Cotapata resguarda una rica biodiversidad y alberga cuerpos de agua que abastecen a comunidades locales, así como a los municipios de La Paz y El Alto. Ante un presupuesto limitado, este espacio natural avanza hacia la autosostenibilidad. Esta propuesta es impulsada por Sernap Prometa, con apoyo del Fondo de Alianzas para Ecosistemas Críticos (CEPF) y cuenta con dos componentes: la alianza con empresas de biking y el diseño del Fondo de Agua.

A través de esta área protegida a traviesa el famoso y desafiante Camino de la Muerte, recorrido diariamente por turistas. Sin embargo, Cotapata es mucho más que escenario de la adrenalina: es un refugio de vida andino-amazónica, donde confluyen montañas, las punas y los bosques.

Ubicado a pocos kilómetros de la ciudad de La Paz, este territorio atraviesa un ecosistema vital de más de 600 km², compuesto por montañas, bosques nublados, ríos cristalinos y selvas yungueñas, hogar del oso andino (jucumari), el tunqui (Gallito de las Rocas) y el cóndor, entre otras especies emblemáticas y amenazadas. Además, proporciona servicios ecosistémicos esenciales para las 34 comunidades que se encuentran dentro del área, así como para las ciudades cercanas. 

De las lagunas y glaciares ubicadas en su parte alta proviene cerca del 17% del agua que consume la ciudad de La Paz, lo que convierte su protección en una prioridad ecológica y social.

“Tenemos un gran potencial debido a la biodiversidad que poseemos y, más que todo, porque está cerca de la ciudad de La Paz. Contamos con varios tipos de fauna y flora; por ejemplo, tenemos orquídeas inmensas”, dice el director del área protegida, Jorge Blanco.

Hacia la autosostenibilidad

Por ello, el área se alió con la organización no gubernamental Protección del Medio Ambiente Tarija (Prometa), Fondo de Alianzas para ecosistemas Críticos (CEPF, por sus siglas en inglés) —en coordinación con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap)— para llevar a cabo el proyecto Asegurando sostenibilidad financiera y gobernanza con equidad de género en Cotapata, Bolivia, cuyo objetivo es garantizar mecanismos financieros y de gobernanza inclusivos que reduzcan la brecha de financiamiento del área protegida.

El objetivo central de la propuesta es que La Paz reconozca a Cotapata como su área emblema, valorando los beneficios que brinda en agua, paisaje, naturaleza y turismo. 

Rodrigo Ayala, director ejecutivo de PROMETA, explica que “será imposible garantizar la existencia futura de áreas protegidas si no cuentan con mecanismos financieros propios”.

Mecanismos de sostenibilidad para mejorar su cuidado

Esta biodiversidad está siendo amenazada por diversas actividades que contaminan el agua, deforestan los bosques y degradan la naturaleza. La minería del oro, la expansión urbana y la deforestación ponen en riesgo los servicios ecosistémicos que sostienen a toda la región. Estas amenazas se agravan debido a que el área no cuenta con la capacidad suficiente para proteger su extensión; por ejemplo, solo dispone de siete guardaparques y carece del equipamiento necesario.

“Una de las debilidades, creo, en muchas áreas, no es solo la falta de combustible, sino también la falta de buenos equipos para realizar los trabajos. En nuestro caso, por ejemplo, para hacer inspecciones en las cooperativas, nos limita mucho el tema del transporte”, señala a jefa de protección del área, Giovana Antiñapa.

Entre las acciones para lograr la sostenibilidad, el proyecto plantea dos mecanismos innovadores: el Fondo de Agua, un instrumento de financiamiento hídrico destinado a inversiones de conservación y gestión ambiental, y el mecanismo de aporte voluntario BIKE, un sistema de contribuciones de turistas que recorren el Camino de la Muerte en bicicleta. La primera propuesta es un mecanismo que está en desarrollo y que se aplicará a largo plazo, mientras que la segunda ya está en la fase de aplicabilidad y será lanzado a fin de mes.

Sello Modo Tunqui

Como parte del mecanismo BIKE, surge el Modo Tunqui, una estrategia pionera del SERNAP y del área protegida Cotapata, que certifica a las empresas operadoras de biking y promueve la participación activa del turismo responsable.

Cada visitante que realiza la experiencia con una operadora certificada con el Sello Modo Tunqui puede realizar un aporte voluntario. Este gesto se convierte en un apoyo directo para financiar patrullajes, equipamiento y combustible para los guardaparques, conservar senderos, ríos y ecosistemas, proteger especies amenazadas y sus hábitats, y promover buenas prácticas de turismo responsable.

De esta forma, el turismo no solo visita el parque: ayuda directamente a sostenerlo. Es una experiencia donde la aventura se convierte en acción concreta por la conservación. Cada visitante que elige viajar en Modo Tunqui se convierte en parte de una red que cuida el futuro de este espacio único, reafirmando la identidad de Cotapata como “el parque de La Paz”, fuente de agua, vida y aventura.

BD/IJ



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